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El Boca de Gago comenzó con polémicas: de la mano previa en el gol de Tigre al manotazo penal que le dejó la cara roja a Cavani

Boca visita a Tigre en el debut de Fernando Gago en el banco de suplentes del equipo que lo vio nacer como futbolista. El arranque del flamante DT no fue el esperado, por lo menos en una primera mitad con pocas acciones de peligro, llena de errores defensivos y con muchas polémicas en ambas áreas.

El problema más grande de los árbitros del fútbol argentino es la disparidad de criterio con la que se manejan. Por eso una mano que se sanciona en una fecha puede ser no cobrada a la siguiente, por mucho de que parezcan iguales. Así, la acción discutida se encendió con el gol de Tigre que llegó tras una clara de Ramón Arias, quien saltó junto a Nehuén Paz, autor del grito.

El que primero saltó a protestar en el banco de Boca fue Milton Giménez, el atacante al que le anularon un gol ante River y otro contra Argentinos por haber tocado la pelota con la mano en la jugada previa al festejo. «Antes sí y ahora no», le decía el ex Banfield al cuarto árbitro, Lucas Comesaña.

La acción que pidió Boca sucedió a 28 minutos del primer tiempo. Gonzalo Maroni mandó un córner pasado desde la derecha, Paz saltó (¿había empujón de Marcos Rojo?), la pelota le tocó en la mano luego de pegar en la cabeza y en la acción posterior anotó por arriba de Sergio Romero, previa desvío en Rojo.

Se vivieron momentos de incertidumbre en los segundos que el VAR, a cargo de Hernán Mastrángelo, se tomó para analizar. La sensación era que el tanto se invalidaría por los antecedentes previos. Sin embargo, Fernando Echenique marcó la mitad de la cancha y convalidó al festejo.

El polémico gol de Paz no fue lo único que protestó Boca porque antes hubo un manotazo a Edinson Cavani adentro del área. El uruguayo se quedó un rato tendido y, cuando se incorporó, le mostró a Echenique una clara marca en el rostro. Ni el árbitro ni el VAR entendieron que fue falta del defensor Ramón Arias.

Cerca del final de la primera mitad, el que respiró aliviado fue Boca. Un pelotazo desde el fondo de Tigre dejó mano a mano al delantero Blas Armoa con Romero, toda una señal de lo mal que marcó el Xeneize. Rojo empujó al atacante mientras el arquero insólitamente se quedaba clavado en su área chica, y la pelota terminó en el fondo de la red. El blooper terminó siendo invalidado por posición adelantada de Armoa, decisión que fue chequeada por el VAR. La TV no mostró repeticiones ni se vieron las famosas líneas que se trazan en este tipo de casos.