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Probation para Javier Milei

La política le ha dictado una probation a Javier Milei, a la espera de cómo reaccionará ante las decisiones del Congreso, si juguetea con vetos, cómo reglamenta el gobierno las nuevas leyes o abandona la mansedumbre que le permitió la votación exitosa de las leyes de Bases y de Paliativos Fiscales.

Justificó esa probation el dictamen de los economistas del PRO, que rindieron el miércoles un detallado informe de coyuntura ante Mauricio Macri y los más fieles de su mesa chica. Ese día, con la consigna de mantener la reunión en secreto, hablaron Luciano Laspina, Guido Sandleris, Hernán Lacunza y Nicolás Dujovne – los hombres del presidente para la economía-.

Como agitador de la centro derecha Macri profesa el prejuicio de que los problemas son de la economía y no de la política. Importa lo que escuchó y lo que decida sobre sus relaciones con el gobierno. El PRO es el único bloque que sigue siendo aliado incondicional del oficialismo.

Sin el PRO el gobierno perdería el ángel guardián que le ha permitido tener un programa, contar con un buen número de funcionarios experimentados y un rol competitivo en el Congreso. La intención de mantener la cita en secreto alimentó algunas fantasías periodísticas, que no acertaron a informar el lugar donde ocurrió, lo que se dijo y el detalle del diagnóstico.

Lo esperan hasta la primavera

Ocurrió en la quinta del exministro Jorge Triaca sobre la Panamericana, a donde llegaron y comparecieron los cuatro economistas y los operadores reales y efectivos de Mauricio: Diego Santilli, Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal, Jorge Macri, Soledad Martínez (intendente de Vicente López), Fernando de Andreis y Guillermo Montenegro.

El dictamen de los economistas no se aparta de los que ellos suelen volcar en sus charlas privadas ante inversores y que algunos reproducen en sus newsletters.

1) El gobierno va en el sentido correcto en materia macroeconómica;

2) ha logrado mostrar buenos números de baja del déficit, inflación y recorte del gasto;

3) tiene un problema con el tipo de cambio, por una brecha que crece por encima del 10%, que era el techo para una unificación de la cotización;

4) se le complica la salida del cepo cada día más. En un arbitraje de coincidencias y disidencias, todos creen que Milei merece una probation hasta agosto para ver qué hace con los números.

Tratándose de cuatro profesionales con capacidad de expresión no daremos más detalle para no glosar diagnósticos que son de precisión técnica. Quien se interese en profundizar que se lo pregunte a ellos. En el rojo de la administración enumeraron: 1) atraso cambiario; 2) incremento de la deuda; 3) peligrosa recesión.

«-¿Patricia? ¡Fuera!»

Macri dedicó un tramo político al condumio de media semana en uno de los santuarios de sus grandes conspiraciones como es la quinta de Triaca, hoy principal estratega de Macri. Ritondo describió con precisión la situación en el PRO de Buenos Aires, donde él presentó una lista única de conducción.

Santilli y el primo Jorge hablaron de las relaciones distantes que tiene el gobierno porteño con gobierno nacional, y de la nueva presentación a la justicia para pedir intervención de la Corte Suprema en el reclamo de los fondos detraídos por la administración de los Fernández.

Macri remató en la reflexión final lo que ha dicho antes:

1) hay que fortalecer al PRO como partido autónomo y rechazar la táctica del bullrichismo de fusionarse con la peña de Milei;

2) la gestión del poder Ejecutivo de un buen programa tiene muchas deficiencias. Hasta ahora ha hecho cosas que nadie hizo antes, pero debe asegurar la sustentabilidad con medidas más eficaces;

3) en materia de nombres (algo en lo que Macri suele ser parco) rozó el nombre de Federico Sturzenegger, y reconoció que puede entrar en colisión en el gabinete con «Toto» Caputo. Contó al pasar que antes de esa reunión lo había visitado Rodrigo de Loredo en su oficina.

