El gobierno festeja triunfos pasajeros y de corto alcance con votaciones logradas en el límite del quórum. Asume que es minoría y que puede manejar un tercio de los votos para proteger los vetos. No parece tener mirada de mediano y largo alcance para protegerse de amenazas que requieren voluntad y capacidad de negociación y de resistir la exposición prolongada a problemas complejos.
¿Tiene el gobierno alguien para negociar, a la vez, la designación de jueces en la Corte, Procurador y Defensor, o la ampliación del Supremo? Por no atender las necesidades de fondo del largo plazo, el gobierno se enteró, tarde, de la designación de la cúpula de la Comisión Bicameral Revisora de Cuentas.
Es la que controla las cuentas de inversión de los gobiernos. Es el órgano del que depende la Auditoría General de la Nación, hoy en manos del peronismo que se fue en 2023. En esa Bicameral confluye un cuarteto multipartidario sin ninguna figura del gobierno.
La foto que mostraron los cuatro en la noche del miércoles es el retrato de un nuevo poder al que habrá de atender. Preside la comisión Miguel Pichetto, como vice Mariano Recalde, que presidió la Bicameral entre 2019 y 2023, y dos secretarios: por el Senado Juan Carlos Romero y por Diputados Álvaro González.
Otro fracaso del Gobierno
No es difícil imaginar el poder que surge del acuerdo multipartidario en el país de las instituciones disfuncionales del cuarto gobierno de minoría en lo que va del siglo XXI.
En esa bicameral La Libertad Avanza tiene un solo representante (Julio Moreno, diputado por Salta), y el gobierno fracasó en imponer a Edgardo Kueider como presidente (antes candidato a la Bicameral de los espías, que fue para Martín Lousteau).
Esta comisión tiene pendiente la aprobación de la cuenta de inversión 2019 de Macri. Antes había rechazado las de 2016, 2017 y 2018. El rechazo se aprobó en el Senado, pero Diputados nunca lo trató.
La AGN debe aún elaborar el informe del año 2019 de Macri y de los cuatro años de Alberto Fernández. Incluyen el endeudamiento con el FMI (Macri) y los gastos extraordinarios para combatir la peste Covid de Alberto. A este último lo respaldan los más de 65 DNU que firmó y que ya han sido avalados por la comisión respectiva que preside el riojano Juan Carlos Pagotto.
La situación es más que delicada para Macri y Alberto. Si se rechazase alguna de las rendiciones podrían abrirse causas penales. Quienes ven bajo el agua recuerdan que en Brasil Dilma Rousseff fue destituida por manipulaciones contables. Ocurrió en 2016 y recién en 2022 la justicia falló su Inocencia. Pero ya la habían echado del cargo.
Gastos rigurosamente vigilados
Pichetto fue candidato a vicepresidente de Macri y llegó a ser auditor por propuesta del PRO. Pichetto no permitirá la politización de la revisión de los gastos de su compañero de fórmula, que ya fue maltratado por el peronismo, que ya le observó rendiciones de cuentas (2016, 2017, 2018).
Álvaro González presidió la Bicameral durante el gobierno de Macri y el año pasado, cuando fue reelegido en la banca de diputado, se le confió la representación del PRO en el Consejo de la Magistratura. Milita en el larretismo y votó contra el veto de Milei a los fondos universitarios. Esa disidencia no afecta su capacidad como centinela de los intereses de Mauricio, y este lo sabe.
Romero es el creador del grupo de «Los 39» que desplazó al cristinismo del control del Senado. Suma la experiencia de integrar esa Bicameral que él ayudo a crear. Como senador en tiempos de Carlos Menem redactó el formato actual de la AGN: se creó la SIGEN la para el control previo al gasto y la AGN para el control posterior.
En ambas cámaras se aprobaron cuentas hasta el 2013. 2014 y 2015 (Cristina de Kirchner) tuvieron sanción en el Senado. 2016 (Macri) fue rechazada en el Senado. Las cuentas que ya están listas para su tratamiento en comisión son las del 2017 y 2018 -con el informe de AGN y el informe técnico de la comisión. Del 2019 hasta ahora la AGN no envió los informes.
La comisión cumplió con los plazos para remitirle a la AGN en tiempo los ejercicios. Hay dos años, 2022 y 023, sin tratar dictámenes por la comisión que controlaba el peronismo. La Bicameral tiene 240 expedientes sin tratar en total. Todos tienen informes de asesores.
Tuneleros en acción
Este cierre multipartidario en la Bicameral que ejerce el juicio de residencia de los expresidentes hinca los pies en acuerdos que han buscado ponerle solidez a la liquidez de las conductas. La Auditoría es un organismo que debe presidir la oposición, función que ejerce el ex vicejefe de gabinete de Alberto Fernández, el porteño Juan Manuel Olmos.
