La separación de Pep Guardiola y Cristina Serra, anunciada recientemente, generó un gran impacto, especialmente considerando que llevaban 30 años juntos y compartían tres hijos. Según la periodista Lorena Vázquez, esta decisión habría sido el resultado de una reflexión prolongada por ambas partes, aunque trataron de mantenerlo en privado durante un tiempo.
El motivo principal de la ruptura, según las fuentes, sería la renovación del contrato de Guardiola con el Manchester City por dos años más. Este acuerdo, que lo vincula con el club inglés hasta 2027, no solo consolida su posición como uno de los entrenadores mejor pagados del mundo, con ingresos mínimos de 30 millones de euros anuales, sino que también implicaría un aumento en las exigencias y el tiempo dedicado a su trabajo.
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Este compromiso habría intensificado las tensiones en la relación, que ya venía atravesando dificultades. Desde hace algún tiempo, Guardiola y Serra habrían estado viviendo separados, una decisión que marcó el inicio de un distanciamiento definitivo.
Aunque ambos han optado por no emitir declaraciones públicas al respecto, fuentes cercanas aseguran que el divorcio se está manejando de forma amistosa.
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La historia de amor entre Guardiola y Serra comenzó en 1994, cuando él tenía 23 años y ella 20. Tras dos décadas juntos, decidieron formalizar su relación en 2014 con una discreta ceremonia civil en Matadepera, Barcelona. A lo largo de los años, mantuvieron su vida personal alejada del foco mediático, una postura que el catalán siempre ha defendido.
Más allá del impacto emocional, la separación también implica importantes aspectos económicos. Guardiola posee un vasto patrimonio, que incluye propiedades de lujo tanto en Manchester como en Barcelona.
En la ciudad inglesa, cuenta con un apartamento valorado en más de 3 millones de euros, mientras que en la capital catalana, la pareja comparte una mansión de 741 metros cuadrados con jardín y piscina, ubicada en uno de los barrios más exclusivos.
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