Todo el ambiente que rodea a Wall Street descarta que el organismo ajustará nuevamente la tasa en 25 puntos básicos para llevar el indicador a un rango de 5 a 5,25% para los próximos meses y estiman que se mantendrá en ese nivel hasta fin de año.
La atención de los inversores está centrada en las perspectivas que trazará la FED para los próximos meses y los indicios que pueda proyectar el presidente del organismo, Jerome Powell, durante la conferencia de prensa del miércoles.
Los economistas dicen que Powell probablemente insinuará que la Fed se está acercando a una esperada pausa en sus aumentos de tasas. Sin embargo, no necesariamente enviará una señal clara de que la subida de esta semana será la última de la Fed. En cambio, probablemente hará hincapié en que podrían ocurrir más aumentos de tasas si la inflación se mantuviera persistentemente alta, muy por encima de la tasa objetivo del 2%.
Todo parece indicar que la FED continuará concentrada en la baja de la inflación y dejará de lado la crisis bancaria ya que no se espera que el colapso del First Republic Bank durante el fin de semana, pueda opacar el ajuste en la tasa de interés.
En la última reunión de la FED en marzo, sus funcionarios pronosticaron que implementarían una suba más y luego dejarían las tasas sin cambios hasta el próximo año.
Esos pronósticos se difunden una vez cada trimestre, por lo que no se actualizarán hasta junio.
Sin embargo, siete de los 18 directores de la FED proyectaron que las tasas superarían el 5,1%, mientras que solo uno pronosticó una tasa más baja.
Los aumentos de tasas han llevado a costos más altos para muchos préstamos, desde hipotecas y compras de automóviles hasta tarjetas de crédito y préstamos corporativos, y han aumentado el riesgo de una recesión.
Los próximos pasos del banco central, después de esta semana, se ven empañados por la incertidumbre y una mezcla de señales contradictorias.
La economía parece estar enfriándose, con el gasto de los consumidores chato en febrero y marzo, lo que indica que muchos compradores se han vuelto cautelosos ante los precios más altos y los costos de los préstamos.
El mercado laboral se presenta resistente y ha mantenido la tasa de desempleo cerca de los mínimos de 50 años durante meses, aunque ahora está mostrando algunas grietas.
La contratación se ha desacelerado, las ofertas de trabajo han disminuido y menos personas están renunciando a sus trabajos por otros puestos, generalmente mejor pagados.