Esto quiere decir que 4 de cada 10 alumnos argentinos no alcanzan el nivel esperado en Matemática, mientras que 1 de cada 4 no lo logra en Lengua.
Los datos representan una mejora de 18,1 puntos porcentuales en Lengua y de 2,9 puntos porcentuales en Matemática. Esas cifras revierten la fuerte caída observada en Aprender 2021, que había registrado un deterioro de los aprendizajes tras la pandemia, sobre todo en Lengua (-19,3 puntos porcentuales), pero también en Matemática (-2,6 puntos porcentuales). Los resultados en ambas materias vuelven a ubicarse en niveles similares a los de 2018.
Los datos de Aprender 2022 en primaria muestran mejoras entre los alumnos de todos los niveles socioeconómicos, en escuelas públicas y privadas y en rurales y urbanas, según la información difundida por el Ministerio de Educación de la Nación. La prueba clasifica los desempeños de los estudiantes en cuatro niveles: por debajo del básico, básico, satisfactorio y avanzado. Los nuevos resultados suponen que 4 de cada 10 chicos que estaban en los dos niveles más bajos en Lengua en 2021, ahora pasaron a los niveles más altos de desempeño (satisfactorio y avanzado). Aunque no detallaron los resultados provinciales, desde el Ministerio nacional anticiparon que todas las provincias mejoraron sus desempeños.
En la presentación de los datos, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, atribuyó la mejora de 2022 a la vuelta a la presencialidad plena, la incorporación de una hora de clase extra en las primarias estatales de jornada simple (cuya implementación comenzó tras las vacaciones de invierno), la distribución de libros de Lengua y Matemática para cada estudiante, y el énfasis en estas dos materias en la capacitación docente. Perczyk señaló que “esto lo lograron las escuelas, los docentes y directivos, las organizaciones sociales y los 25 gobiernos (el nacional y los 24 jurisdiccionales)”.
El secretario de Evaluación e Información Educativa, Germán Lodola, explicó que la prueba se aplicó en noviembre de 2022 sobre una muestra representativa a nivel nacional de 3686 escuelas, con la participación de 123.855 alumnos. Si bien no estaba prevista originalmente en el Plan Nacional de Evaluación Educativa 2021-2022, el Ministerio decidió implementarla “para poder ver los efectos después de un año de presencialidad plena, ya que los desempeños de 2021 eran el resultado de la pandemia y de la discontinuidad de las clases presenciales, en una situación de absoluta excepcionalidad”, agregó Perczyk. Y consideró que los datos de Aprender 2022 “muestran la reparación del daño producido por la pandemia”.
El nivel socioeconómico, factor clave de las desigualdades
Al comparar por género, en Lengua se observa que las mujeres (con 78,2% en el nivel satisfactorio y avanzado) logran mejores resultados que los varones (73,5%). En Matemática, en cambio, es mayor el porcentaje de varones (61,6%) que alcanzan los resultados esperados, en comparación con el porcentaje femenino (56,9%). En este punto, otra novedad es que por primera vez se reportaron resultados para estudiantes no binarios o que decidieron no informar su género (un 5,5% de la muestra). Estos estudiantes obtienen peores desempeños que sus pares varones y mujeres: es menor la proporción que alcanza los niveles esperados, tanto en Lengua (57,1%) como en Matemática (35,8%).
Como en las evaluaciones previas, el nivel socioeconómico resulta la variable clave para explicar las diferencias en los resultados de los estudiantes. En Lengua, los estándares de Aprender 2022 arrojan que el 62,8% de los alumnos de bajo nivel socioeconómico alcanzan los aprendizajes esperados (nivel satisfactorio o avanzado), mientras que la cifra aumenta al 89,0% entre los alumnos de nivel socioeconómico alto. Sin embargo, los alumnos de menores recursos lograron una mejora mucho mayor (+33,9 puntos porcentuales) que sus pares de NSE alto (+10,8 pp).
En Matemática, en tanto, menos de la mitad (45,6%) de los alumnos de bajo nivel socioeconómico alcanza los resultados esperados, mientras que la cifra asciende al 76,2% entre los alumnos de mayores ingresos. De todas maneras, si se observa la tendencia (y no solo la foto), se detecta que los estudiantes de NSE bajo (con +13,7 puntos porcentuales) mejoraron proporcionalmente más que sus pares de mayores recursos (con +1,7 pp).
