A pesar del cambio de ciclo económico en la Argentina, y de reconocer «mejoras» sobre todo en el manejo de las cuentas públicas y en la política del déficit cero, la agencia crediticia Moodys decidió mantener la calificación del país «en el fondo de la tabla». El país tiene desde 2019 la nota CA, que en la escala de Moody´s representa el anteúltimo escalón en la evaluación de riesgo para las distintas economías. Si bien el equipo de la calificadora admite cambios, las dudas sobre la capacidad de pago de los bonos soberanos se mantienen intactas.
Jaime Reusche, Vice President – Senior Credit Officer – analista principal de Moody’s Ratings para la calificación crediticia del gobierno argentino, explicó este jueves por la mañana en el evento anual que la entidad realiza que si bien el ajuste fiscal fue «mucho mayor de lo que esperabamos», al gobierno de Javier Milei le falta hacer un ajuste más profundo en las cuentas externas.
Esto implica un salto del tipo de cambio que corrija el «atraso» que acumuló la moneda local después de la devaluación de diciembre pasado. «Hemos visto algo de eso con la acumulación de reservas en términos brutos, pero no se ha dado un ajuste más brusco, más fuerte, que te genere mayor estabilidad en las cuentas externas», dijo.
El ejecutivo resaltó los efectos positivos del ajuste en el manejo de la inflación y del cambio de política monetaria en la fuerte reducción de la brecha cambiaria, pero expresó que al programa económico de Javier Milei le falta un «ajuste de las cuentas externas». En este punto recordó el caso de estabilización de Perú, durante la década de 1990: el país logró una drástica reducción de la inflación, pero con un fuerte salto del tipo de cambio.
«En el caso de Argentina cómo está la foto del año pasado teníamos un déficit fiscal bastante grande el nivel de inflación y habían aproximadamente 19 tipos de cambio», dijo y señaló: «En lo que va de este año, el ajuste fiscal sin lugar a dudas, ha tenido un impacto importante sobre el nivel de inflación y ha sido un esfuerzo que reconocemos y que ha superado nuestras expectativas. Sin embargo, la parte externa no hemos visto tanta devaluación y todavía tenemos por lo menos dos tipos de cambio y el nivel de reservas no se ha aumentado«, advirtió.
Reusche habló ante un salón repleto de hombres y mujeres del mercado en el Hotel Sheraton de Retiro, donde la principal inquietud fue cuándo el equipo económico de Milei se decidirá finalmente por salir del cepo cambiario. El ejecutivo explicó que «por la debilidad de las reservas netas», la liberación del mercado cambiario supone riesgos desde el punto de vista de los tenedores de deuda argentina. Lo mismo ocurre con la dolarización.
Posteriormente, en una rueda de prensa, Reusche detalló que desde el default de 2019 que para Moody´s las finanzas argentinas «están tan apretadas» que los bonistas se enfrentan a un probable riesgo de impago. Sin embargo, aclaró: «Cuando hablamos de evento de default, ha cambiado un poco la forma en la que lo veíamos. Con lo que veíamos del gobierno anterior, lo más probable es que se diese un impago o una reestructuración. Ahora, con este nuevo gobierno, las condiciones han cambiado radicalmente, pero ya no vemos un impago o una reestructuración, sino más bien un reperfilamiento, que es el evento más probable, lo que llamamos un distressed exchange», dijo.
De esta manera, la calificadora ve probable que el Gobierno deba sentarse a renegociar «de forma amigable» sus vencimientos de deuda a partir de 2025. «Es probable que, si sucede esto, las pérdidas sean muy acotadas. Pero desde nuestro punto de vista, se trataría de un evento de impago», detalló para justificar la falta de cambio de la nota argentina.