La final de la Copa del Rey que disputan este sábado Osasuna y el Real Madrid fue presidida por Felipe VI, que compareció acompañado de su hija menor, la infanta Sofía. El monarca llegó a Sevilla después de comparecer en la coronación de Carlos III de Inglaterra en Londres.
Felipe VI tuvo que aguantar una sonora pitada de la hinchada osasunista, cuyos silbidos y sus abucheos al himno español se escucharon con nitidez pese a que la megafonia estaba a un volumen atronador. Reacción de los navarros que fue, a su vez, pitada por la hinchada del Real Madrid, que aplaudió las imágenes del marcador cuando apareció el Rey. Su llegada al palco, junto a la infanta, también fue entre pitos y aplausos.
La hinchada rojilla no dejó de silbar y el monarca aguantó el chaparrón con diplomacia ante una pitada histórica de los pamplonicas, en cuyo fondo asomó alguna ikurriña. Durante las horas previas al partido la normalidad y la buena convivencia entre las dos aficiones fue la nota común.
Detenidos por disturbios
Pero a última hora de la tarde de este sábado, grupos radicales de Osasuna y Real Madrid se enfrentaron en las calles del centro de Sevilla. Fuentes de la Policía confirmaron que hay detenidos tras las peleas por desórdenes públicos y atentados contra la autoridad, aunque no se ha querido hacer público si los arrestados pertenecían a grupos de ultras de Osasuna o Real Madrid.