El hombre de 49 años fue abordado por efectivos de la y miembros de la Agencia Gubernamental de Control el lunes pasado, cuando le hicieron un acta por venta ilegal en la vía pública.
“Me quedé sin laburo. Se me acumulaban las boletas de luz, de gas y teléfono hasta el punto de llegarme avisos de corte de los servicios”, detalló a Télam Romero.
“Por suerte la gente estaba mirando la situación y empezaron a aplaudir, gritar y a darme apoyo a mí” Luego decidió vender su moto con la cual hacía “changas” para pagar sus deudas y recurrió a incursionar en la cocina.
“Me gusta cocinar y dije bueno, no sé, hago empanadas y salgo a vender a la calle. Pedí un carrito prestado, yo ya tenía una heladerita, y me acerqué al Parque porque conozco gente de ahí”, explicó.
«Estoy emocionado», nos dice Pablo, el vendedor de empanadas al que ayer la Policía de la Ciudad le secuestró la comida que vendía en Parque Centenario.
Después del feo momento que le tocó vivir, a Pablo le llena el alma el apoyo recibido tras la viralización del video. pic.twitter.com/9KXaIgd41V
— Revista Cítrica (@revistacitrica) May 3, 2023 Pablo detalló que, acompañado por una amiga, llevó cinco docenas de empanadas para vender en el Parque Centenario, en el barrio porteño de Caballito.
“Le vendía a dos o tres personas, y a los 20 minutos aproximadamente estaba rodeado de cinco o seis personas del Gobierno de la Ciudad y del otro lado tenía como siete policías que me agarraron el carro”, detalló.
Romero describió la situación como “violenta” y “de atropello”, donde los efectivos “metieron todo en una bolsa de plástico”, tuvo que forcejear para que lo que quitaran el carro y acto seguido empezaron a labrar un acta, bajo los dichos de “no se puede vender en la calle”.
“Por suerte la gente estaba mirando la situación y empezaron a aplaudir, gritar y a darme apoyo a mí”, indicó.
Consternado, Romero señaló que fue una “situación muy incómoda” y en la que “sintió vergüenza” luego de que las personas en el lugar lo filmaran ya que no quería salir en ningún medio para que no lo vieran sus hijos en esa situación.
El vendedor mencionó que el acta de contravención fue por “incautación” donde se especificó que se llevaban las cosas.
Luego de este hecho, Romero señala que no ha dormido bien, pero va a continuar con el emprendimiento, e indicó que será “un desafío”.