Formar parte por primera vez de unos Juegos Olímpicos es siempre un momento muy especial para un atleta. Entrar por primera vez a una Villa, deslumbrarse con la magnitud de cada escenario y emocionarse y sufrir cada competencia con la camiseta puesta. Aunque todas esas sensaciones seguramente se potencian si se comparten desde adentro con alguien muy cercano. Eso están experimentado en París 2024 los hermanos Tadeo y Valentina Marcucci, jugadores de los seleccionados de hockey sobre césped, que ya se metieron en cuartos de final y siguen en carrera en la pelea por las medallas.
«Nunca soñamos esto. Es algo único estar en unos Juegos Olímpicos. Es el sueño de todo deportista porque esta es la competencia máxima que tiene todo deporte. Estoy feliz. Y esto tiene un condimento especial, único, que es poder compartirlo con ella. Más allá de la vorágine del torneo, estar acá, los dos en la misma sintonía, es impensado», le cuenta Tadeo a Clarín durante una charla en la Zona Internacional de la Villa Olímpica.
Los Marcucci son uno de los tres pares de atletas hermanos que hay en la delegación celeste y blanca en la capital francesa -bastante menos que los seis pares y tríos que hubo en Tokio 2020-, junto a Federico e Ignacio Pizarro y Diego y Pablo Simonet, todos integrantes de los Gladiadores de handball.
«Cuando se fue acercando la fecha en la que iban a dar las listas, la ilusión estaba. Como diciendo, mirá si vamos los dos adentro de la Villa. Quizá no lo pensábamos ni hablábamos tanto, porque sabíamos que era complicado. Las listas son muy cortas. Pero cuando se dio, fue una felicidad enorme, sobre todo para mi familia», relata Tadeo, de 23 años.
Y agrega: «Primero nos dieron la lista a los hombres, un viernes, después de volver de la Pro League de Bélgica. Y a ellas se las dieron una semana después, entonces fue una semana con un poco de intriga, porque yo sabía que venía, y estábamos diciendo, por favor que venga Valen también. Cuando nos enteramos fue una locura».
Valentina, que tiene 26, admite: «Yo realmente nunca me lo imaginé. Siempre supe que Tadeo en algún momento iba a tener la oportunidad de venir a unos Juegos Olímpicos, pero poder hacerlo juntos no me era algo que pensaba que podía pasar. Es un sueño, sinceramente».
Valentina y Tadeo se formaron en Lomas. Ella comenzó a jugar junto a Tomás, el hermano mayor. A él al principio no le llamaba mucho la atención el hockey (ningún deporte, en realidad), pero finalmente se enganchó. Y cada uno se fue haciendo camino a su propio ritmo en los seleccionados, porque esos tres años de diferencia hicieron que nunca coincidieran en una categoría. Hasta que llegaron a los equipos mayores.
Hoy, los dos tienen ya bastante experiencia -y varios podios conquistados- con la camiseta celeste y blanca. Valentina fue subcampeona mundial en la torneo que se disputó en España y Países Bajos en 2022 y se colgó una plata en los Odesur de Asunción de ese mismo año.
Tadeo y Valentina Marcucci, un León y una Leona que sueñan con llegar lejos en los Juegos Olímpicos de París 2024. Fotos: InstagramTadeo integró el seleccionado nacional que ganó el bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018 -«Fue una experiencia única, que me fue forjando y preparando como este momento que estoy viviendo», recuerda- y fue además campeón mundial junior en India 2021 y oro en la cita suramericana de la capital paraguaya hace dos años y en los Panamericanos de Santiago 2023.
En París, él forma parte del grupo oficial de 18 Leones y fue titular en los cinco partidos de la fase de grupos. Ella vino a los Juegos como jugadora reserva, en caso de que alguna de sus compañeras se lesione, aunque se hospeda en la Villa con toda la delegación, a diferencia de lo que ocurrió, por ejemplo, en Tokio. Entonces, aunque cada uno está viviendo la cita olímpica desde un lugar diferente, están bien cerca y ambos comparten los mismos espacios.
Con el ajetreo de los entrenamientos y las competencias, igual, todavía no tuvieron jornadas con suficiente tiempo de ocio para sentarse juntos y tranquilos a saborear esta experiencia única.
«No se dio la oportunidad para juntarnos ya que cada uno tiene un poco sus horarios, pero estoy segura que ya va a haber tiempo. Normalmente charlamos después de los partidos para ver cómo le fue a cada uno y si nos cruzamos por la villa, también nos quedamos charlando un rato, pero nada más», cuenta Valentina.
«Todavía no tuvimos día libre completo, entonces se complica un poco. Pero hoy ya estuvimos hablando para tomar unos mates así que en cualquier momento iremos por acá a hacerlo», recuerda Tadeo. «Somos bastante simples, creo que con unos mates en los anillos o acá mirando al canal vamos a estar felices. Siempre lo hacemos cuando estamos en casa. Somos familieros, de juntarnos a tomar mates y hablar de todo, no necesariamente de hockey».
Por el piso. Tadeo Marcucci, en el duelo contra Bélgica. Foto: REUTERS/Adnan AbidiQuizás les costará un poco encontrar el momento para hacerlo, porque se vienen los playoffs de ambos torneos y los dos seleccionados jugarán en días intercalados, si van superando instancias.
Los Leones, que finalizaron cuartos en el grupo B, chocarán con Alemania, primero del A, este domingo a las 20 (15 de Argentina). Buscarán dar el primer paso hacia el objetivo de volver al podio después de ocho años, tras el oro que conquistaron en Río de Janeiro 2016.
«En el grupo, ganamos los partidos que teníamos que ganar y fuimos creciendo como equipo. Estamos bien preparados para ese partido. La clave va a ser mantener la calma, estar muy bien de cabeza y aprovechar las oportunidades que aparezcan», anticipa Tadeo.
Las Leonas, que fueron segundas en la zona B, irán el lunes a las 12:30 (7:30) también ante el conjunto alemán, tercero de la A. Intentarán mantener viva la ilusión de la dorada, el único color de medalla olímpica que falta en las vitrinas del hockey femenino argentino, en las que ya hay tres platas (Sydney 2000, Londres 2012 y Tokio 2020) y dos bronces (Atenas 2004 y Beijing 2008).
«No me tocó jugar, pero creo que desde afuera se sufre más que desde adentro a veces. En la fase de grupo las vi muy bien a las chicas, sólidas, con confianza y contundentes. Eso es lo más importante para encarar lo que viene», reflexiona Valentina.
Los Marcucci, la misma sangre, la misma pasión y la chance única de compartir sus primeros Juegos Olímpicos.