Este jueves 16 de enero, Santiago del Moro ingresó a la casa de Gran Hermano y los participantes no pudieron contener su emoción. El conductor, vestido completamente de blanco, fue recibido con mucha alegría. “Qué facha”, “Qué perfumazo” y “Me muero”, fueron algunas de las cosas que dijeron los concursantes al verlo.
Santiago saludó a cada uno de los participantes y les dijo: “Qué linda noche”. También les preguntó cómo estaban y les comentó: “Los vi limpiar, es espectacular”. La emoción era total, ya que todos esperaban la cena y los mensajes de sus familiares.
Después, los participantes caminaron por el pasillo y se sacaron la típica foto frente al espejo cerca del confesionario. Luego se sentaron en la gran mesa para empezar una noche llena de sorpresas. Santiago había anunciado en su Instagram: “Hoy entro a cenar a la casa y les llevo los mensajes de sus familiares y una gran sorpresa, prepárense”.
Durante la cena, los participantes recibieron mensajes de sus seres queridos, lo que los emocionó mucho. Las palabras de apoyo y cariño de sus familiares hicieron que todos se sintieran más conectados con ellos. La noche se volvió muy especial para todos.
LOS BENEFICIOS QUE PERDIÓ EL LÍDER
Mientras tanto, Giuliano, quien era el líder de la semana, perdió el derecho de cambiar la placa de nominados. El Big lo castigó porque Giuliano habló de más y no pudo salvar a Jennifer, a quien había decidido sacar de la placa. “Por favor todos sentados en el sillón, ahora”, dijo la voz del Big.
El Big explicó que ser líder significaba guardar el secreto de quién subía o bajaba de la placa. “El solo hecho de hablar de esta cuestión constituye una falta”, dijo. Al final, anuló la decisión de Giuliano y la placa quedó como estaba. La decisión sorprendió a todos y cambió el rumbo de la semana.