Desde que fue liberado «por falta de mérito», después de 20 días detenido en una comisaría de Barracas por la muerte de la brasileña Emmily Rodrigues Santos Gomes (26), quien cayó de un sexto piso de un edificio de Retiro en confusas circunstancias, el empresario Francisco Sáenz Valiente (52) «se levanta todas las mañanas a las 7 para continuar la conducción de sus empresas del sector agrícola», dice una persona cercana a su entorno.
«No está escondido bajo la cama ni tiene miedo de salir… Él va y viene atendiendo sus negocios. Intenta retomar la rutina, aunque no es sencillo, porque está en la casa de un amigo en Provincia de Buenos Aires, pero está intentando encaminar su vida lo más normal posible, sabiendo que está contenido y resguardo por su círculo más cercano. El encierro, que se hizo largo, lo tiró abajo y la libertad levantó su ánimo», añade la fuente a Clarín.
Sáenz Valiente, que fue imputado por femicidio y suministro de estupefacientes por el fiscal Santiago Vismara, «intenta estar entero, evitar que le entren las balas, pero a veces no puede y hay una frase recurrente que repite cada vez que se le presenta una oportunidad: ‘Ojalá nunca hubiera venido esa chica a mi casa. ¿Por qué le dije que subiera, por qué?'».
«Francisco bajó a abrir y preguntó quién era, no sabía… ‘Emmily, una amiga, ¿puede subir?‘. responde y consulta Juliana. ‘Sí, claro«, acotó el dueño de casa. Y de eso es de lo que se arrepiente. Hoy se quiere matar, se quiere matar por haber dicho que subiera«, cuentan de su entorno.
Más allá de que intenta enfocarse en sus labores cotidianas, para Sáenz Valiente la obsesión está enfocada en el 16 de mayo, día que la Cámara de Apelaciones resolverá si confirma la falta de mérito, o la revoca y dicta la prisión preventiva.
«Es blanco o negro, en este aspecto el proceso penal es súper agresivo», dice una voz penalista autorizada. «Hay mucha presión de la opinión pública, no será un dictamen que se resuelva así nomás. Hay una muerte en el medio», indica.
Clarín accedió a declaraciones judiciales de una amiga de Emmily que aseguró que la joven brasileña no era una chica «fácil o que se regalara».
«Estoy ciento por ciento segura que ella era una chica que jamás se sacaría la ropa en un after, ni estaría con un hombre ni con una mujer, aunque le pagaran o propusieran. Emmily no se dedicaba a eso, no era prostituta como dicen», sostuvo.
«No se trata de estigmatizarla, sólo se intenta demostrar que esta chica no tenía ningún problema en sacarse un top y desnudarse ante extraños, más allá de que lo hiciera en su casa. Que quede claro que no importa que la chica se desnudara, sí en cambio que las amigas la pinten como si se tratara de Teresa de Calcuta«, defiende un amigo de Sáenz Valiente.
La cuenta de OnlyFans, dice el entorno de Sáenz Valiente, echaría por tierra que Emmily no se desnudaba. «Si se desnudaba para crear contenido en sus redes sociales ante cientos, miles de extraños, ¿cómo no lo va a hacer en pleno estado de borrachera y drogadicción, junto con sus amigas Dafne y Juliana?», plantea.
«¿Cómo hacía esta chica para tener el tren de vida que ostentaba haciendo manicuría y estética, como dicen sus amigas? Tenía un Mercedes Benz, alquilaba un departamento de alrededor de cuatrocientos lucas. ¿De dónde sacaba la plata? El novio, Juan Manuel Rodríguez, que declaró que ella no consumía drogas ni se prostituía, también, dijo que no la mantenía, pero que le prestó entre 20 mil y 30 mil dólares», agrega.
El entorno de Sáenz Valiente comenta que el empresario «es soltero, no tiene hijos y no tiene que rendirle cuentas a nadie. Él no jode a nadie, siempre fue respetuoso, le gusta la buena vida, un bon-vivant. ¿Drogadicto? No, para nada. Es un consumidor social, nada experto. Él tiene sus drogas, las consume él, como sucedió aquella noche. En su casa cada uno tenía su droga. Nadie drogó a nadie… estuvieron desde las 3 hasta las 8 charlando y drogándose. Se puede, consumir droga no es punible».
A su círculo íntimo, Sáenz Valiente jura que esa noche mantuvo la sobriedad «dentro de un ambiente de consumo. No había tomado mucha cocaína ni tampoco tanto alcohol. Quedó demostrado en sus dos llamados al 911, en tres minutos, pidiendo ayuda. Estaba poseída la chica, pero eso fue después de las 8 de la mañana del día 30 de marzo».
«No tiene miedo, está ansioso pero no tiene miedo de volver a la cárcel, confía en su verdad. Está contenido, hay buena sensación térmica de cara a lo que se decida el 16 de mayo», concluyen cerca del empresario, quien recuperó la libertad el 19 de abril pero sigue imputado.
Allí la víctima -que había llegado al lugar a las 3.21- sufrió un aparente brote psicótico y a las 9.18 terminó cayendo desnuda por una ventana al patio interno del pulmón de manzana del edificio, cuando en el departamento solo estaban Sáenz Valiente y Magalhaes Murao.
EMJ