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La silenciosa disputa nuclear que Washington y Beijing tienen en Argentina por el futuro de Atucha III

El presidente Alberto Fernández cerró este viernes la primera semana de mayo con un gesto político que pasó inadvertido en su agenda de recorridas. Se trasladó a la localidad bonaerense de Lima, en el partido de Zárate. No fue a hacer una inauguración, sino a recorrer las instalaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica, donde están desarrollando el CAREM, primer reactor nuclear de diseño y desarrollo íntegramente argentino. En torno a ese reactor y a la construcción de la futura central nuclear de Atucha III gira una silenciosa puja de intereses entre Estados Unidos y China que comenzó a acelerarse.

Hace poco menos de un mes, por ese mismo lugar pasó el presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de los Estados Unidos (NRC), Christopher Hanson. Llegó con la misión protocolar de conocer el plan de desarrollo nuclear argentino. Fue recibido por las autoridades de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A. y recorrió la planta donde está el CAREM. El desarrollo nuclear argentino es un tema de mucha atención para Estados Unidos porque todavía no está definido cuál será la tecnología que utilizará la cuarta central que tendrá Argentina, es decir, Atucha III.

La diplomacia norteamericana está en contra de que la central cuente con tecnología china, una posibilidad muy concreta a partir de los acuerdos suscriptos entre Argentina y el gigante asiático para negociar un la provisión de la tecnología Hualong, pero sin definiciones sobre el financiamiento.

El lobby de Estados Unidos se intensificó desde el año pasado y tuvo su repercusión en el Congreso Nacional, especialmente por parte del oficialismo que apuntó al por entonces secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, por demorar los acuerdos con China. Hubo un disparador. El 1 de febrero de 2022 el presidente de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), José Antúnez y su par de la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) rubricaron un contrato para construir un reactor de 1200 MW. En los meses que le quedan de mandato, Fernández tiene que decidir si avanza con la financiación de China o si deja eso en manos de la próxima administración. Parece que no procastinará la decisión.  

Los gestos tampoco se han detenido desde Beijing. El 25 de abril, dos semanas después de la visita de Hanson a Buenos Aires, el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja estuvo presente en los actos que se realizaron en la capital asiática para conmemorar los 40 años de la Corporación Nuclear Nacional de China en el Extranjero (CNOS). Durante el evento, el diplomático fue al hueso del asunto y tuvo una reunión con el presidente de la China National Nuclear Corporation (CNNC), Gu Jun, la que firmó el acuerdo del 1 de febrero de 2022.

El pedido que inquieta a Washington y entusiasma a Beijing

Según informó la embajada de Argentina en China, Vaca Narvaja le solició a Jun «que su país financie el 100% de la construcción de Atucha III dada la situación económica de la Argentina». «Para la Argentina  poner en marcha el proyecto de la cuarta central nuclear, una iniciativa impulsada por Cristina desde su primer presidencia, implicaría robustecer nuestras reservas, dinamizar la industria y la construcción, generar 7000 puestos de trabajo y desarrollar aún más al sector nuclear, formando cuadros técnicos e impulsando el crecimiento de instituciones y empresas como Nucleoeléctrica Argentina S.A., INVAP, Nuclearis, CONUAR, IMPSA, entre otras», detalló el diplomático para defender la posibilidad de recurrir a la tecnología Hualong.

La tecnología nuclear argentina es reconocida en todo el mundo y despierta un choque global de intereses.

Las palabras del embajador confirman que los tiempos se están acortando para definir el asunto y que Argentina defenderá su decisión desde el rol que tiene como país productor de energía nuclear para fines pacíficos, una mesa muy excluyente que obsesiona a Washington y que actualmente es presidida por un argentino que fue reelecto. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) es dirigido por Rafael Grossi, una de las figuras más respetadas en la materia que es el encargado de liderar las inspecciones internacionales en distintos países, como sucedió en Ucrania para verificar los daños de la central de Zaporiya.

«Tal como dijera Grossi, los reactores Hualong ‘están a la vanguardia internacional y son totalmente seguros’, por lo que a lo largo de estos 40 años, la cooperación con CNNC se ha consolidado como una excelente estrategia para combatir la crisis energética a la que nos enfrentamos», celebró Vaca Narvaja para defender la posibilidad de transferencia tecnológica. «El 40 por ciento de componentes serán de fabricación local y se impulsaría también el desarrollo del primer prototipo CAREM», sostuvo el diplomático.

La recorrida presidencial por el CAREM

En ese contexto estuvo este viernes Fernández recorriendo la planta donde se desarrolla este reactor de baja y media potencia que es reconocido internacionalmente por su construcción modular. «Este desarrollo de la CONEA coloca a la Argentina en el camino de liderar el segmento de reactores modulares de baja y media potencia SMR, que son la tendencia mundial en materia de energía nuclear, porque se trata de reactores mucho más pequeños, con un diseño más simple y seguro», detalló la Casa Rosada.

«Además, al construirse por módulos, son más convenientes a nivel económico porque es posible producirlos en serie, y porque permite que se sumen módulos en la medida que sea necesario incrementar la potencia de manera más flexible que una central grande, donde uno tiene que realizar toda la inversión al principio», indicó.

Este tipo de reactores «tienen una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía, incluyendo la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar». El CAREM es de baja y media potencia.El que requiere Atucha III es de alta potencia y puede ser chino. Sin embargo, el desarrollo nuclear argentino pone al gobierno en otra posición ante las presiones y también en las negociaciones.

La Argentina tiene tres centrales nucleares y Atucha III será la cuarta que contará el complejo energético nacional. 

Además del prestigio técnico y de la solvencia de sus profesionales, Argentina fue sede de un importante evento internacional. Se concretó el jueves en el Centro Atómico de Ezeiza, un día antes del recorrido del Presidente por por Lima. Fue la 21° reunión plenaria del Comité Técnico de la ISO (Organización Internacional de Normalización, por sus siglas en inglés) que define las normas de calidad para reactores nucleares. Ese comité sólo reúne a 19 países de todo el mundo y suma a otros 10 como observadores. Argentina integra la mesa de miembros plenos y el jueves fue la sede de su reunión anual, a la que asistieron expertos de Estados Unidos, China, Rusia, India, Canadá, Corea del Sur, Francia y Alemania, entre otros.