Las desigualdades socioeconómicas se asocian estrechamente con las diferencias de desempeño entre estudiantes de escuelas estatales y privadas. En Lengua, el 7 de cada 10 (68,8%) alumnos de escuelas estatales alcanzan el nivel esperado, pero la cifra aumenta a 9 de cada 10 (89,6%) entre los alumnos de escuelas privadas. En Matemática, solo 5 de cada 10 (51,2%) alumnos de escuelas estatales alcanzan el nivel satisfactorio o avanzado, pero la cifra aumenta casi 8 de cada 10 (76,1%) entre los alumnos de escuelas privadas.
Persiste un “núcleo duro” de bajos desempeños
Para Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, la mejora es positiva pero resulta inquietante la persistencia de bajos resultados entre los estudiantes de escasos recursos: “Con las escuelas en funcionamiento y la vuelta de la presencialidad, pudimos recuperar y volver al punto en el que estábamos en 2018. Esa es la buena noticia: pudimos revertir los daños de la pandemia. Pero seguimos con un núcleo duro de bajos resultados entre los más pobres y los que asisten a escuela estatal. En ese sentido, la pregunta es cómo reducir a niveles mínimos la cantidad de estudiantes por debajo del nivel básico, y cómo reducir a la mitad la cantidad de alumnos en el nivel básico”.
Por otro lado, la especialista subraya la necesidad de contar con información más detallada para identificar las causas de la mejora: “Sería importante explicar, sobre la base de evidencia, qué es lo que tracciona los resultados en Lengua y Matemática. ¿Los bajos desempeños son porque no entienden lo que leen, porque hay problemas de gramática, de sintaxis, pobreza de vocabulario? Necesitamos información más precisa de qué es lo que mejoró desde 2021: eso podría servir para fortalecer las líneas de formación docente y las prácticas de trabajo en las escuelas”.
Algunos especialistas se mostraron sorprendidos por la magnitud de la mejora de los resultados en Lengua, lograda en apenas un año. Para Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso, “las evaluaciones que la Argentina hace de su propio sistema educativo registran cambios que son habitualmente más pronunciados que los que registran las pruebas internacionales. La comparación de las pruebas de Unesco realizadas en 2013 y 2019 muestra que el país que más creció en Lengua en ese lapso, que fue Brasil, mejoró un 5% y el que más cayó fue Guatemala, en un 3%. La Argentina en ese periodo cayó un 2% según esas pruebas. En educación los cambios son muy lentos, de modo que sorprenden niveles tan pronunciados de mejora”.
Lilia Toranzos, especialista en evaluación educativa de la OEI y UNIPE, señaló que en las evaluaciones estandarizadas “los resultados de Matemática suelen ser más estables, en el sentido de que se ven menos afectados por el contexto extraescolar. Los resultados de aprendizaje en Lengua, en cambio, se asocian fuertemente con factores extraescolares, como la presencia de libros en el hogar, o la existencia de hábitos de lectura en la familia”. De todas maneras, Toranzos planteó que “llaman la atención las oscilaciones tan grandes en los resultados en períodos tan cortos de tiempo, como pasó también con la mejora abrupta registrada entre 2016 y 2018″. Y coincidió en la necesidad de “seguir indagando para poder identificar las intervenciones que permitan mejorar los aprendizajes del núcleo duro de estudiantes con bajos desempeños”.
Mariano Narodowski, profesor e investigador en la Universidad Torcuato Di Tella, planteó: “Suponer que estos nuevos resultados son el efecto de una política, cualquiera sea, es técnicamente absurdo. No hay ningún país del mundo en que los resultados cambien tan significativamente en menos de un año entre prueba y prueba, como en este caso”. Con respecto al impacto de la pandemia, Narodowski consideró: “A medida que va pasando el tiempo, nos damos cuenta de que la pandemia afortunadamente no generó la catástrofe educativa que se esperaba. Sin embargo, la pandemia sí generó y aún genera problemas entre los sectores sociales de menores recursos y en general en el estado de ánimo de docentes y alumnos”.
Fuente: Infobae
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— misionesonline.net (@misionesonline) March 31, 2023