El director, productor, guionista y actor realiza un cine de gran belleza visual y abundante literatura de alta calidad. Hijo del poeta Julio Llinás y medio hermano de la actriz Verónica Llinás, Mariano hace películas de 32 minutos o de 14 horas.
10 de julio 2024, 05:58hs
Llinás no obedece el dogma generalmente aceptado en el cine que desconfía de la voz en off porque la considera una suerte de aporte a lo que la imagen no llegó a transmitir. Para él la palabra dicha, incluso escrita en extensos carteles, forman parte genuina de la película como un todo. Por otra parte, son textos excelentes.
Leé también: Mariano Llinás estrenó su película sobre Ignacio Corsini: “Perdimos la vieja costumbre del cine”
El color impacta desde el principio con un mar azul cristalino como solo se ve en los sueños, el gris intenso de un arenal expresivo como una declaración, una ciudad sumergida que desafía la razón, castillos góticos con crimen y suspenso, cubismo en la playa desierta. La banda de sonido también habla, junto con los narradores (Verónica Llinás, Rafael Filippelli, Mario Mactas). Música ligera o eterna, golpes de hojalata o silencio puro detrás del rugido de las olas.
Mariano Llinás formó una productora, El Pampero Cine, con su grupo habitual, Agustín Mendilaharzu y Walter Jacob. Hubo más producciones; notablemente La Flor, un film que dura 14 horas, repartidas en seis partes. Clorindo Testa, de 2022, no se refiere al gran arquitecto y artista sino a un libro llamado Clorindo Testa que perteneció al padre de Mariano, Julio Llinás. Clorindo Testa era el mejor amigo de Julio Llinás, y a través de ese libro y esa amistad, Mariano encuentra la manera de hablar de su padre, que, observa, el tema del padre ya casi es un género en sí mismo.