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A solas con Slipknot, que asegura que su célebre festival propio en el Parque de la Ciudad será «una bestialidad»

Hace ya un tiempo importante que Slipknot se sentó en la mesa chica del metal junto a bandas como Metallica, Iron Maiden y Black Sabbath. Dentro del universo de esta banda -que de a ratos se parece más a un multitudinario colectivo- del poco popular estado de Iowa en Esados Unidos cabe de todo, incluso desde hace más de una década un festival en toda regla como el Knotfest.

Este sábado 26, en el Parque de la Ciudad, por primera vez Buenos Aires acogerá la versión completa del festival (en 2022 se realizó el Knotfest Roadshow, su versión reducida en el Movistar Arena).

El lineup reúne nombres de excelencia en el panorama metal mundial no exentos de un bienvenido sentido del eclecticismo. Arrancará a las 14.30 y el número principal tocará a las 22.

Corey Taylor, el cantante de Slipknot en 2009. Foto: AFPCorey Taylor, el cantante de Slipknot en 2009. Foto: AFPTeloneando a Slipknot estarán las japonesas rupturistas de Babymetal, los reyes del djent y una de las más prestigiosas bandas de metal europeas Meshuggah y ese ejército de vikingos modernos llamado Amon Amarth.

Por el lado nacional, la participación en el cartel es igualmente estelar: los mega agresivos Nvlo y Arde La Sangre (banda de los ex Carajo Corvata y Tery, que presentarán disco recién estrenado) darán la talla en lo que se adivina como una ineludible celebración metalera. Las entradas se consiguen por entradaUno.

Habla el baterista de Slipknot

Este tour es el del debut en Slipknot del baterista brasileño Eloy Casagrande, surrealista profesional que justifica por demás su mote de influencer de redes con casi 1.5 millones de seguidores.

Eloy Casagrande, ex-Sepultura y actual baterista de Slipknot, en el hotel Faena. Foto: IGEloy Casagrande, ex-Sepultura y actual baterista de Slipknot, en el hotel Faena. Foto: IGPaulistano y de 33 años, entró en la banda proveniente de Sepultura. luego de que Jay Weinberg dejara la banda para unirse a Suicidal Tendencies, que casualmente tocará en Buenos Aires en dos semanas. El hecho se convirtió en el pase estrella de la temporada del metal, ya que por estilo de baterista y la banda, la trasferencia representó un win-win para todos, por supuesto incluyendo al numeroso fandom de los enmascarados.

En una elegante sala de un hotel porteño, Casagrande aparece ante Clarín con su máscara de escenario y una actitud tan amigable como profesional. Luego de consultar si preferíamos hacer la entrevista en inglés, portugués o portuñol, entusiasmado, se expresa sobre su llegada a la banda:

“¡Uff, es increíble! Desde que era chico escucho Slipknot, es casi imposible no estar influenciado por ellos si te gusta el metal. Desde que tenía 12-13 años que los escucho. Joey Jordison (el baterista original, fallecido en 2021) es una enorme influencia en mi forma de tocar. La primera vez que lo vi fue haciendo el truco en el que elevaba la batería en el escenario durante su solo. ¡Fue una locura, cambió mi cabeza para siempre!».

Y agrega: «Así que es un sueño que se convirtió en realidad, totalmente. Si me preguntas en qué lugar quiero estar ahora mismo, es éste, porque la música de Slipknot encaja perfecto en mi estilo: es energética, rápida y también es un mix de distintos géneros dentro del metal. Tenés el groove, el thrash metal, el death metal y toda la locura de este sonido. Existen muchos espacios para ser creativos».

-¿Cómo se sienten al traer el circo Slipknot a Sudamérica?

-En mi opinión, el público sudamericano es el mejor. Recientemente hicimos el Knotfest en Brasil y fue muy especial para mí, porque estaban mis amigos, mi familia. Todos estábamos esperando eso y se sintió parecido a mi primer show con la banda. Siempre les digo a mis compañeros de banda que este es el mejor lugar del mundo para tocar. La gente es cálida, no paran de hacer ruido, gritan, saltan y se enloquecen. Así que es muy especial estar acá.

-Un amigo estuvo en el Knotfest de San Pablo y me dijo que el público brasileño se refiere a Slipknot como “la banda de Eloy”. ¿Cómo fue para vos tocar con la banda frente a tu gente?

-(risas) Sí. Los chicos de la banda me estuvieron haciendo esa broma, pero ¿quién soy yo para tomar eso? Tengo mucho respeto por estos músicos y debo mantener mis pies sobre la tierra. La pasamos increíble, fue como un evento a nivel nacional y me siento muy bien de haber sido parte de eso.

Un balance

Eloy Casagrande ingresó en la banda Slipknot durante esta gira. Foto: IGEloy Casagrande ingresó en la banda Slipknot durante esta gira. Foto: IG-Slipknot lleva 25 años de una trayectoria bastante salvaje. En tu opinión, ¿cuál es la contribución de la banda a la escena metalera? ¿Qué cambió en el metal desde que Slipknot apareció?

