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AMIA: quién es libanés cuya extradición Argentina le está pidiendo a Brasil

Farouk Abdul Hay Omairi es considerado hoy una de las pocas esperanzas en Argentina de hacerle un juicio presencial a uno de los imputados en la causa por el atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita (1994, 85 muertos). Siempre que la justicia y el gobierno de Brasil acepten.

Ocurre que es el único acusado que está en un país donde puede ser juzgado entre otros tres imputados, de los cuales solo dos quedan vivos.

Omairi, también apodado Roberto, es un libanés que vive en Brasil hace más de cuarenta años y ya con ciudadanía de ese país. Registra su último domicilio en Foz do Iguazú. Es uno de los once acusados -entre iraníes y libaneses- en el expediente principal con pedido de captura internacional por la causa AMIA. Se lo apunta como a una de las tres personas que ayudaron al libanés colombiano Samuel Salman El Reda a preparar los operativos para el atentado a la AMIA, instalados en la Triple Frontera.

Omairi es una de las caras menos conocidas de los acusados por el ataque terrorista, y sin embargo es una pieza fundamental de la investigación cuya importancia volvió a activarse luego del que el fiscal de la Unidad Fiscal AMIA, Sebastián Basso, pidiera su captura y extradición a Brasil en diciembre de 2023.

Basso también pidió al juez de la causa por Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah y Abdallah Salman (apodo José El Reda), al considerar “suficientemente acreditada” la “pertenencia o cooperación” de los cuatro “con la banda criminal que denominaré brazo armado del Hezbollah».

Omairi es la única «pieza» de acceso viable para la justicia argentina, ya que el Líbano no coopera con Mouzannar y Abdallah murió de Covid en 2021.

Cuando Basso pidió la extradición de Omairi, la Justicia y el gobierno de Lula da Silva la denegaron bajo el argumento de que es ciudadano brasileño, pero al mismo tiempo establecieron un canal de diálogo con la Argentina, a la que se le ofreció juzgarlo en Brasil en caso de que se logre acreditar las sospechas sobre él. El tratado bilateral de extradición lo permite. La cancillería de Javier Milei mantuvo el reclamo de la justicia argentina y mantiene en conversaciones una fecha de juicio.

Omairi está libre, y según su pedido de indagatoria vive en la rúa Vicentina Chevallier 44, Jardim Iguazú, Foz de Iguazú.

A Omairi se le imputa formar parte y cooperar con el brazo armado de Hezbollah en Triple Frontera, “al menos desde fines de los años ochenta del siglo veinte y hasta la actualidad”. Se lo acusa de haber facilitado “las actividades de los agentes operativos de la asociación delictiva para perpetrar los atentados con explosivos” de la embajada de Israel , el 17 de marzo de 1992 (29 muertos), y de la AMIA.

“En concreto, la cooperación de Farouk Omairi como integrante de la organización fue –bajo la fachada de agencias de turismo– facilitar los trámites de ciudadanía y documentación a todas aquellas personas de origen árabe –entre quienes se encontraría muy posiblemente Salman Raouf Salman–, que llegaban a la zona de la Triple Frontera sin reunir los requisitos documentales necesarios para asentarse en la región, a quienes Omairi proveía de todo tipo de documentos para lograr una identidad falsa y facilitar el desplazamiento sigiloso y oculto ante las autoridades.”, dice el escrito de Basso.

Omairi, hace unos años Omairi, hace unos años Para el fiscal de la UFI-AMIA, Omairi aparece en Triple Frontera vinculado a instituciones educativas, culturales y religiosas relacionadas con la gran comunidad árabe allí radicada. Por ejemplo, en “Husseinia” y la Sociedad Benéfica Islámica, ambas instaladas en Foz de Iguazú, todas estrechamente relacionadas con el brasileño libanés.

Una jueza brasileña señaló en uno de sus fallo en el que aparece Farouk Omairi, que “desde hace algún tiempo se viene asociando a la comisión de delitos graves, además del tráfico de estupefacientes y de la asociación ilícita para el tráfico”. Se sabe que esa es una de las formas de financiamiento del terrorismo. La justicia además agregó al expediente que Omairi sería el principal miembro de la comunidad de Hezbollah en la Triple Frontera, y su nombre es señalado como “una figura clave en la asistencia a miembros de Hezbollah que pretendían fijar residencia en esta región, colaborando con la obtención ilegal de ciudadanías brasileñas o paraguayas”.

Y precisamente con ello vinculó la jueza el secuestro que realizó de numerosos certificados de nacimiento y documentación dirigida a las oficinas de naturalizaciones, al señalar: “el motivo por el cual tales documentos estarían en una agencia de turismo es difícil de imaginar, pero con seguridad los mismos sirven para corroborar el contenido de la noticia precitada”.

También se lo registró como agente operativo de Hezbollah en la ciudad de Abdijan, en África, en los años ochenta y siempre vinculado a la provisión de documentación espuria para las personas de su mismo origen.

En los últimos años Omairi fue condenado por la justicia brasileña por su participación en el tráfico internacional de estupefacientes, y en ese proceso también se determinó que seguía dedicándose al rubro delictivo de la falsificación de documentación personal.