«Es algo que no podemos entender, me parte el alma«. El dolor se siente en la voz de Marcelo Gutiérrez, un reconocido arquitecto de Córdoba que tenía una relación casi simbiótica con su hija, Catalina Gutiérrez (21), la influencer que en la madrugada del jueves fue encontrada sin vida en el asiento trasero de un auto.

Era tal el vínculo cercano entre ambos que ella había elegido seguir la profesión que ejerce su papá. También compartían guitarreadas y desafíos virales de tiktok. «Una diosa, una excelente hija, divina y alegre, estudiante perfecta», la describió Marcelo, que también apuntó contra otro estudiante que ya se encuentra detenido. «Que se pudra en la cárcel. Es un demente», dijo sobre el joven de Bariloche que compartía estudios y salidas con la víctima.

A Catalina la encontraron muerta en el auto de su mamá, el mismo que había pedido prestado para ir a jugar al bowling con sus amigas, una cita a la que nunca llegó. En el medio del itinerario habría recibido un mensaje del principal sospechoso para encontrarse con él, según lo que dijo su padre.

El vehículo apareció con señales de que habían intentado incendiarlo, sin éxito. No se conocen, aún, las circunstancias del crimen, pero sí hay un detenido, Néstor Soto (21), compañero de facultad y amigo de la víctima. «Era alguien allegado a ella, lo invitaba a casa a comer, y él la invitaba a la suya», dijo el padre de Catalina sobre el sospechoso, en diálogo con Noticiero Doce.

Marcelo Gutiérrez es un reconocido arquitecto de Córdoba. Sus pagos son los de Achiras, cerca de Río Cuarto, pero vive junto a su familia en el barrio Inaudi, en el sur de Córdoba. Hace pocas semanas, se reinauguró el Concejo Deliberante en Córdoba, luego de la remodelación de la que Gutiérrez estuvo a cargo. Catalina quería ser arquitecta como él.

Catalina Gutiérrez (21) fue hallada muerta en el asiento trasero de su auto. «Lo único que quiero es justicia y que se pudra en la cárcel. Es un demente, de otra manera no se puede llamar a esa persona [Soto]. Que pague, y que se pudra en la cárcel toda su vida. No se merece vivir en esta sociedad este enfermo mental», dijo Gutiérrez, enardecido, para luego lamentar la muerte de su hija: «No sé cómo vamos a hacer para seguir».

Consultado sobre si su hija alguna vez había aludido a acosos o actitudes raras para con ella, el padre aseguró que no. En cambio, dijo que Catalina tenía pareja, un joven que también estudia arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba, la misma institución en que se formaba la víctima.

Luego, relató cómo fue que la familia se puso rápidamente en alerta al no recibir durante algunas horas noticias sobre su hija.

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Catalina Gutiérrez tenía 21 años y era estudiante de arquitectura. Se investiga las causas de su muerte.

«Desde las 10 de la noche, cuando llegué a casa, con mi mujer comenzamos a sentir que algo no andaba bien. La mamá la llamaba y ella no contestaba, por lo que hicimos la denuncia ante la policía. Creo que la policía actuó bien, pero no quiero saber ningún detalle, porque debe haber sido una situación horrible«, declaró a Noticiero Doce.

Y siguió: «Nunca avisó que haría una parada intermedia antes de ir a Patio Olmos. Suponemos que hubo una llamada [de Soto] que fue ‘Vení, pasá por acá, ya que vas’… Algo pasó en el medio».

El audio que le mandó al novio y el sistema por el que encontraron rápidamente el auto

Otro que estaba pendiente del viaje de Catalina era su novio. «Le mandó un audio a él, que es un divino. Él nos pasó el audio, que decía ‘Mi amor, voy para allá [Patio Olmos] a sacar un turno para jugar al bowling. Voy directamente para allá’, y de fondo se escucha la baliza del auto», reconstruyó Marcelo.

Catalina Gutiérrez y su papá Marcelo. El hombre habló sobre su hija, que apareció muerta dentro de un auto en Córdoba.El novio de Catalina, al ver que ella no contestaba, se puso en contacto con los padres de la joven. Además de hacer la denuncia, pudieron determinar la ubicación del celular de la víctima, un iPhone, mediante un sistema de geolocalización del teléfono. Estaba en el barrio Ampliación Kennedy, donde también estaban el auto de la madre de Catalina, un Renault Clio gris, y el cuerpo de ella, en el asiento trasero, con marcas en el cuello y señales de un intento de incendio.

«Hace dos meses, mi hija menor y Catalina habían establecido ese sistema de localización en los celulares. Si no, hubiéramos estado como tres días buscándola a Catalina. El auto estuvo 30 minutos parado ahí donde fue encontrado. Por suerte ya está el desquiciado detenido, debería haber pena de muerte», culminó Gutiérrez, impotente.

«Una diosa, una excelente hija, divina y alegre, estudiante perfecta… Una felicidad total. Mi hija se iba anoche a jugar al bowling con sus amigas y nunca más volvió», lamentó Gutiérrez, que además dijo que cremarán el cuerpo de su hija y llevarán sus cenizas a Achiras, donde Catalina se sentía a gusto siempre que iba.