La Unión Europea se ha lanzado a cortar su enorme dependencia del gas ruso en plena invasión de Ucrania al tiempo que maniobra para garantizar la seguridad de suministro energético. Tras salvar el pasado invierno sin grandes problemas de abastecimiento, ahora toca blindarse de cara a la próxima temporada invernal, en la que se concentra el mayor consumo de gas.
La Comisión Europea y los Veintisiete han levantado un escudo para blindarse frente al pulso de Vladímir Putin y entre las medidas implantadas se incluye la obligación para los estados miembros de ir llenando sus almacenes de gas para garantizar el suministro. Como ya sucedió el pasado año, el plan diseñado por Bruselas exige a los estados miembros cumplir volúmenes mínimos de reservas en diferentes momentos del año, con el objetivo final de llegar al 1 de noviembre con sus almacenes llenos al 90% de su capacidad.
España ha conseguido este martes ya rebasar esa cota del 90% seis meses antes del plazo obligatorio marcado por Bruselas tras un acelerón en las últimas semanas en la inyección de más gas. Los tres almacenes subterráneos españoles tienen guardado más de 30.700 gigavatios hora (GWh) equivalentes de gas y se anticipa medio año a las exigencias de la UE, según confirman los registros de Enagás, el operador del sistema gasista español, que actualiza estos datos diariamente.
Las energéticas han disparado inyección de gas de los almacenamientos españoles en las últimas semanas. Hace apenas un mes las reservas españolas estaban en el 77% y en ese periodo las recargas d ellas compañías han hecho que el llenado haya remontado 12 puntos porcentuales de manera acelerada.
Además, España también cuenta con los tanques de su amplia red de plantas de regasificación (que concentran un tercio de toda la capacidad regasificadora de la UE) y que actualmente con un 73% de llenado de su capacidad, con 16.785 GWh, según la estimación de este periódico partiendo de los registros de Enagás. En total, las reservas españolas totales permiten cubrir ampliamente algo más de 40 días de su consumo total de gas.
Bajón con las olas de frío
Las dos olas de frío que golpearon España con pocas semanas de diferencia (a finales de enero y principios de marzo) provocaron un aumento del consumo de gas natural muy por encima de las previsiones que se manejaban para unas condiciones meteorológicas normales. Enagás llegó a activar el estado de ‘operación excepcional’ en dos ocasiones en un mes por el alza de la demanda de gas por parte de hogares y empresas provocado por el descenso generalizado de las temperaturas.
El incremento extraordinario del consumo de gas provocado por las olas de frío, junto a la menor inyección de gas en los depósitos, llevó a las operadores gasistas a utilizar parte de las reservas acumuladas de manera acelerada. Los almacenes subterráneos cayeron entonces por debajo del 80% de llenado por primera vez en siete meses, tras consumir en un mes un 15% de todo el gas guardado.
Los tres almacenes subterráneos españoles llegaron a alcanzar en noviembre un llenado por encima del 96,6%, con un máximo de más de 34 TWh, que llevó a Enagás a retrasar algunas entradas de gas al sistema. El operador paralizó durante unos días las subastas para inyectar gas en los almacenamientos subterráneos y activó un mecanismo preventivo para poder aplazar las descargas de barcos en las plantas de regasificación en caso de ser necesario por la alta ocupación.