El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, mantuvieron reuniones durante dos días en Viena, en un foro en el que han tratado temas bilaterales e internacionales -incluida la guerra en Ucrania- y con el que aparentemente intentan pasar página a la crisis abierta por los supuestos globos espía.
Las conversaciones, confirmadas por la Casa Blanca, están consideradas el encuentro de mayor nivel entre las dos potencias desde que las fuerzas estadounidenses derribaron a principios de febrero un globo chino.
El diálogo, que se produjo entre el miércoles y el jueves, fue «sincero, sustancial y constructivo», en opinión de la oficina de Joe Biden. Entre los temas tratados, la Casa Blanca incluyó «la guerra de Rusia contra Ucrania» y las tensiones en torno a Taiwán.
Según Washington, las dos partes se comprometieron a «mantener abiertas las líneas de comunicación», en línea con lo conversado en noviembre por sus respectivos presidentes Joe Biden y Xi Jinping, que coincidieron en la cumbre de líderes del G20 celebrada en en Bali, Indonesia.
Los lazos entre Estados Unidos y China se han deteriorado por cuestiones que van desde las acusaciones de espionaje y abusos de los derechos humanos por parte de Pekín, hasta los esfuerzos de Washington por crear alianzas militares para frenar las ambiciones chinas sobre Taiwán y en el Pacífico.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, canceló un viaje previsto a Pekín después de que Estados Unidos derribó un globo chino que sobrevolaba lugares militares sensibles, sumiendo a los rivales en una crisis diplomática. Ese viaje tenía por objeto ayudar a reparar las relaciones tras una ruptura anterior por la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán, la isla que China considera parte de su territorio.
La Casa Blanca ha expresado su deseo de reprogramar la visita de Blinken y organizar otras reuniones de alto nivel como parte de un esfuerzo para evitar que las relaciones se desvíen hacia el conflicto. «Las dos partes acordaron mantener este importante canal estratégico de comunicación para avanzar en estos objetivos», dijo la Casa Blanca.
Precisamente, esa idea de manejar de manera responsable la rivalidad entre Pekín y Washington centró el encuentro que mantuvieron el presidente estadounidense, Joe Biden, y el presidente chino, Xi Jinping, en noviembre en los márgenes del G20 en Bali. Esa reunión simbolizó un acercamiento después de la tensión entre EEUU y China que caracterizó la época del gobierno de Donald Trump (2017-2021), cuando ambas naciones se enzarzaron en una guerra comercial con la imposición mutua de aranceles.