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Andrés Gil, el actor de Patito Feo que fue ídolo teen, triunfó en Italia, la rompe en teatro y ahora será papá por primera vez

Los caminos de la vida han llevado a Andrés Gil por lugares inesperados. En pareja con Candela Vetrano desde hace nueve años cuando se cruzaron en Roma, donde él vivía, y los partió ese rayo que te parte los huesos, del que habla Julio Cortázar en Rayuela, están a punto de ser padres. Y a los 34, luego de ponerle el cuerpo a una ecléctica paleta de personajes, acaba de ser nominado en el rubro Revelación de los premios ACE por su protagónico con Gimena Accardi en la obra En otras palabras.

Actor desde los 17, cuando debutó en la exitosa Patito feo, Andrés Gil admite cuánto lo ha conmovido interpretar a Abel, un hombre que recibe un diagnóstico prematuro de Alzheimer y, junto a su mujer Juana, sortea los obstáculos de una enfermedad que lejos de derrumbarlos los hace más fuertes, porque “el amor todo lo puede”.

La obra, con cinco nominaciones en los ACE, a Revelación suma: Drama y o Comedia Dramática, Actriz protagónica (Accardi), Dirección y Producción (Nicolás Vázquez), basada en el libro del inglés Matthew Seager, está en cartel desde marzo pasado en el Metropolitan hasta este domingo; para luego regresar el 17 de enero en el Teatro Lola Membrives.

Una pausa que Andrés necesita porque está contando los días que faltan hasta el 17 de noviembre, la fecha del parto, para recibir a su primer hijo y no hay espacio ni en su cabeza ni en su corazón para otras experiencias. De modo que llega a esta entrevista en un estado de felicidad indescriptible, si fuera eso posible diríamos que le sonríen hasta las pestañas.

-Estás viviendo un momento de mucha abundancia; cuando en 2017 volviste de Italia ¿te imaginabas este presente?

-¡No! Son muchas cosas lindas que están pasando, no solo a nivel personal con Cande, sino también laboral. Así que estoy intentando disfrutarlo al máximo. Claro que a medida que se acerca el nacimiento de nuestro hijo, porque todo me atraviesa en lo emocional.

En cuanto a lo laboral, si me decías hace diez años que iba a estar donde estoy ahora me hubiera parecido una locura. Me siento un privilegiado por estar haciendo lo que me gusta. Nico tenía muchísima confianza en mí y con Gime (pareja de Vázquez) habíamos trabajado en Separadas, la novela de Polka que se cortó por la pandemia.

Las tiras juveniles como Las tiras juveniles como «Patrito Feo» o «Consentidos» le abrieron las puertas de Italia a Andrés, Gil, que participó de un par de realities y varias series y películas. Foto: Fernando de la Orden

No eran los nervios del debut

-¿Cuando empezaste con los ensayos ya estaban embarazados?

-Fue muy loco, porque me enteré una semana antes del estreno y era medio un secreto, pero como yo estaba con la cabeza en cualquier lado después del ensayo general los agarré a Nico y a Gime, que me veían muy distraído y pensaban que era por los nervios del debut: “Chicos, acabamos de hacernos un Evatest, ¡vamos a ser padres!”- les dije-. Y es muy loco pensar que ahora se vienen el cierre de temporada y el nacimiento, es como un círculo de esas cosas que están alineadas mágicamente.

En otras palabras… son esas verdades que a uno le cuesta explicar, pero que exceden a las palabras y en la obra hay mucho de eso también. Del amor puro que trasciende cualquier dificultad. Una de las cosas más lindas que tiene la obra es que cuando se terminó de armar empezamos a ver realmente lo que pasaba con el público, las historias que nos compartían, y lo que más me queda de esta experiencia es que la gente te dice que no se sienten tan solos, no sólo por el lugar del enfermo a quién toca atravesar esa enfermedad, sino también de quien lo acompaña.

