En la elección primó la experiencia del neuquino, que el domingo 7 estará al frente de su sexto súper y el tercero consecutivo.
Darío Herrera será el árbitro del superclásico entre River y Boca del domingo 7 en el Más Monumental. La experiencia del neuquino de 38 años pesó más que el buen momento de Yael Falcón Pérez, el otro candidato, y de esta manera dirigirá su sexto duelo entre millonarios y xeneizes.
Los antecedentes de Herrera en los superclásicos entre River y Boca tienen como dominador en las estadísticas a quien será visitante el próximo domingo: en los 5 partidos previos, los de Núñez (siempre con Marcelo Gallardo como DT) no solo no ganaron sino que no pudieron convertirle goles a su clásico rival.
Eso sí, en ese historial figura un partido muy especial: el 0-0 de la revancha de la Libertadores 2015, en la Bombonera, suspendida en el entretiempo por el famoso episodio del «gas pimienta», que derivó en la clasificación del equipo del Muñeco, que se coronaría campeón.
Nacido en Andacollo, una localidad de Neuquén que cuenta con apenas 2600 habitantes, Herrera lleva 10 años como árbitro de Primera División.
Los Superclásicos de Darío Herrera
15/5/2015 Boca vs River 0-0 (Copa Libertadores)13/9/2015 River vs Boca 0-1 (Campeonato 2015)24/4/2016 Boca vs River 0-0 (Campeonato 2016)20/3/2022 River vs Boca 0-1 (Copa de la Liga)11/9/2022 Boca vs River 1-0 (Liga 2022)
La noche del gas pimienta
El 14 de mayo del 2015 se jugaba la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores entre Boca y River en la Bombonera, con el Xeneize obligado a ganar, ya que los de Núñez se habían quedado con la victoria por 1-0 en condición de local.
El partido iba 0-0 y llegó el entretiempo. Pasados los 15 minutos de descanso, tanto Boca como River estaban a punto de regresar al campo de juego, hasta que apareció en escena Adrián Napolitano, alias «el Panadero», para arruinar la tarde/noche que hasta el momento, era una fiesta. Todo se destruyó cuando un gas pimienta entró por el túnel donde regresaba el conjunto Millonario al campo de juego, que afectó la visión de algunos jugadores del equipo de Marcelo Gallardo. Otros sufrieron falta de aire y síntomas de descompostura.
Lo que siguió fue un caos. El árbitro Herrera no tenía claro qué hacer. Si suspender, si seguir, si jugar con los jugadores que Gallardo tenía a disposición, que no eran muchos, o esperar a que se recuperaran para que el show continuara. Los hinchas del Xeneize todavía recuerdan (y reprochan) aquella imagen de Rodolfo D’Onofrio adentro del campo de juego de la cancha de Boca.
En el medio, los jugadores de Rodolfo Arruabarrena no abandonaban sus posiciones: Orión se quedó en el arco, la línea defensiva estaba armada y todos los jugadores de Boca esperaban que el partido continuara como si nada hubiera ocurrido. Pero las autoridades de la Conmebol y compañía decidieron suspender el encuentro, por lo cual Darío Herrera dio por finalizado el partido dos horas después del escándalo.
Le fue mejor a Boca
Tras aquella noche lamentable del «gas pimienta», Herrera dirigió otros cuatro superclásicos que dejaron un balance más que favorable para el equipo de La Ribera, con tres triunfos y un empate, siempre con el arco invicto.
El primero de ellos fue en septiembre de ese año 2015 de la primera Libertadores del River de Gallardo, en el estadio Monumental. Boca se llevó el clásico por 1-0 con gol del uruguayo Nicolás Lodeiro, quien marcó a los 18 minutos del primer tiempo. Aquel partido tuvo como incidencia una grave lesión de Fernando Gago recién comenzado el encuentro, cuando el talentoso mediocampista se rompió el tendón de Aquiles.
Dirigidos por Herrera, Boca y River volvieron a jugar en abril de 2016, partido disputado en la Bombonera y que terminó empatado 0-0. De ese encuentro cabe resaltar que el equipo que dirigía Guillermo Barros Schelotto sufrió la (correcta) expulsión de Pablo Pérez cuando se jugaban apenas 10 minutos del primer tiempo. Habían pasado siete meses de la lesión de Gago, que llegó a jugar ese partido e increíblemente volvió a sufrir la rotura de su tendón de Aquiles.
El clásico siguiente también recayó en Darío Herrera, en septiembre del año pasado, el triunfo de la formación que dirigía Hugo Ibarra por 1-0 gracias al cabezazo goleador de Darío Benedetto. Sobre el final se fue expulsado Marcos Rojo, tras pegarle una patada en la cara a Nicolás De la Cruz.
Herrera se ganó su lugar en el Superclásico gracias a mostrar una buena conducción en ese tipo de partidos tan calientes, en los que además no tuvo que lidiar con jugadas demasiado polémicas, situación que espera mantener el próximo domingo.