Quien preguntase sobre Patricia Bullrich, recibirá la misma respuesta: «- ¿Patricia? ¡Fuera!”. Se habló de la fecha para citar a la Asamblea, prevista en principio para el jueves 4 de julio, en un hotel del barrio de Abasto. Quedó por definir, como la confirmación para el cargo a presidir la Asamblea de Martín Yeza, ex alcalde de Pinamar y hoy diputado.

Ganó la política

La inminencia del proceso electoral explica los movimientos en todas las fuerzas políticas para recomponer los ejes de la tarea: liderazgo, doctrina y control territorial. Todos los partidos tienen trizados el compromiso entre su electorado y las cúpulas dirigenciales.

Por eso Milei es presidente, no porque haya ganado una elección – su must son los 29 puntos de la primera vuelta electoral. La prisa ha apurado y facilitado el avance de los proyectos de ley de Bases y de los «paliativos» fiscales.

El Congreso ha actuado con el ánimo de sacarse de encima este debate y empujar al gobierno a administrar. Estamos a un año del cierre de listas de candidaturas para las PASO de 2025. La sanción de las leyes en la madrugada del viernes es el final de la batalla entre el gobierno y la política.

Terminan los meses de escrache de los políticos con este triunfo del Congreso que aprobó la ley que creyó mejor y depiló las iniciativas originales del Ejecutivo.

Se demostró la vigencia de una ley no escrita de la Argentina: cuando la restricción económica arrincona a la política, la política contrataca y domina a la economía, aunque cueste cambios de moneda, de regímenes políticos y monetarios, defaults y demás miserabilidades del dinero. ¿Querés RIGI? Acomodate a esta agenda. Y así ocurrió

Menos sushi, de todo

No sólo aprendió a negociar el gobierno. En unos de los concilios preparatorios de la sesión del jueves, Martín Menem se quebró. Enterado de las quejas de los diputados por la pobreza del catering en las sesiones anteriores de la Cámara, prometió redimirse.

Esta columna se había hecho eco del hambre de los legisladores, cumpliendo con la misión profesional del periodismo que es ser la voz de los que no tienen voz (pero sí hambre).

Martín le bajó la entidad a la queja de sus pares, y les dijo: «Ustedes andan operando que hay empanadas frías, pero les garantizo que habrá comida”. Contrató un catering de postín con carnes mechadas con puré, variedad de gaseosas con y sin azúcar, etc. Salvo sushi, había de todo en la larga sesión del jueves.

Sin presupuesto, nada

La idea de fin de ciclo es compartida, aún sin un acuerdo expreso, por los bloques negociadores que apoyaron al gobierno en la sanción de las leyes de Bases y la ley fiscal, y también por la oposición frontal del peronismo, que también le da la pausa al gobierno para que emprenda una gestión que aún carretea sin tomar vuelo.

La extensión de la probation depende del comportamiento del Ejecutivo con los instrumentos que le ha dado el Congreso. El plazo lo marca la presentación del proyecto del presupuesto 2025, año electoral, previsto para el 15 de septiembre.

El presupuesto es un gran ordenador de la vida política. Se lo advirtieron los bloques amigables en boca de Nicolás Massot en su discurso de la sesión del jueves. Sin claridad en las metas financiera, fiscal y monetaria, los mercados – que son más grandes que los inversores financieros (venimos a ser todos, la sociedad entera)- no tiene certidumbre hacia adelante y demora las decisiones.

Peligran los DNU

La pausa puede adelantarse según actúe el gobierno ante el avance del Senado en la sanción de la ley de movilidad jubilatoria que aprobó Diputados con una fórmula que cree es mejor que del DNU 274/2024 – que está vigente.

La colectividad política responderá con dureza. Los bloques que promovieron este proyecto consideran que tienen asegurados ya 2/3 de los votos para insistir ante un veto de Milei.

Esa respuesta será seguida por la derogación en las dos cámaras del 274, y pone en peligro lo que queda del DNU 70/2023 que ya tumbó el Senado y, en parte, la justicia.

