El Presidente deslizó que aún faltan cerrar puntos, pese a haber hecho los «deberes». El brasileño prometió ayuda ante el FMI para «sacar el cuchillo del cuello a la Argentina».
Después de tres meses de negociaciones y las tensiones cambiarias de la semana pasada, el Gobierno deberá seguir esperando la ayuda de Brasil para aliviar las reservas. Esa fue una de las conclusiones que pareció arrojar la cumbre que mantuvo este martes Alberto Fernández con su par Luiz Inácio da Silva en Brasilia, donde acordaron continuar la semana próxima las gestiones para financiar exportaciones brasileñas a la Argentina, sin usar dólares.
«Hemos quedado que la semana entrante el equipo del ministro (Fernando) Haddad con el de (Sergio) Massa ya se reúnan para ver cómo podemos concretar esas cosas», precisó el Presidente durante la declaración conjunta con Lula desde el Palacio de la Alvorada. Allí los mandatarios y sus ministros, estuvieron encerrados durante cuatro horas, sin poder cerrar el acuerdo que empezaron a negociar a fines de enero pasado.
Fernández celebró el «apoyo explícito» de Lula y explicó que el gobierno brasileño «ha tomado la decisión de ayudar a que las empresas de Brasil sigan exportando a la Argentina». «Nos habían pedido que hagamos algunos deberes que ya hemos hecho, que tiene que ver con las garantías necesarias para que Brasil pueda favorecer esos créditos», precisó el Presidente, a la vez que advirtió que Argentina está «rediscutiendo» el acuerdo con el FMI.
Lula da Silva, en cambio, se mostró ambiguo. Reveló que su país va a interceder ante el FMI para «sacar el cuchillo del cuello» de la Argentina en la cuestión de la deuda externa y se mostró dispuesto a ayudar a la Argentina a encontrar una «solución». Pero volvió a insistir en que falta resolver la cuestión de las garantías y propuso la colaboración del bloque Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que se reunirá recién a fines de mayo.
En enero pasado, durante la visita de Lula al país, se acordó ampliar el sistema de pagos en moneda local (SML), un mecanismo vigente desde 2008 para operaciones comerciales de hasta 360 días que permite pagar exportaciones e importaciones en las respectivas monedas, sin usar dólares. Y, por otra parte, revitalizar los créditos que ofrece el BNDES a las empresas brasileñas que exportan a la Argentina, pero que hoy solo alcanzan a los bienes de capital.
Esos temas estuvieron en la primera reunión que mantuvo Fernández con Lula desde las 17.30 y luego en la reunión ampliada con el ministro de Economía, Sergio Massa, el embajador Daniel Scioli, y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, junto al canciller Santiago Cafiero y la vocera Gabriela Cerruti. Mientras del otro lado, asistió el titular de Economía, Fernando Haddad, su vice Gabriel Galípolo, el canciller Mauro Vieira y el asesor internacional de Lula Celso Amorim.
El Gobierno necesita evitar una mayor salida de dólares en un contexto en que el déficit con el país vecino sumó en los primeros tres meses US$ 1.200 millones. Y también fue a buscar una señal de respaldo del principal aliado en la región, en medio de la sequía y la crisis que la semana pasada catapultó el dólar blue a cerca de $ 500. Esa situación forzó medidas de emergencia y tensó las negociaciones por el adelanto de desembolsos al que se resiste el FMI.
En ese marco, Massa anunció la semana pasada el pago de importaciones chinas con yuanes por US$ 1.000 millones en mayo, a partir de la activación del swap con ese país. Y, días más tarde, le prometió a una veintena de ejecutivos que avanzaría en un esquema comercial similar con Brasil, aunque sin recurrir a un swap. Pero la cumbre en Brasilia dejó más dudas que certezas y reflejó la cautela con la que se mueve el país vecino.
Brasil busca recuperar terreno perdido ante el avance chino con el swap y el financiamiento a la Argentina. Más de 200 empresas brasileñas ya no exportan en forma bilateral y crece la deuda comercial con ese país. Pero Lula sumó ahora una exigencia inesperada ante la desconfianza en el peso: la intervención de China y Rusia, pesos pesados en los Brics.
«No queremos que le presten dinero, sino que nos den garantías para que sea mas fácil la relación entre Brasil y Argentina», dijo el mandatario.
DS