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Hay un operativo provincial y nacional para dar con Alberto Figueroa

Escapó de la Colonia Agrícola Penitenciaria este domingo a las 9:30 horas, detalló un comunicado. La Policía rastrilla la zona con drones y perros mientras buscan establecer si tuvo cómplices.

Desde mayo de 2019, Carlos Alberto Figueroa pasaba sus días como condenado en la Colonia Agrícola Penitenciaria, una instalación con seguridad mínima ubicada a unos 7 kilómetros del Penal de la ciudad de San Luis. A estar allí, haciendo labores de agricultura y colaborando con otras tareas, se lo ganó por su buena conducta y cumplimiento de pena avanzada: en 2008 fue sentenciado a prisión perpetua por el homicidio del kinesiólogo cordobés Darío Gramaglia, uno de los casos policiales más resonantes en la historia de San Luis. El domingo a media mañana, los guardias del predio notaron que se había fugado por lo que fuerzas nacionales y provinciales comenzaron a trabajar a contrarreloj y con sumo hermetismo para recapturarlo.

 Este lunes a la tarde, el Ministerio de Seguridad puntano emitió un comunicado por el caso. “El Poder Judicial había decidido con base en los antecedentes de buena conducta conceder los permisos necesarios para realizar salidas transitorias. Asimismo, y bajo una evaluación realizada por especialistas, se determinó la continuidad de su período de detención en la Granja Penitenciaria, donde estaba alojado desde mayo de 2019” y adonde concurría de lunes a viernes desde diciembre de 2018, versa el texto.

 SE FUE CON LOS PERROS

Salvo las 10 sanciones disciplinarias que acumuló entre 2009 y 2017 por infracciones internas, lo extraño es que Figueroa no había transgredido ninguna de las normas impuestas para mantener sus beneficios y, según trascendió, contaba con permiso para concretar una nueva salida transitoria ayer. Otro dato que se filtró, no confirmado oficialmente, es que los dos perros raza collie que tenía en la granja desaparecieron con él. “Es una situación rara porque estaba alojado hace unos cinco años en la colonia y su conducta era ejemplar. Cada vez que tuvo una salida transitoria regresó, nunca se ausentó. Se dedica a trabajar con vegetación y también colabora con distintas tareas», indicó el domingo una fuente del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).

“El Ministerio de Seguridad comunica que todo el sistema provincial y nacional de seguridad se encuentra trabajando para dar con Carlos Alberto Figueroa, quien escapó de la Colonia Agrícola Penitenciaria el domingo 30 de abril a las 9:30 horas”. “Asimismo, se informa que los recursos necesarios de la Policía de San Luis y sus equipos de investigación se encuentran trabajando en todas las pistas necesarias para dar con el interno fugado. En la zona se realizan trabajos con drones y canes, y se efectúan rastrillajes con efectivos de las diferentes áreas”, informaron ayer desde el Gobierno.

“También se analizan datos de cámaras y dispositivos tecnológicos para recabar información que permita saber si alguien recogió al interno en algún punto de proximidad y de ser así, especificar hacia dónde se dirigió. Con base en las primeras investigaciones ya se están realizando acciones concretas de búsqueda. Se hace necesario aclarar que no se brindan detalles de las acciones debido a que es necesario cierto hermetismo para no brindar información que alerte a posibles cómplices” del prófugo, sumó.

El inspector general Segundo Gimenes, jefe del SPP, se excusó de brindar más datos “hasta tanto descartemos qué gente que podría estar ayudando al prófugo y que queden deslindados”, sin aclarar si eso conlleva una investigación interna ante alguna posible negligencia del personal que estaba a cargo de Figueroa.

 EL CASO

 Entre la noche del miércoles 22 de septiembre de 2004 y los primeros minutos de la madrugada del jueves 23, Darío Gramaglia fue secuestrado de la casa que alquilaba en el barrio 99 Viviendas de la capital. Luego, sus captores le taparon la boca y la nariz con una cinta y lo mataron por asfixia.

 Hay indicios de que el cadáver permaneció un día oculto en una obra en construcción lindera a la pizzería Pizza Pisuela, de Juana Koslay, propiedad de Figueroa. Allí lo envolvieron con una sábana y una carpa, le ataron un pedazo de viga y cargaron el cuerpo en una camioneta para llevarlo hasta el dique La Florida, donde lo tiraron al agua cerca de un vertedero. Los investigadores lo hallaron el sábado 9 de octubre.

 La medianoche del viernes 28 de noviembre de 2008, la Cámara del Crimen 1 de San Luis condenó a perpetua a Figueroa y a Daniel “El Uruguayo” Martínez, su empleado en la pizzería, por el homicidio calificado por alevosía del kinesiólogo. En enero y mayo de ese mismo año detuvieron al mecánico Pedro Alberto Soria y al albañil Hugo Simón Sánchez, acusados de ser coautores del homicidio, pero en diciembre de 2012 un tribunal absolvió a ambos por el beneficio de la duda y quedaron libres. En 2019, Martínez fue deportado a su país.

Según un informe de cómputo de pena emitido por el Juzgado de Sentencia en 2018, Figueroa recién podría acceder a la libertad condicional el 1º de octubre de 2039.

Redacción/edr