Lo más fuerte es ver cómo alguien deja de lado sus cosas para acompañar, cómo el amor es más fuerte que todo y con Gime, que es una compañera de lujo y tiene mucha verdad, logramos ese vínculo tan especial que nos potencia. Amo el final, cuando la música y el amor encuentran la manera de seguir comunicando, algo que está científicamente comprobado en pacientes con Alzheimer, quienes a través de la música se conectan con sus recuerdos.

Andrés Gil, junto a Gimena Accardi en la obra Andrés Gil, junto a Gimena Accardi en la obra «En otras palabras». Un amor que empieza de jóvenes.-Te caracterizás por animarte a explorar distintas vetas de la actuación. En “Limbo” (serie con la española Clara Lago y Mike Amigorena) interpretaste a Marcos, eras un modelo hipoacúsico y tuviste que aprender el lenguaje de señas.

-Fue muy lindo ese desafío también. Otro de los trabajos que cuando dije que sí pensé y ¿esto cómo se hace? Pero es lo que más me interesa de la actuación, investigar y encontrarme en lugares que nunca imaginé que podía llegar, animándome a buscar y a equivocarme. Aprendí con la actriz Kari Hernández, sus padres son hipoacúsicos y sabe el lenguaje de señas desde chica. Al principio arranqué por fonética, aprendiendo de memoria y después empecé a involucrarme más para poder comunicarme mejor con ese mundo de las imágenes que es fantástico.

-De todos tus trabajos te llevás algo, ahora además la nominación por tu primer protagónico en teatro.

-Sin duda, de esa experiencia por más buena o distinta que sea siempre hay algo que me llevo e intento al menos salir distinto de cómo entré, porque mi desafío siempre es ir mejorando. Por eso la respuesta del público con En otras palabras es tan gratificante. Y después de tantos años de dedicarme a la actuación me gusta disfrutar de esta nominación y decir: “Qué lindo es sentirse reconocido en lo que uno hace”.

Los actores necesitamos esa validación, esta es una profesión en la que lidiamos mucho con el rechazo, no conozco ningún actor que no lo haya recibido el 90 por ciento de las veces que hizo un casting y le dijeron que no…

Gimena Accardi y Andrés Gil en la emotiva Gimena Accardi y Andrés Gil en la emotiva «En otras palabras», aquí ya caracterizados en la vejez y con él sufriendo Alzheimer.-¿Muchos en tu caso?

-¡Me comí un montón de no! Muchísimos, como todos. Es parte del trabajo lidiar con el “Estás bien pero no te queremos a vos, queremos a otro…”. Nunca vas a saber cuál es la razón por la cual no te eligen, pero aprendés a lidiar con eso y también a seguir conectado con el ¿por qué quiero ser actor? Y la respuesta es porque cuando actúo es cuando más libre me siento, el lugar donde encuentro verdades. Siempre me fascinó eso. Empecé teatro con amigos y fueron de los mejores años, ¡lo que nos divertimos! Yo tenía 16 o 17 años y por casualidad Alejandro Stoessel vio Pippin, la obra que estábamos haciendo en el colegio San Marcos.

Tini, clave para llegar a Patito feo

-¿Tini era alumna?

-Sí, ella es más chica que yo, pero Carola, mi hermana menor, era amiga de Tini. Después de verme en la obra, Alejandro me dijo: “Venite a hacer el casting de Patito Feo”. Yo no quería saber nada, sólo quería estar de joda con mis amigos, porque estaba terminando el colegio y se venía el viaje de egresados. Igual hice el casting y les gustó.

Mi personaje (Bruno Molina) era por dos semanas y terminó estando dos años; me fui de gira, hice toda la movida y acá estoy, después de diecisiete años. En todo ese tiempo me empecé a enamorar de verdad de la actuación, hice de todo y se transformó en mi oficio, a tal nivel que me sigo entrenando y sigo buscando nuevas formas.

