La declaración, entre gallos y medianoche, de Laudelina Peña (45) fue una bomba en la causa abierta por la desaparición de su sobrino Loan (5) el pasado 13 de junio. Una bomba cuyas consecuencias aun son inciertas.
De manera totalmente irregular, la mujer fue llevada a la ciudad de Corrientes desde 9 de Julio para declarar ante un fiscal de la Justicia local, que no le tomó declaración sino que recibió su «denuncia». Mucho más cerca, más correcto y más rápido hubiera sido que le contara su versión al fiscal federal de Goya, Mariano De Guzmán.
Pero esto no ocurrió.
Laudelina sostuvo que Loan fue atropellado por el ex marino Carlos Guido Pérez (62) cuando se retiraba con su camioneta del almuerzo junto con su esposa, la funcionaria municipal María Victoria Caillava (52); que se llevaron al chico muerto y ella no sabe a dónde y que la amenazaron para que los ayudara plantando la zapatilla del nene y así pareciera que se había perdido.
El fiscal Gustavo Robineau la escuchó y la dejó ir, aunque claramente Laudelina había confesado un delito, circunstancia que en otro caso menos enredado seguramente hubiera obligado a interrumpirla, acusarla e indagarla por el delito que ella misma estaba contando.
Laudelina Peña y su mamá, Catalina.Eso tampoco pasó.
Laudelina dijo lo suyo y se fue. Las versiones de que se encontraba en un hotel de Corrientes, en la calle Ricardo Gutiérrez al 2800, del barrio Santa María, indignó a los vecinos, que atacaron el lugar con piedras y botellas, a pesar del escudo que formó la Infantería. Finalmente lograron sacarla en un operativo de distracción pasadas las 20 del domingo.
Antes de desaparecer, la mujer dejó un buen lío y una historia que tiene muchos puntos oscuros, tal vez acomodada para -precisamente- hacerla zafar de la cárcel.
La jugada- si es que la hubo- buscaba mantener la versión de la tía de Loan en el fuero común, pero esto lo resolvió rápidamente el juez de Garantías de Goya Darío Ortiz, que mandó todo al federal.
¿Y entonces qué pasó?
Lo que no era delito para el fiscal Robineau sí lo es para los fiscales federales, sobre todo para los titulares de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) Marcelo Colombo y Alejandra Mángano. Por eso ambos, junto con el fiscal federal de Goya, le pidieron el mismo sábado a la jueza Cristina Pozzer Penzo la detención de Laudelina.
Cuando se solicita una detención preventiva se analizan dos circunstancias: el riesgo de fuga y el posible entorpecimiento de la causa que podría hacer de quedar libre.
Pozzer Penzo no coincidió con la postura del dictamen fiscal y negó la detención de la tía de Loan. Por el momento, Laudelina seguirá en libertad aunque está caminando por la cuerda floja.
La misteriosa desaparición de Loan
Loan Danilo Peña, el hijo menor de los ocho que tiene el matrimonio compuesto por José (56) y María Noguera (46), desapareció el 13 de junio después de almorzar en la casa de su abuela Catalina (86) junto a 14 adultos y otros cinco chicos en el paraje El Algarrobal, a ocho kilómetros de 9 de Julio.
Al finalizar, cerca de las 14, Laudelina Peña y Mónica del Carmen Millapi (35) partieron hacia el monte, en busca de naranjas, seguidos por los niños. Antes había salido el marido de Laudelina, Bernardino Antonio Benítez (27). Loan iba con ellos, pero nunca regresó. El lugar donde desapareció está cerca de carreteras que comunican a Argentina con las fronteras de Brasil y Paraguay.
José Peña, papá de Loan, con su madre, Catalina. Foto Marcelo Carroll.Benítez y la pareja conformada por Daniel “Fierrito” Ramírez (49) y Millapi, quienes habían participado del almuerzo familiar y estaban a cargo del pequeño cuando lo llevaron al naranjo, fueron los primeros tres detenidos en la causa.
Con el paso de los días y después de revisar testimonios y pericias, los fiscales Juan Carlos Castillo y Guillermo Barry avanzaron sobre el posible secuestro del menor y ordenaron detener a Caillava y Pérez como los ideólogos y autores del hecho junto a Benítez.
También arrestaron al ex comisario Walter Maciel (43) por desviar la investigación, ya que lo acusaron de “plantar” una zapatilla de Loan a casi tres kilómetros de distancia del lugar donde el nene fue visto por última vez. Luego se hizo cargo del expediente la Justicia federal, al cobrar fuerza la hipótesis de una red de trata. A casi tres semanas, sin embargo, el misterio y las dudas persisten.
EMJ