Quienes la consumen buscan mejorar la sensibilidad y el nivel de adrenalina. Los peligros de percepción que produce la intoxicación.
02 de mayo 2023, 14:09hs
En internet, distintos usuarios comparten la experiencia al consumirla con alcohol: “Tomé una entera y a los 30 minutos sentí una patada descolocadora. Desde ahí, todo para atrás: quede todo transpirado mal con la mandíbula dura. No podía abrir la boca ni para tomar agua, visiones raras, caras deformadas y arcadas de a ratos. Quedé muy loco”.
Hay miles de drogas sintéticas, y cada una provoca efectos psicoactivos distintos, aunque en la mayoría de los casos son usadas para inhibir el dolor, alternar percepciones visuales y acústicas y cambiar el estado anímico.
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El toxicólogo Carlos Fabián Damin (M.N. 81.870) alerta que en la sociedad existe una banalización del consumo social. “Las drogas sintéticas son comprimidos, que parecen medicamentos, no tienen olor y vienen acompañadas de reducción de riesgos, por ejemplo, acompañado de agua”.
La metanfetamina, un estimulante poderoso
Inicialmente, se consumían metanfetaminas como medicamentos para mantenerse despiertos, mejorar el estado de alerta, pero dado el poder adictivo se comenzaron a controlar y a producir drogas que son parecidas, pero con mucha más potencia, por lo tanto, las metanfetaminas corresponden al grupo de las drogas estimulantes del sistema central catalogadas como las sintéticas que son fabricadas sin ningún tipo de cuidado ni vigilancia.
Damin aclara que se tratan de sustancias de “uso recreativo, que los jóvenes consumen los fines de semana: son de uso social y a lo largo del tiempo también generan alteraciones neurológicas, demenciales”.
Las drogas sintéticas se convirtieron en la sustancia símbolo de la nueva era, porque son capaces de asociar bienestar y rendimiento, exceso y regreso a la normalidad, diversión nocturna y responsabilidades diurnas.
Estas sustancias parecen superar la distinción entre drogas ligeras y drogas pesadas, que aparenta gozo fácil y controlable. Es una sustancia que no provoca dependencia, al menos en términos físicos, pero no por eso es inocua.
“Las primeras experiencias suelen parecer divertidas, gratificantes. Pero, la resaca aparece a las 48-72 horas del consumo y se caracteriza por tristeza, irritabilidad, insomnio, ansiedad. Son susceptibles a estos riesgos todos los consumidores sin importar la dosis o la frecuencia. La única forma de evitar este efecto es salir de la fiesta sin consumir drogas sintéticas”, resume la especialista.
Por desgracia, a estas sustancias las consumen en su mayoría los adolescentes, lo que indica que los jóvenes son quienes tendrán daños en su salud y algunos, de manera irreversible.
En lugar de emerger en el contexto de una relación que se va constituyendo, la emoción que se busca es inducida artificialmente, en el mejor de los casos, como soporte de un “formar parte” de algo y, más frecuentemente, en sustitución de la falta de pertenencia.
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Suscribite acáSe puede decir que los consumidores actuales o potenciales tienen un mayor conocimiento de la oferta, una creciente disposición a experimentar y, por un lado, el deseo de hacer convivir la inserción social con las ocupaciones cotidianas. Alternar un exceso en momentos clave de la semana o del mes.
Es un fenómeno transversal, más que específico de un nicho o de un círculo social. La infravaloración de los daños y de los efectos resumen el objetivo de que lo que importa es pasarla bien. Los jóvenes pueden continuar con sus actividades sin que, por ejemplo, su familia pueda detectar el consumo.