-Tras el boom “Patito feo” vino “Consentidos” (telenovela musical con Natalie Pérez, Micaela Riera, Thelma Fardín y Michel Noher), otro éxito también en Europa.

-¡Y me fui para Italia! Allá todo el mundo conocía Patito… y Consentidos, por eso había ido una vez a hacer una presentación de una semana y una representante italiana me dijo: “Si aparece algo acá, te aviso”. Y al poco tiempo me llamó.

-¿Cuál era tu conexión familiar?

-Tres de mis abuelos son italianos, pero me fui sin saber hablar el idioma. Empecé ahí estudiar cuando en 2012 me llamaron para hacer “Ballando con le stelle” y aunque no sé bailar me dije: ¿Por qué no? Voy a Italia y ¡a trabajar! Fue un sueño hermoso.

Yo tenía 22 años y estaba, imagínate, viviendo en Europa y trabajando. Me costaba bailar, pero le ponía toda la onda y el público me votaba, fui pasando de ronda y terminé ¡ganando! (con la bailarina ucraniana Anastasia Kuzmina). Me traje una copa gigante, tipo una Champions así (hace el gesto), que hasta hoy cuando ponemos los vídeos del baile mis amigos me cargan por mis performances.

Andrés Gil y la ucraniana Anastasia Kuzmina ganadores de Andrés Gil y la ucraniana Anastasia Kuzmina ganadores de «Ballando con le stelle» (Bailando con las estrellas) y la copa tipo Champions League.-Hay uno que hacés “Thriller” de Michael Jackson con un caño…

-¡Ese baile fue improvisado! La verdad es que la pasé genial. En teoría mi contrato era por tres meses, pero se me abrió una puerta enorme y decidí quedarme. Hice un reality (Pechino Express), que era como una carrera de aventuras viajando por India, Nepal y China, viviendo con un euro al día, durmiendo en la casa de la gente que no conocía. Había que llegar desde India hasta Pekín, pasando por Nepal, todo a dedo. Viví de todo, la primera noche dormí en un techo, vino un mono gigante, detrás un nenito ahuyentándolo con un palo, y pensé: “¿Qué hago acá?”. Llegué a la final y ¡menos mal que perdí!, sino me iba a transformar en el pibe argentino que ganaba realities en Italia.

-En el medio hiciste series y debutaste en cine.

-Sí, empecé a trabajar en Don Matteo, con Terence Hill, que mi personaje era siciliano en realidad; pero cuando fui al casting me dijeron: “¡Nos gusta tu acento argentino!” y me quedé dos años haciendo esa serie. Después hice otra que se llamaba Que Dios nos ayude y la película del Papa Llámame Francisco (con Rodrigo de la Serna). Fueron cuatro años de laburo increíble. Vivía en Roma y me iba a trabajar a Spoleto, en la región Umbría, pasaba por el Coliseo para ir a grabar, ¡hermoso! Y cuando venían amigos de la Argentina los llevaba a pasear por Roma.

Andrés Gil  En la serie italiana Don Matteo con Terence HillAndrés Gil En la serie italiana Don Matteo con Terence Hill

Y llegó el amor

-Uno de esos amigos, Santiago Talledo, fue el Cupido entre vos y Cande Vetrano.

-¡Talledo es el Cupido! Me llama y me dice: “¿Podemos quedarnos en tu casa? Estoy con una amiga, Candela…”. Teníamos amigos en común, pero nunca la había visto. Él nos quería enganchar, porque los dos estábamos solteros, pero yo estaba muy en plan de “no quiero conocer a nadie”; además me tenía que ir a laburar así que compartimos solo un día, le mostré toda la ciudad, hablándole en italiano, tenía todas a mi favor.

-¿Te gustó apenas la viste?

