8 de julio de 2024 – 00:37
Como los chinos con la renovación de SWAP, Mauricio Macri esperó hasta el último momento para confirmar su presencia en Tucumán hoy para la suscripción del Pacto de Mayo con el que Javier Milei pretende reavivar la épica, después de unas reacciones a la Ley Bases más bien decepcionantes.
La narrativa libertaria requería de la asistencia de Macri, que después de la sanción de la Ley Bases comenzó a tomar distancia de la administración Milei, para disimular el contraste entre el carácter histórico que quiere asignarle a la ceremonia y lo que en realidad es. Será el único presidente electo que suscribirá el documento, junto al expresidente interino Adolfo Rodríguez Saá.
También lo harán 18 gobernadores, entre ellos el catamarqueño Raúl Jalil, pero ya se sabe que la estabilidad del vínculo de la Nación con los caciques provinciales está muy condicionada por el ritmo del flujo de recursos desde la Casa Rosada, a tal punto que la Ley Bases requirió la aprobación simultánea de un paquete fiscal que les diera alguna previsibilidad en tal sentido.
Los miembros de la Suprema Corte de Justicia no estarán, lo que institucionalmente deja al acuerdo bastante rengo, pero más eficacia tuvo el golpe que asestó el bloque dialoguista Hacemos Coalición Federal, central en la dinámica de la Cámara de Diputados, que se tomó el trabajo de emitir un documento para justificar su faltazo.
“Festejamos la independencia, manteniendo la independencia”, concluyó el documento de la bancada que comanda Miguel Pichetto.
Los legisladores consignaron que coinciden con las consignas asentadas en el Pacto, pero advirtieron que “estos objetivos no se alcanzan con una foto o la firma de un papel, sino con acciones concretas”.
“Esperamos que el espíritu de mayo contagie al Gobierno y le permita mantener una relación institucional razonable y de respeto con el Congreso”, anhelaron.
De tal manera, el lustre al que Milei aspira se verá opacado por el brillo de las ausencias y, como ocurrió con la Ley Bases, dejará en evidencia lo mucho que le falta recorrer en lo que se refiere a la gestión.
No hay ley ni pacto que por sí solos garanticen nada. Nadie en su sano juicio podría estar en contra del decálogo mayo, que se firmará en la víspera del 9 de Julio para imbuirlo de grandeza. Es una declaración de buenos deseos que requerirá mucho más que gratuitas firmas y palmadas en el lomo para materializarse.
Más que Pactos y retórica, Milei debe revertir las deficiencias de su gestión. De lo contrario, ley y pacto serán papel mojado más temprano que tarde, en un contexto volátil no solo en la Argentina sino en todo el mundo.
A propósito de esto, a pocas de horas de que el Presidente perorara contra la casta, injuriara al socialismo y apoyara a Jair Bolsonaro contra Lula Da Silva en la Conferencia de Acción Conservadora realizada en Camboriú, en Francia el partido de la ultraderecha de Marie Le Pen se cayó al tercer lugar después del resonante triunfo electoral que había obtenido en primera vuelta.
Ganó la coalición de izquierda liderada por el socialista Jean-Luc Melenchon. Los galos ingresan en un proceso político complicado, pues la alianza del presidente Emmanuel Macron se ubicó segunda y ninguna de las coaliciones tiene mayoría, pero quizás a Milei le convendría tomar nota de lo ocurrido.
Sus maniobras para proyectarse globalmente podrán resultarles muy satisfactorias para el ego, pero lo dejan expuesto a vaivenes sobre los que carece de incidencia. Capaz que mejor sería que se ocupe de traducir las grandilocuencias de leyes bases y pactos mayos en certidumbre. n