Larreta hizo los anuncios en un centro comunitario del barrio porteño de Barracas, donde explicó que los beneficiarios de este plan social que brinda la Ciudad deberán cumplir el requisito de formación y de aceptar ofertas laborales para seguir cobrándolo.
“La primera condición que le sumamos al plan es la capacitación: vamos a ofrecer cursos orientados a las demandas concretas actuales y será obligatoria, tienen que cumplir 40 horas de capacitación al año”, indicó el mandatario porteño, acompañado por la ministra de Educación, Soledad Acuña, y el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, entre otros funcionarios de la Ciudad.
“Y la segunda contraprestación -continuó- tiene que ver con conseguir trabajo: vamos a ofrecerles ofertas laborales vinculadas a sus conocimientos o al curso que hayan tomado, e ir a la entrevista laboral y aceptar el trabajo va a ser obligatorio”.
Larreta advirtió que si no se realiza la capacitación o “si hay más de dos ausencias a entrevistas o si se rechaza la oferta de trabajo, pierden el programa”.
El mandatario porteño expresó que “el plan social tiene que ser un incentivo para encontrar trabajo” y prometió llevar este modelo a todo el país en caso de ser electo presidente en las elecciones de este año.
En este sentido postuló que “los planes sociales tienen que ser directos, temporales, y deben incluir una contraprestación”.
Larreta dijo que en la Ciudad hay “unas 10.000 personas que reciben un plan y el 60 por ciento no terminó la secundaria y el 75% no tiene capacitación en oficios”.
Expresó que si es electo Presidente va a terminar “con la intermediación de los planes sociales, con organizaciones sociales que lucran y hacen política co los que menos tienen y exigir las contraprestaciones en todo el país”.
Consideró que “los argentinos estamos viviendo días de angustia, con el valor del dólar que no para de subir y un Gobierno que es el manual de lo que no hay que hacer”.
“Fracasaron, estamos viendo el final de esta Argentina irresponsable, no hay más espacio para la improvisación ni para los gritos, la violencia, ni los insultos. No voy a apagar este incendio con más nafta”, argumentó Larreta.