-¡Obvio! Me di cuenta cuando se fue y me quedé pensando en ella. Nos volvimos a ver acá, cuando vine a pasar las fiestas y ahí nos enganchamos. Me quedé en Italia todo el 2016, porque tenía trabajo, pero ya sabiendo que me quería volver. Pero no sólo volví por Cande, también extrañaba mucho mi familia, mis amigos y todas las cosas que uno no se imagina nunca que va a extrañar, pero cuando vivís afuera todo se exagera.

Andrés Gil y Cande Vetrano, una historia de amor que comenzó en Italia. En noviembre serán padres primerizos.Andrés Gil y Cande Vetrano, una historia de amor que comenzó en Italia. En noviembre serán padres primerizos.-¿Por ejemplo?

Empecé a tomar clases de tango, porque el tango me traía a Buenos Aires, y nunca en mi vida lo había bailado, pero mi abuelo Rómulo cantaba tangos, era fanático de Gardel. O escuchaba radios argentinas porque todo el tiempo quería saber qué pasaba acá.

-¿Aprendiste a bailar tango?

-¡El 8 te lo sé hacer! No me pidas más. Como te dije, el baile no es lo mío, ahora si me marcan la coreo la hago. Ojo, igual tengo en mis caderas mucho ballroom, porque en Italia se bailaba eso.

-¿Dejaste las puertas abiertas?

-Sí, pero ahora si lo hago ¡volvemos tres!

Andrés Gil quiere sumarle a la actuación, la producción  y la escritura de guiones. Foto: Fernando de la OrdenAndrés Gil quiere sumarle a la actuación, la producción y la escritura de guiones. Foto: Fernando de la Orden-¿Es un plan irse a vivir a Italia?

-No, pero nuestro trabajo no tiene fronteras. Entonces lo que más me interesa es seguir tejiendo puentes, conectar a Argentina con Italia, porque tenemos tantas cosas en común que me encantaría en algún momento generar coproducciones cinematográficas.

Me gustaría seguir desarrollándome no sólo como actor, sino también como productor o director. Me gusta escribir ficción, escribí una comedia con un amigo y ahora estoy incursionando en el drama y en el terror, porque a todo lo encuentro interesante.

-En la serie “El fin del amor” sos el cuñado de Cande, que es la hermana de Lali Espósito, en la vida real una de sus mejores amigas.

-Sí, fue divertido. Y en “el casamiento” de Cande tuvimos 18 tomas y yo festejándole los besos con el “novio”… Nos reímos mucho.

-Antes, en 2019, habían hecho “La encamada”, donde eran “John y Yoko”.

-¡Claro! Una sátira en la que hacíamos de Lennon y Yoko el día que se sentaron desnudos en la cama para pedir por la paz. Fue la primera vez que trabajé con Cande y fue espectacular. La obra duraba quince minutos, pero hacíamos cinco por noche en el Microteatro.

-“En otras palabras” se toma una pausa, pero vuelven el 17 de enero en el Lola Membrives.

-Volvemos y es una gran noticia porque esta obra me hace muy feliz. Pero me viene bien esta pausa, porque en noviembre llega el bebé y quiero disfrutarlo al máximo.

Gimena Accardi, Andrés Gil, Cande Vetrano y Nico Vázquez, el director de Gimena Accardi, Andrés Gil, Cande Vetrano y Nico Vázquez, el director de «En otras palabras», obra nominada para cinco premios ACE.-¿Hablaron con Cande de cómo se imaginan como papás o cómo desearían ser?

-Siiii. Nos estamos divirtiendo mucho porque es todo nuevo. Creo que vamos a descubrirnos también como padres; y el desafío es estar juntos y acompañarnos. Seguramente habrá momentos complicados, pero ¿qué experiencia más linda e intensa que ésta? Me están apareciendo preguntas que nunca me había hecho, pero tampoco quiero que la ansiedad tome el mando y no me deje disfrutar, prefiero que nos sigamos sorprendiendo día a día.