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Hacer ejercicio podría reducir el riesgo de padecer esclerosis lateral amiotrófica en los hombres

Según un estudio, se podría reducir el riesgo de desarrollar ELA si se mantiene una buena forma física y se realizan actividades de intensidad moderada regularmente.

01 de julio 2024, 11:29hs

La ELA es una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos y afecta las funciones físicas. (Foto: Adobe Stock)

La ELA es una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos y afecta las funciones físicas. (Foto: Adobe Stock)

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa rara y progresiva que afecta a las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Las personas con ELA pierden la capacidad de iniciar y controlar los movimientos musculares, lo que generalmente conduce a una parálisis total y la muerte. La esperanza de vida promedio después del diagnóstico es de dos a cinco años, por lo que identificar factores que ayuden a prevenir o retrasar su aparición es clave.

Mantener una buena condición física y realizar ejercicio de intensidad moderada con regularidad podría estar relacionado con un menor riesgo de desarrollar ELA en la vida adulta, según un nuevo estudio que se acaba de publicar en la revista Neurology de la Academia Americana de Neurología y que encontró esta asociación únicamente en participantes masculinos y no en mujeres.

La caminata, uno de los ejercicios que se estudió. (Foto: Adobe Stock)

La caminata, uno de los ejercicios que se estudió. (Foto: Adobe Stock)

Los autores del estudio analizaron a 373.696 personas residentes en Noruega con una edad promedio de 41 años, a quienes se les hizo un seguimiento durante un promedio de 27 años. Entre todos los participantes, 504 personas desarrollaron ELA: de ellas, el 59% eran hombres.

Los participantes registraron su nivel de actividad física del último año en una de cuatro categorías: sedentario; al menos cuatro horas semanales de caminata o ciclismo; al menos cuatro horas semanales de deportes recreativos o jardinería intensa o entrenamiento riguroso o competiciones deportivas varias veces a la semana. Debido al reducido número de participantes en el nivel más alto de actividad física, los investigadores combinaron las categorías tres y cuatro en un solo grupo de alta actividad.

Hasta un 41% menos riesgo de ELA en función de la actividad física

Los investigadores encontraron que, de los 41.898 hombres con el nivel más alto de actividad física, 63 desarrollaron ELA; de los 76.769 hombres con un nivel intermedio de actividad física, 131 desarrollaron ELA; y de los 29.468 hombres con el nivel más bajo de actividad física, 68 desarrollaron ELA.

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Después de ajustar por otros factores que podrían afectar el riesgo de ELA, como el tabaquismo y el índice de masa corporal, los investigadores encontraron que los hombres con niveles moderados de actividad física tenían un 29% menos de riesgo de desarrollar ELA en comparación con aquellos con el nivel más bajo de actividad física. Los que tenían niveles altos de actividad física tenían un 41% menos riesgo. En el caso de los hombres, “los niveles moderados a altos de actividad y condición física no solo no aumentan el riesgo de ELA, sino que pueden tener un efecto protector contra la enfermedad”.

La frecuencia cardíaca

Los investigadores también analizaron la frecuencia cardíaca en reposo. Los hombres en la categoría más baja de frecuencia cardíaca en reposo, lo que indica una buena condición física, tenían un 32% menos de riesgo de desarrollar ELA en comparación con aquellos con frecuencias cardíacas más altas.

El ciclismo es uno de los deportes que puede realizarse en grupo. (Foto: Adobe Stock)

El ciclismo es uno de los deportes que puede realizarse en grupo. (Foto: Adobe Stock)

“Nuestros hallazgos muestran que, para los hombres, los niveles moderados a altos de actividad y condición física no solo no aumentan el riesgo de ELA, sino que pueden tener un efecto protector contra la enfermedad”, afirmó el Dr. Anders Myhre Vaage del Hospital Universitario de Akershus en Noruega y principal autor del estudio y añadió: “Futuros estudios sobre la conexión entre ELA y ejercicio deben considerar las diferencias de género y los niveles de actividad física más altos o profesionales”.

Una limitación de esta investigación que reconocieron sus autores es que el cuestionario de actividad física se completó solo en un momento específico durante el estudio, por lo que puede no haber reflejado los niveles de ejercicio de los participantes a lo largo de los casi 30 años de seguimiento.