Los pronósticos indican que este invierno podría nevar el doble que en 2022, lo que es muy importante para Mendoza, no sólo por el caudal de agua sino por la temporada turística en centros de esquí. El Azufresegún confirmó el CEO, Guillermo Rivaben a Diario UNO abriría cuando la nieve lo permita, Las Leñas tiene fecha de apertura el 17 de junio y Los Puquios, que el año pasado tuvo que cerrar antes sus puertas por falta de nieve, todavía no confirma día. Por su parte, sólo se presentó una oferta para la licitación de Penitentes y su refuncionalización para este invierno parece complicada.
Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica del Departamento General de Irrigación dijo a Diario UNO que se basan en los pronósticos del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) de la Universidad de Columbia de Estados Unidos que tienen datos históricos porque el Servicio Meteorológico Nacional no hace pronóstico de nevada en Alta Montaña.
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El funcionario de Irrigación explicó que en abril observó el pronóstico de precipitaciones para junio, julio y agosto que son los meses en que cae prácticamente el 99% de la nieve y lo comparó con lo que los datos del mismo período de 2021 y 2022. Agregó que este año el pronóstico indica probabilidad de ocurrencias de precipitaciones medias en toda Mendoza, aunque para el sur de la provincia y para Neuquén muestra probabilidad de nevadas un poco mayores que las normales.
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Pronóstico de precipitaciones para junio, julio y agosto del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) de la Universidad de Columbia.
«Después de los años que hemos tenido, de casi diez años de sequías, de nevadas muy bajas, un año medio es una mejora sensible. Si es que se produce», afirmó Villodas. Añadió que según los datos de la cuenca del río Mendoza, en 2022 nevó 135mm, que es casi el doble que en el 2021, donde fue de 71mm. El pronóstico para este año es que va precipitar cercano a la media, que es de 275mm.
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Por otra parte, Diego Araneo, Climatólogo, Meteorólogo, Dr. en Ciencias de la Atmósfera del IANIGLA (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales) en el CONICET dijo que el 2022 fue un año seco y se espera que este invierno sea mejor. «Un año rico nos vendría bien, aunque tampoco van a revertir los 12 años de sequía que venimos teniendo», agregó.
«La buena noticia es que casi todos los modelos y los más confiables de previsión estacional están dando que efectivamente puede haber un aumento de presentaciones en Cordillera para este año, sobre todo de mediados de invierno para primavera», sostuvo.
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Araneo contó que los mismos modelos que muestran mayor precipitación, están dando mayores temperaturas, es decir, que el invierno va a ser cálido con abundantes precipitaciones, lo que deriva en que se derrita la nieve y no se conserve en los picos de Alta Montaña.
Mayor nieve no se traduce en igual proporción de caudal de agua
Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica del Departamento General de Irrigación dijo que es importantísimo que caiga más nieve porque es prácticamente la única fuente de agua de Mendoza.
Sin embargo, explicó que una buena temporada de nieve, no se traduce en la misma proporción de caudal de agua. En la cuenca del río Mendoza en el invierno del 2022, nevó casi el doble que en el invierno del 2021, pero el volumen de agua es sólo un 10% más grande.
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Rubén Villodas dijo que en la cuenca del río Mendoza en invierno de 2022, nevó casi el doble que en 2021, pero el volumen de agua es sólo un 10% más grande.
«Venimos de muchos años de sequía con todos los acuíferos prácticamente secos, durante 10 años ha ido bajando, perdiendo agua y ahora cuando se empieza a derretir toda esa nieve, gran parte de esa agua se va a recargar acuíferos y a saturar ese suelo. Entonces no baja por los ríos, si tenemos el doble de nieve no baja el doble de agua, si empezamos a tener varios años de nevadas interesantes, de a poco el caudal va a ir aumentando a medida que esa esponja, ese suelo, los acuíferos estén más saturados», aclaró Villodas.
Cómo incide el fenómeno de El Niño en las nevadas
El Dr. en Ciencias de la Atmósfera del IANIGLA Diego Araneo explicó que el fenómeno de El Niño es una situación térmica en el Pacífico Ecuatorial que hace que haya anomalías positivas, es decir, temperaturas cálidas del agua, que empieza por la zona oriental, las costas de Perú y después se va extendiendo hacia el centro del Pacífico. Hay años neutros, en donde las temperaturas son normales en el Ecuador y los años de La Niña donde las temperaturas son más frías.
«Venimos de una situación de varios años de La Niña y eso ahora se está revirtiendo, estamos pasando a El niño. Venimos de unas normalidades frías, vamos ahora a normalidades cálidas, casi sin ser neutro en el medio, lo que forzaría a una circulación que hace que se tengan más nevadas en Cordillera, más de lo normal», dijo Araneo.
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El Climatólogo sostuvo que hay una buena y una mala noticia. La buena es que en todo año donde se prevé que va a haber corriente de El Niño, los pronósticos empiezan a dar anomalías positivas de precipitación en Cordillera, es decir que serían superiores a lo normal, pero nunca se sabe a ciencia cierta la cantidad.
La mala noticia – según Araneo – es que hay casos como en 2015, donde a pesar de ser un año de El Niño, las precipitaciones fueron apenas normales y se puede repetir esa situación.
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Los pronósticos prevén una temporada de nieve media, luego de una década muy por debajo del promedio.