Este funcionarios tiene diálogo con todos los sectores. Con amplio ancho de banda, Olmos tiene terminales en el peronismo, sus opositores, pasando por el Vaticano por su estrecha relación personal con el papa Bergoglio. Llevó al organismo a la flor y nata del fernandismo: Julio Vitobello, Vilma Ibarra, Virginia García, Silvia La Ruffa, Raúl Rigo, Cecilia Todesca.
Desde diciembre pasado el colegio de auditores no tiene representante de la cámara de Diputados. En el borde del quórum, la AGN ha elaborado un plan de trabajo que ha reducido la cantidad de revisiones de las 500 habituales de cada año, a alrededor de 200. Ese plan será presentado ante la Bicameral el próximo 4 de noviembre, que lo tiene que aprobar. Ese plan refleja el resultado de una negociación entre los tuneleros de todos los sectores.
Un turno de reconciliaciones
Es en los hechos una derrota del gobierno, sorprendido mientras brindaba por algunas traiciones radicales. Fue una escaramuza silenciosa como la que describió el novelista Benito Pérez Galdós en «Bailén»: «Nosotros teníamos sobre ellos la ventaja de lo desconocido, que es el genio tutelar de las batallas, de eso que no se ve y que en el momento apurado y crítico sale inopinadamente de lo hondo de un camino, del respaldo de una loma, de la espesura de un bosque».
Coincidió con reencuentros fértiles. Uno de ellos fue el de Pichetto con José Mayans, negociador de este entendimiento por parte del peronismo el Senado. Estaban distanciados desde que Pichetto decidió ser el vice de Macri. Sin ceder oposiciones, hubo reconciliación en torno a normalizar el control que el Congreso ejercer sobre el Ejecutivo. También hubo gestos de reconciliación entre Pichetto y Macri, quien lo llamó el jueves para felicitarlo por el cumpleaños.
Había una deuda de Mauricio desde que Javier Milei insultó a su ex compañero de fórmula diciéndole «miserable». Macri no salió en defensa de su ex compañero de fórmula. Quizás Milei estaba enterado de que Macri se había reunido con Pichetto a solas, antes de que el PRO anunciase su apoyo al veto universitario. Ocurrió el mismo día de la última reunión de Macri con Santiago Caputo. Nunca nadie contó de qué hablaron. Pichetto seguramente le impuso su doctrina: Macri no tiene que enredarse en la coyuntura ni desgastarse en peleas ajenas. Como si le dijera: «Mauricio, date cuenta de que vos no gobernás». Pero todo es muy secreto.
¿Se termina el jubileo de los DNU?
El gobierno del festejo fácil descorchó con la fractura del radicalismo y del peronismo. La prisa por armar escenarios electorales enloquece a los dos partidos, que se han quedado sin cabeza, y el cuentapropismo gana por sobre las estructuras. Las señales de cisma en los partidos le hacen creer al gobierno que su capacidad competitiva crece hacia el año que viene.
La euforia por el festejo no lo ayuda para las peleas que se acercan y que son impostergables. El gobierno puede gobernar sin presupuesto. Lo que no puede es gobernar sin DNU. Esta semana, miércoles 30, puede haber dictamen de mayoría en Diputados para limitar el uso de esa herramienta.
Los partidos de la oposición amigable y de la otra redondean un dictamen que permita que el rechazo de una de las cámaras del Congreso sea suficiente para que un DNU pierda efecto. La ley que reglamentó los DNU en 2006 se había convertido en un salvavidas para los gobiernos frente al control del Congreso.
Peligra también el canje de deuda
Otro misil que amenaza al optimismo del gobierno es la intención del peronismo del Senado de llevar al recinto esta semana la propuesta de derogar el DNU 846/24 de fecha 20 de septiembre de 2024, que modifica las condiciones establecidas por la ley de Administración Financiera para los canjes de deuda.
Esa ley permitía canjes de títulos con la condición de mejorar de dos de estos tres requisitos: monto, tasa o plazo. El DNU 846 autoriza al gobierno a un canje con un único criterio: el valor de mercado. Los críticos de la oposición advierten que el Gobierno puede renegociar títulos al precio del día, que en algunos casos puede ser la mitad del valor nominal.
Esa condición la había pedido Luis Caputo cuando era ministro de Mauricio Macri y el Congreso se la negó. Intentó filtrarla en las dos versiones de la llamada ley de Bases. Se la rechazaron. Ahora vuelve a imponerla por dos caminos: el polémico DNU 486 y en el art. 54° del proyecto de presupuesto 2025.