la ex reina de Coachella le pone límites a su entorno. El matrimonio y la maternidad trasformaron a la primera influencer.
El bebé, que nació en enero, inauguró muchos hábitos nuevos en la mamá primeriza. Por lo pronto, Paris Hilton no le dio la noticia del nacimiento ni a sus padres. Después de un tratamiento de fertilización asistida y tras elegir a quien sería la madre subrogada, por fin llegó Phoenix a su vida y lo disfrutó en secreto toda una semana.
“Mi vida siempre fue muy pública. Quería guardarme algo para mí”, explicó cándidamente en TV cuando decidió que ya era hora de blanquear.
Acostumbrada a vivir bajo los flashes de los paparazzi y el escrutinio constante de sus seguidores en red, Paris Hilton quiso que los primeros días de vida de Phoenix Barron Hilton Reum fueran un acontecimiento que pudieran disfrutar sólo ella y el empresario Carter Reum, su esposo desde 2021.
Sin Coachella y debut en la Gala del Met
El pasado lunes1 de mayo, cuando debutó también como invitada de la Met Gala, un evento fashion insuperable al que sólo tienen acceso aquellos que habilita la pluma de la organizadora y editora jefa de Vogue, Anna Wintour, una manifestación de activistas pro cambio climático casi la deja aislada en su vehículo a pocas cuadras del museo.
A Paris Hilton hasta ahora se la conocía como a la chica de alta sociedad que pasaba 250 días al año fuera de su casa promoviendo su marca o pasando música como DJ.
Y la llegada de Carter Reum aparentemente fue más que oportuna. Ambos cumplieron 42 años en febrero, con pocas semanas de diferencia. Toda una alineación de planetas.
Su primer libro y su serie
Una valla que va a encontrar Paris Hilton cada vez que quiera ir a promocionar su flamante libro de memorias. En marzo, cuando salía de una entrevista con la BBC en Londres, tuvo que pasar por un piquete de periodistas que reclamaban en la entrada. La chica de la alta sociedad se les acercó, les sonrió, se sacó selfies con ellos y terminaron convencidos de que quizás la podían contar como aliada.
En su libro, Paris Hilton, una autobiografía, dice haber revelado mucho más secretos. Por ejemplo su fijación por armar una marca que le permitiera controlar algo en su vida. O los que tienen que ver con los abusos que recibió en el internado de Utah al que la mandaron sus padres por rebelde y del que salió a los 18.
El documental que hizo en 2020 contando estos abusos por primera vez mostraron que no era una Barbie frívola. “Mucha gente se dio cuenta que no era una rubia tonta, sino que era muy buena pretendiendo serlo”, se sinceró con el entrevistador Andy Cohen.
Pasaron ya 20 años de aquel reality donde componía a una chica rica que veía por primera vez a una vaca, A simple Life.
Se viene un disco, un tour donde quizás viaje con su bebé y completar una segunda temporada de Paris enamorada, el reality donde mostró la intimidad de su casamiento con Carter, y donde ahora planea exhibir su nueva faceta de mamá. Confiesa que la maternidad, aunque la mata de dulzura, le sigue pareciendo un poco surrealista.
WD