Un país caro en dólares, que pretende usar los dólares del colchón y critica a la prensa y economistas: Argentina 1995

Contexto de volatilidad financiera internacional, rápido descenso de la inflación, apreciación del peso, uso del dólar en el día a día y dardos del gobierno contra economistas y periodistas. Esa combinación se vivió en la Argentina 30 años atrás. Veamos un repaso:

Crisis financiera internacional

Treinta años atrás, a mediados de 1995, el presidente era Carlos Menem y el ministro de Economía, Domingo Cavallo. El gobierno había estabilizado hacía rato los precios en la Argentina tras un período marcado por las hiperinflaciones entre 1989 y 1990. Pero a principios de aquel año enfrentó un brusco cambio en las condiciones financieras y económicas globales con la crisis del Tequila, que empezó cuando México devaluó el peso y se produjo una salida de capitales de ese país que amenazó a la economía de Estados Unidos, a tal punto que la administración de Bill Clinton ejecutó un megaplan de ayuda para que sus industrias no se vieran perjudicadas. Para colmo, en febrero la Reserva Federal, conducida por Alan Greenspan, subió la tasa de interés 50 puntos básicos, a 6%.

Esta semana Jerome Powell, titular de la Fed, no solo no bajó las tasas en un contexto de menor crecimiento esperado para Estados Unidos, sino que la probabilidad de que lo haga en la próxima reunión disminuyó tras su conferencia de prensa.

Argentina, cara en dólares

Buenos Aires era registrada como la ciudad más cara de Latinoamérica en junio de 1995, según Corporate Resource Group. Un informe difundido en Ginebra decía que las ciudades más caras del planeta eran europeas y japonesas. Y que en Latinoamérica los costos más altos se situaban en Buenos Aires. El estudio consideraba los costos de la canasta familiar, de los servicios pero también la salud, la vestimenta, el transporte público, el deporte y las diversiones como ir al cine, teatro o a un recital. A Buenos Aires (ubicada en el puesto 17 entre las más caras del mundo) le seguían, en América Latina, Río de Janeiro (32), San Pablo (34) y Montevideo (50). La ciudad más barata de la región era México.

En 1995 los costos de Buenos Aires y París eran idénticos. En cuanto al mundo, dos ciudades japonesas, dos suizas y dos escandinavas resultan las más caras. Tokio, Osaka, Zurich, Ginebra, Oslo y Copenhague, son las seis más caras. Con respecto a Nueva York, cuyos costos se utilizan como referencia, Tokio y Osaka, son dos veces más caras. Buenos Aires era más cara que París, Frankfurt y Miami.

Esta semana, La Fundación Ecosur, presidida por el ex BCRA Guido Sandleris, dijo que por el precio de la canasta básica en la Argentina es la segunda más cara en la región, solo superada por el precio en Uruguay (y no por mucho).

“Se terminó el modelo de la Argentina miserable, que estaba regalada en dólares”, dijo el ministro Luis Caputo el jueves.

Periodistas, economistas y competencia de monedas

Sonia Cavallo, la esposa del ministro de Economía, Domingo Cavallo, acusaba por esos mismos días a los medios de comunicación de “tergiversar las noticias” (económicas). “Leo los diarios desde hace 25 años, porque mi vida es de permanente labor detrás de mi marido. Leo la mayoría (de los diarios), porque algunos ya no los leo más: ya aprendí. Tomo la versión que más me gusta, la recorto, y mi hija, que estudia economía, la revisa”.

Por su parte, el ministro declaraba que la economía argentina permite a todos los ciudadanos manejarse con cualquier moneda y todos los analistas y economistas se equivocan cuando calculan números de la macroeconomía argentina y de la deuda externa. La deuda es más baja que la que ellos dicen”.

Cavallo también había responsabilizado al Congreso por sobresaltos económicos como la caída de 10% en la Bolsa en un par de días.

La inflación daba cero

La inflación de mayo de 1995 fue cero por ciento. Era la quinta vez que el índice de precios al consumidor (IPC) no registraba variaciones desde que en 1991 fue lanzado el plan de convertibilidad. En aquella ocasión, el entonces viceministro Juan José Llach atribuyó la reiteración de este fenómeno en mayo a “las bajas estacionales en alimentos y turismo’’. Reconoció además que la baja en los índices estaba influenciada por un contexto recesivo: “Todavía no se verificó una baja significativa en los precios de los productos que tuvieron una retracción importante de sus ventas”.

Aquella era la quinta vez desde 1991 que el IPC se ubicaba en 0%. Los casos anteriores habían sido en agosto y diciembre de 1993, febrero de 1994 y febrero de 1995.

El miércoles se conocerá el dato de abril de 2025. El mercado espera 3,2% y el Gobierno, algo menos. Para mayo se estima 2,8%. Lo más cerca de cero que se divisa es 1,6% en octubre, según el REM.