domingo, 27 de octubre de 2024 00:55
Casos paralelos
La similitud entre los casos de Edgar Adhemar Bacchiani y Leonardo Cositorto es tan asombrosa que puede trazarse una misma parábola para describir la historia pública de ambos y sus empresas, Adhemar Capital y Generación Zoe. Con discursos casi calcados, transitaron el mismo proceso de crecimiento, auge y caída, acumulación monstruosa de capitales en tiempo record, problemas financieros, acusaciones de estafas piramidales, detención y cárcel. Incluso se los vinculó mediáticamente, sugiriendo que Bacchiani era uno de los mayores inversores de Cositorto, pero ello nunca pasó de rumores y alguna especulación movilizada por una que otra escucha telefónica. Ambos trabajaron sobre los sueños ajenos de riqueza automática y sin esfuerzo, con métodos para multiplicar billetes nunca del todo claros, intereses abismalmente superiores a los que ofrecían las entidades bancarias y metódica ostentación de lujos como fuerte mensaje publicitario. Incluso después de desplomarse, mantienen la misma postura: ambos sostienen que no estafaron a nadie, ambos señalan que hubo acciones deliberadas para perjudicarlos y, varios años después, siguen jurando que tienen intención de pagar a sus miles de damnificados. Hay también algunas pocas diferencias: Cositorto estuvo prófugo un tiempo antes de ser detenido, mientras Bacchiani se quedó aquí y fue arrestado sin resistencias, a pesar de que se vislumbraba como inminente su encarcelamiento. En lo que hace a tiempos, Cositorto está levemente adelantado: todo lo que vivió Bacchiani, lo bueno y lo malo, a él le sucedió antes. También el juicio o los juicios. Mientras Bacchiani espera, Cositorto ya está en el banquillo de los acusados en Corrientes, uno de los distritos donde debe responder por su situación.
Señales
¿Puede el debate oral al que se somete a Cositorto dar pistas de la suerte que correrá Bacchiani? Tal vez. El parecido de las causas quizás admita considerar un precedente. Por lo pronto, Cositorto ofreció un acuerdo de pago con quienes lo demandaron para levantar el juicio. Y lo curioso es que los damnificados lo aceptaron, pero los fiscales lo rechazaron y la causa sigue. Como réplica, el líder de Generación Zoe anunció que se presentará como candidato a diputado nacional en las próximas elecciones, y que sólo debe decidir si lo hará por Buenos Aires o Córdoba. No parece muy serio el anuncio (la mayoría de los distritos exigen una residencia previa), pero demuestra la picardía de involucrar la política en sus casos. Bacchiani también lo intentó, revelándose como “libertario”, aunque cuando empezó tal fuerza ni siquiera existía. Edgar cambió rotundamente su estrategia, y de dos años de silencio sepulcral pasó a copar los medios con extensas cartas en las cuales defiende su posición y reparte acusaciones, además de insistir en su voluntad de pagar y asegurar que le sobran medios para hacerlo. Dos causas intrigantes y jurídicamente apasionantes, de resolución aun incierta y un tendal de daños que por ahora están lejos de subsanarse. Habrá que ver cómo terminan las películas.
Recuerdos
Hace 14 años, día en que se realizaba el Censo Nacional 2010, el país se conmovió durante la mañana con una noticia inesperada: había muerto Néstor Kirchner, expresidente y esposo de quien era en ese momento Presidenta de la Nación, Cristina Fernández. Néstor había nacido en 1950 en Santa Cruz, y fue sucesivamente intendente de Río Gallegos (1987-1991), gobernador de Santa Cruz (1991-2003), presidente de la Nación (2003-2007), y diputado nacional desde 2009 hasta su fallecimiento. En las elecciones presidenciales de 2003 Kirchner encabezó la lista del Frente para la Victoria. Obtuvo el segundo lugar con el 21,65% de los votos. Accedió a la presidencia luego de que su oponente, Carlos Menem renunciara a la segunda vuelta electoral. Casi desconocido, se convirtió en un gran presidente. En los meses siguientes buscó consenso con los partidos políticos opositores a nivel nacional. Entre las medidas de su gobierno se destacan: la reducción a la mitad en los niveles de pobreza, indigencia y desempleo, la renovación de la Corte Suprema de Justicia, los juicios por delitos de lesa humanidad, la recomposición de las relaciones con los países de Latinoamérica -principalmente Brasil y Venezuela-, el rechazo en conjunto con otros países de la región al ALCA y el pago total de la deuda externa al Fondo Monetario Internacional (FMI). Tuvo fuertes vínculos con Catamarca. El dirigente Armando “Bombón” Mercado, radicado en la Patagonia, fue su mentor político, y llegó a la gobernación con votos de muchos catamarqueños que vivían allá. Ya como presidente, hizo una alianza con Eduardo Brizuela del Moral, uno de los primeros “Radicales K” que se sumaron a su proyecto. Cuando obtuvo su reelección, Brizuela abandonó el proyecto kirchnerista, lo que lo llevaría a perder el poder y permitir que el peronismo recuperara el gobierno en Catamarca tras 20 años. Néstor visitó Catamarca muchas veces, como presidente y desde el llano también. Durante 2010 su salud se debilitó seriamente. En febrero de ese mismo año fue operado de la carótida y en septiembre fue sometido a una angioplastia donde se le colocó un stent. Sus médicos le recomendaron que cambiara su estilo de vida debido al estrés, pero no les hizo caso y siguió de lleno con su intensa actividad política. Falleció el 27 de octubre a los 60 años.
El Esquiú.com