Varias organizaciones acusan a SpaceX de negligencia y de adoptar pocos recaudos, en el fallido lanzamiento de su nave.
Los lanzamientos del cohete Starship de SpaceX podrían quedar suspendidos por el impacto del lanzamiento fallido. Un grupo de asociaciones ecologistas acaba de demandar a la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU por no analizar el daño ambiental que podía causar el «mayor cohete jamás construido».
La negligencia de Elon Musk por el lanzamiento de la Starship sigue en alza, a medida que se revelan nuevos detalles sobre las implicaciones de su compañía. Lo acusan de una actitud temeraria que podría haber acabado en un desastre similar al lanzamiento del N-1 soviético, considerado como la mayor explosión no nuclear de la historia aeroespacial.
El suceso más grave fue que, apenas unos minutos después del lanzamiento y viendo que las fases del cohete no se separaban, SpaceX se vio obligada a destruir el vehículo sobre las aguas del Golfo de México. Mientras que los residuos espaciales se derramaron sobre la Tierra.
«No estamos en contra de la exploración espacial ni de esta empresa», dijo el abogado principal del Centro para la Diversidad Biológica, Jared Margolis. «Pero mientras miramos a las estrellas, no deberíamos sacrificar fácilmente comunidades, hábitat y especies».
“El hecho de que en el primer lanzamiento produjeran consecuencias ambientales bastante grandes y obvias, que no se predijeron ni se describieron, es un gran punto de partida para una demanda”, afirma.
Como el propio CEO de SpaceX reconoció días más tarde, la compañía llevaba meses trabajando en una nueva base de lanzamiento, que no lograron completar a tiempo. El problema fue que confiaron en que la que tenían resistiría el empuje del SuperHeavy. Algo que no sucedió.
Para colmo, Musk detalló que “los motores podrían haber destrozado el hormigón, en lugar de simplemente erosionarlo”. Ya que, bloques de cemento volaron a cientos de metros de distancia, destruyendo todo a su paso. Encima, admitió que, en la prueba previa, “los motores solo estaban a la mitad de empuje para la prueba de fuego estático”.
La consecuencia directa de esta negligencia fueron las partículas procedentes de la explosión de la nave espacial Starship y el cohete Super Heavy que se esparcieron mucho más lejos de lo previsto, lo que suscita preocupación por el impacto en la salud humana y las especies en peligro de extinción.
Suspensión de los lanzamientos
En vista de las acusaciones, la FAA, suspendió temporalmente el programa hasta determinar el impacto real en la salud de los vecinos, en el ecosistema y en las especies animales de la comarca. Sin embargo, rápidamente empezaron a surgir voces expertas señalando que la FAA era parte del problema.
En principio, SpaceX tiene autorización federal para realizar 20 lanzamientos de Starship al año durante los próximos cinco años. Sin embargo, este permiso queda suspendido por las medidas legales. Sobre todo, si la FAA queda involucrada en los hechos.
Hace unos días, Musk señaló que la empresa estaría lista para volver a intentar un lanzamiento en un plazo de entre seis y ocho semanas. Es un intervalo que coincide con los tiempos que viene manejando SpaceX y con lo que se comentó justo después del primer lanzamiento.