-Slipknot tuvo un enorme impacto en la escena del metal, primero por el tema de las máscaras y el hecho de que no se sabía quién estaba detrás de ellas. Pero también porque su música es única. Es una música que no se puede explicar, hay que escucharla. Aparte, está siempre cambiando, siempre evolucionando. Slipknot es Slipknot. Es un espacio abierto en el que podés traer lo que quieras, siempre habrá sorpresas. Recuerdo cada vez que salía un disco que cada uno era distinto al anterior. Tenés groove metal, nu metal, thrash… es que todos son músicos increíbles.

-Mencionaste distintos subgéneros del metal, pero siempre llamó la atención la importancia del scratch, de las bandejas de vinilo, en el sonido de la banda. ¿Es el hip hop una influencia importante en Slipknot?

-Personalmente, nunca había tocado con un DJ, así que me siento muy afortunado de hacerlo en Slipknot con Sid Wilson. Y sí, es una influencia para la banda, también lo es la música electrónica. Estoy aprendiendo incluso como hacerlo yo, porque todo tiene que ver con el ritmo, el beat y el tempo.

Cada noche tengo el sonido de Sid bien presente en mis in-ears. Definitivamente es una influencia para la banda que también nos permite traer nuevas ideas porque son cuestiones que van más allá de los instrumentos; podés usar samples también que te ofrecen un gran rango de posibilidades.

-La banda está celebrando su disco debut de 1999 en esta gira. ¿Cómo es volver a esas canciones que son marca de una época?

-Están muy contentos de revisitar el primer disco. Siempre están muy entusiasmados por tocarlo porque los fans les estuvieron pidiendo esto por muchísimo tiempo. Por fin la banda lo está haciendo, así que los fans se están divirtiendo mucho en los shows.

Es el momento en el que la banda empezó, lo cual es especial para mí porque en la primera gira que hago, tocamos el primer disco y se siente como que estoy desde el comienzo. Están todos de muy buen humor en el grupo y cuando cenamos o almorzamos juntos salen anécdotas antiguas referidas a esa época. El impacto del momento, la experiencia de grabar con Ross Robinson, el productor del disco, etc. Es genial.

-Comenzaste en la banda en medio de un tour. ¿Cuáles son tus expectativas sobre el momento en que entres al estudio con Slipknot?

-(piensa) Estamos intercambiando ideas. De pronto aparezco con algún beat que les envío a los chicos. A veces ellos vienen con algún riff… sí, estamos haciendo algo. Es lo que te puedo decir por ahora, que estamos “cocinando”. Todo el mundo está muy feliz con la idea de trabajar nuevas ideas.

Estos procesos me hacen pensar que cuando entré en la banda, una de las cosas que más me llamó la atención es que todo lo que suena en vivo, es en vivo. No usamos pistas y no usamos metrónomo, todo es tocado en vivo. Incluso algunos de los chicos ni siquiera usan in-ears, tiene enfrente hasta cinco monitores, todo en plan vieja escuela.

Por eso la banda tiene tantos miembros, tenés el DJ, el tipo de los samples, porque todo está tocado ahí en el momento, es algo que me sorprendió porque como sabrás ahora casi todas las bandas usan pistas. Eso no pasa acá, incluso cuando un tema comienza con samples, hay un dedo humano que lo toca para activarlo. Eso lo hace muy especial, y también por eso es que cada show es distinto, nunca será igual al anterior ni al próximo.

-¿Qué es lo mejor de salir de gira con otras bandas como Meshuggah o Babymetal?

-Oh, son grandes bandas, man. Soy un enorme fan de Meshuggah, no tuve aún la chance de charlar con ellos en San Pablo, pero lo haré aquí.

Y Babymetal bueno, son muy especiales. Son chicas, es poder femenino y debemos darle apoyo. Para nosotros es genial tener la posibilidad de dar espacio en el escenario a un grupo de mujeres japonesas que hacen metal ¿Qué tan genial es eso? Debemos darle apoyo para las nuevas generaciones, claro.

-Los shows de Slipknot son muy físicos y en tu forma de tocar se combina una técnica extrema con fuerza bruta ¿Invertís más tiempo en practicar tus habilidades técnicas o en hacer ejercicio para mantenerte en forma?

-Bueno, voy al gimnasio desde que tengo 17 años, porque siempre toqué metal y solía tener mucho dolor en mis muñecas y codos, entonces comencé a ir al gimnasio con la idea de preparar mi cuerpo para poder tocar la batería a mi estilo.

Muchas veces la gente comenta “Eloy toca muy fuerte”, pero mientras toco no pienso en eso. No le doy prioridad a tocar poderosamente, simplemente sale así. Es el modo natural en el que escucho mi instrumento. O sea, sí que entreno todos los días para estar en forma, pero lo más importante es practicar para tocar cada día mejor. Digámoslo así: el entrenamiento es un plus para mi forma de tocar.

-Por último, ¿qué les podés decir a los argentinos que estarán en el show? ¿Qué pueden esperar?

-Locura. Es todo lo que les puedo decir. Será una bestilidad. Espero que puedan disfrutar el show y olvidarse de sus teléfonos por un rato. Solo vivir el momento y volverse loco, qué es lo que hacemos nosotros en el escenario: dar lo mejor que tenemos, estar conectados con el público.