Enfrentado con los otros tres integrantes del Máximo Tribunal y cercano al Gobierno, apareció en El Vaticano en el marco de un encuentro del Instituto de Diálogo Interreligioso.
El cuarto piso del palacio de Tribunales arde. La mayoría de la Corte Suprema de Justicia -integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda- enfrenta las consecuencias de haber desplazado al administrador general del Poder Judicial, Marchi, quien descargó su frustración ante la Comisión de Juicio Político de Diputados, donde los cuatro ministros son sometidos a proceso.
Pero el otro miembro del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, se hizo tiempo para visitar Roma y emocionarse con la interpretación de Solo le pido a Dios en voz de León Gieco, sentado junto al Papa Francisco.
Lorenzetti -de los cuatro magistrados en el que mejor sintonía tiene con el Gobierno- está en el Vaticano como parte de la numerosa delegación argentina en el encuentro del Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI), una organización impulsada en Buenos Aires hace más de dos décadas por el entonces arzobispo porteño Jorge Bergoglio, junto al rabino Daniel Goldman y el dirigente musulmán Omar Abboud, que también estaban en Roma este viernes.
No es la primera vez que el ministro de la Corte participa de las actividades organizadas por el Vaticano. Lorenzetti ya asistió a varios encuentros internacionales de jueces, a los que también fueron decenas de magistrados y juristas argentinos.
El Congreso “De Jorge a Francisco, de Argentina al Mundo” que organiza el IDI, celebró su acto principal en el salón del Palacio Apostólico del Vaticano, donde además se encontraba el cardenal español Miguel Ayuso, presidente del Pontificio Consejo del Diálogo Interreligioso, y más de cien argentinos.
Entre ellos, además de Lorenzetti y León Gieco, asistieron al encuentro el director de asuntos institucionales de IDI, Andrés Prieto Fassano; los jueces de la Suprema Corte bonaerense Hilda Kogan y Sergio Torres; los jueces del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Santiago Otamendi y Marcela De langhe; el excanciller y actual presidente del CARI, Adalberto Rodríguez Giavarini; la exministra de Desarrollo Social Carolina Stanley; los dirigentes sindicales Oscar Silva y Gabriel Trovato; los empresarios Eduardo Eurnekian, Tomás Karagozian y Ricardo Fernández Nuñez, y la embajadora argentina ante la Santa Sede, María Fernanda Silva.
“Les agradezco los esfuerzos y les pido que recen por mí, cada cual en su idioma y en sus gestos, lo necesito”, señaló el Papa ante una auditorio repleto. “Si los argentinos no rezamos los unos por los otros, estamos fritos”, insistió para luego pedir luego que cada uno rezara un minuto “por sus hermanos y hermanas” en silencio.
El Instituto del Diálogo Interreligioso valoró hoy «la tarea» de Jorge Bergoglio, y destacó que «pudo traducirse en proyectos que alcanzan la dimensión universal» en diversas temáticas, entre las que mencionó el medio ambiente, la pobreza y el trabajo, los migrantes, la educación y la conversación entre los diversos credos.
Las «conclusiones y desafíos» del IDI fueron dadas a conocer en la segunda jornada del congreso, cuyo momento más emotivo fue la entonación ante el Papa «Sólo le pido a Dios».
«A través de ponencias y testimonios, hemos recibido importantes luces sobre la esencia que debe animar nuestras prácticas a favor del diálogo y el encuentro entre los hombres, y también sobre los métodos conducentes a desarrollarse con ese espíritu en nuestra casa común», señaló un comunicado del IDI, que invitó a la dirigencia y la ciudadanía a apelar a «una conciencia basada en la coherencia y en el vínculo entre la teoría y la praxis».
Y señaló que, «como argentinos, verificamos que lo que hemos realizado no resulta suficiente. Que existen enormes desafíos y preguntas en los espacios en los que cada uno de los participantes desarrolla su función en la sociedad. En este sentido el ejercicio del diálogo, lejos de ser una señal de debilidad, identifica nuestros puntos en común y deja de lado los matices que nos diferencian, buscando soluciones concretas a los problemas de la gente».
Además del discurso del Papa, las actividades del evento incluyeron la plantación de un olivo en los Jardines Vaticanos junto al presidente del Governatorato, cardenal Vergáz Alzaga, en conmemoración del plantado por el entonces arzobispo porteño Bergoglio el 29 de marzo de 2000 en la Plaza de Mayo.
«Inspirados en tu mensaje, los participantes de este congreso, trayendo una voz que nos une en la diversidad, celebramos estos 10 años de tu pontificado con el deseo de recibirte pronto en tu tierra«, concluyó el comunicado del IDI, en una apelación a Francisco.