El peronismo de Diputados ha esperado que termine el tratamiento de las dos leyes que reclama el gobierno para sentirse en libertad de acción y juntar los votos contra el DNU 70. Ni qué decir cuál es el efecto que tendría que la mayoría del Congreso tomase en sus manos esta herramienta fatal que son los votos necesarios para un juicio político.

Gobernadores agazapados

El arco de gobernadores que fueron parte de Juntos por el Cambio tiene un fuerte poder territorial – 10 provincias – pero sufre las consecuencias de la implosión de esa coalición. El gobierno confió más de lo prudente en ellos, para que refinaran la letra chica del dictamen sobre las dos leyes.

El grupo de mandatarios que fueron a reunirse el martes con los jefes de bloques amigables intentaron no aparecer en público reclamando que les repusiesen los impuestos de ganancias y de bienes personales.

Estaban en la sede de la AMIA, en donde firmaron un compromiso con colegas del resto del país y de otros partidos, para sostener el reclamo de justicia por el abominable atentado a la mutual judeo-argentina en 1994. Desde la AMIA decían no tener buenas comunicaciones para organizarse.

Pichetto, bastonero de esa gestión, los invitó a que fueran al palacio del Congreso. Ni locos, respondieron algunos. No queremos que nos atraquen los periodistas con preguntas. Rogelio Frigerio, quien los representaba, propuso ir a la sede del CFI. Es nuestra casa, explicó. Además, podemos entrar y salir sin que nadie ese entere.

Traigan a Francos

Cuando se vieron las caras, faltaba Rodrigo de Loredo, legislador que finge demencia – lo admitió a un cronista de TV que se interesó por la fiebre de oficialismo que lo atacó. Alfredo Cornejo pidió tiempo para que llegase el jefe de la bancada radical. Cuando estaban todos los diputados les pidieron a los gobernadores que pusieran a cara. Se lamentaron todos por estar bajo fuegos cruzados.

El gobierno los destrata y les niega el pan y la sal, pero les pide el voto. Al mismo tiempo, el peronismo conducido por Axel Kicillof anunció que votaría en contra de los impuestos, cuando sería el que más plata se va a llevar por la cuota de coparticipación de Buenos Aires. Un gobernador pidió: «- Díganselo a Guillermo Francos». Replica un diputado: «- ¿Y ustedes no se lo dicen?» Respuesta: «- Francos con nosotros no habla». Silencio en el grupo.

Elasticidades

Las peleas dentro del radicalismo y dentro del PRO les impiden tener, a cada uno, un objetivo político unificado. En esa reunión del CFI no hubo ningún diputado del PRO, pese a que estaba uno de los gobernadores que tiene ese partido, Frigerio. Tampoco fue Jorge Macri, ni Claudio Poggi que es medio PRO.

Los legisladores eran Pichetto, Oscar Agost Carreño, Emilio Monzó, Karina Banfi, Ignacio García Aresca, Juan Brügge, Mónica Fein, Esteban Paulón y Pamela Verasay.

El arco de gobernadores no podía ser más elástico. Iba de Cornejo – jugado a la máxima cercanía del oficialismo de Milei, al otro extremo, el peronista Raúl Jalil, que hace ejercicios de bilocación. Manda a votar al gobierno, pero tiene para desmarcar la carta de su esposa Silvana Ginocchio del bloque Unión por la Patria. Pichetto, árbitro de lo que pasa en Diputados – como lo es Juan Carlos Romero de lo que ocurre en el Senado – les explicó a los gobernadores que debía aceptarse lo votado en el Senado y no dividir las votaciones de las leyes de Bases y Fiscal en el recinto de Diputados. «- Si hacen eso, van a perder».

El mismo mensaje que escucharon los negociadores del gobierno que encabeza José Rolandi. No pasó mucho tiempo, y los gobernadores le pusieron el precio al apoyo a las leyes: Llaryora, Frigerio y Maxi Pullaro amenazaron el jueves, desde Santa Fe, con ir a la Corte si no les reponen el envío de fondos a las cajas de jubilados de sus provincias.