El trabajo remoto tuvo su auge durante el primer año del aislamiento por la pandemia de Covid-19 y aún continúa como la modalidad favorita de muchos argentinos al momento de aplicar a alguna vacante, especialmente si es internacional, teniendo en cuenta los beneficios que ofrecen, los cuales van desde horarios flexibles hasta salarios en dólares.
Según el más reciente informe de Contratación Global de Deel Lab for Global Employment, América Latina sigue siendo la región con mayor crecimiento de empresas que contratan en el extranjero, con un aumento del 161%.
Asimismo, este estudio coloca a la Argentina en el selecto grupo de los países más llamativos en la región para contratar empleados de forma remota. Las posiciones relacionadas con tecnología y desarrollo de Software predominan en el interés de las multinacionales que prefieren este tipo de contratación, cuyo valor agregado es el acceso a numeroso talento de alta calidad.
Trabajo remoto: cuáles son los perfiles más buscados
“Además de la experiencia laboral, la capacidad de adaptación, la autogestión, la resolución de problemas por medio de ideas oportunas y la idoneidad para trabajar en equipo, son elementos de gran valor en las organizaciones. Es por eso que, las habilidades blandas están cobrando cada vez mayor importancia en los procesos de selección”, asegura Diego Gamboa, Chief Technology Officer de la consultora de Software Mismo, la cual lleva más de 10 años en el mercado ofreciendo soluciones en IT a compañías norteamericanas.
Dentro de la gama de perfiles que pueden desempeñar su tarea en forma remota aparecen los ingenieros. Estos se encargan de almacenar, analizar y gestionar los datos de una compañía con el fin de que la información pueda ser utilizada eficientemente para la toma de decisiones.
“Las empresas pusieron sus ojos en los ingenieros de América Latina, especialmente en los argentinos, puesto que la ubicación geográfica y el huso horario, así como la proactividad y la capacidad de transformar ideas y materializarlas en proyectos tangibles son cualidades muy valoradas por los ejecutivos a nivel global”, añade el CTO.
En pleno 2023 es común visitar a diario páginas web, sea para hacer mercado, pedir a domicilio el almuerzo o incluso para solicitar una cita médica.
Justamente, quienes están a cargo de la experiencia de los usuarios en un sitio de internet (Front-end), así como de la programación y el mantenimiento de la arquitectura interna de dicha página (Back-end), son los ingenieros FullStack.
Sus conocimientos en tecnologías como CSS, HTML, JavaScript, resultan claves para su tarea; así como un pensamiento analítico y crítico son fundamentales para quienes decidan aplicar a vacantes remotas de este perfil.
Por último aparece el desarrollador Front-End. Esta clase de recurso IT especializado son aquellos encargados de crear la interfaz de un sitio web o aplicación.
Cualquier cosa que el usuario de un determinado sitio pueda ver o con la que pueda interactuar, está a cargo del ingeniero Front-End de la página. Al igual que el resto, destaca por sus conocimientos para programar código HTML, CSS, JavaScript, entre otros, así como técnicas que permitan mejorar la experiencia del usuario con el sitio web.
Nómades digitales y trabajo remoto
De acuerdo a un estudio publicado en mayo de este año por Hiring Lab, proyecto que realiza investigaciones para el sitio de empleo Indeed, en enero de 2020, en la región, sólo el 2,5% de las ofertas usaban las palabras “trabajo remoto”, pero el porcentaje se triplicó en septiembre de 2021 (aumentó a casi 7,5%).
En la Argentina, en tanto, durante el primer trimestre de 2020, sólo el 7% de los colaboradores trabajaba de forma remota, mientras que, a finales de ese año, ya lo hacía el 49,9%.
«Para nosotros, ser un nómada digital no es un beneficio, sino una forma de vida. Desde un primer momento consideramos el homeworking como un derecho y no como un beneficio. Es por ello que cuando se abre una nueva búsqueda, el lugar de residencia del candidato no es un limitante para su contratación”, explica Sebastián D’oria, analista de capital humano en Streambe.
De los 80 colaboradores que hoy tiene esta compañía argentina que brinda soluciones para la transformación digital de las empresas, la mitad se encuentra fuera del país. Pero en total llegan a un 80% los que trabajan de forma remota, sumando a todos los que, aún dentro del país, se encuentran en el interior.
«Los colaboradores que contratamos están distribuidos por cualquier parte del mundo y, aunque actualmente tenemos un fuerte foco en Buenos Aires, tenemos varios recursos que trabajan, por ejemplo, desde Salta, Córdoba, Corrientes y otras provincias además de los que están haciendo literalmente el nomadismo digital viajando por el mundo», suma, por su parte, Fernando Fariña, CTO.
Tanto para la compañía como para el colaborador, el trabajo remoto tiene ventajas. «Solo en cuestión de metros cuadrados de oficina, ya tenemos un ahorro importante. Tendríamos que tener un espacio para 100 personas, mientras ahora con un lugar que pueda albergar a 20, que casi nunca están todos juntos, es suficiente”.
Y agrega: “El nomadismo digital tiene muchas ventajas. Tener la libertad de trabajar donde uno se sienta cómodo, el ahorro en las horas de viaje, contribuir al cuidado del medio ambiente evitando la contaminación que se produce diariamente por ir a la oficina, poder trabajar en conjunto con personas en diferente partes del mundo, son cuestiones que se valoran mucho”.
El trabajo remoto permite otra modalidad de aprovechamiento que toma cada vez más fuerza: la de los colaboradores que se quedan en el lugar que eligieron para descansar aún después del fin del periodo de licencia. De esta manera, aunque se retoman las responsabilidades, el cambio de aire se mantiene unos días más y el retorno es más amable, también para la familia.
«Siempre y cuando quede preservado el derecho a la desconexión y las vacaciones sean verdaderamente vacaciones, nos parece bárbaro que un colaborador que está remoto prolongue su estadía en el lugar adónde viajo y reanude sus tareas desde ahí. Mientras estén claro los objetivos y la comunicación sea fluida, está perfecto», confirma D’oria.
Permitir a los empleados trabajar donde y cuando quieran hoy atraviesa a todo tipo de industrias y empresas, desde las más pequeñas hasta las más grandes e incluso tradicionales.
“La experiencia nos demostró que, trabajando por objetivos, en tanto haya ganas y siendo responsables se alcanzan completamente los objetivos planteados y no es necesario estar mirando el reloj para ver a qué hora entra o qué hora sale el colaborador”, concluye D’oria.