25 de septiembre de 2024 – 01:15
La negativa del gobierno argentino a adherir al Pacto del Futuro, que suscribirán 153 países del mundo, entre ellos las principales potencias globales, supone un peligroso aislamiento del país respecto del resto del mundo precisamente cuando más se necesita tejer alianzas con otras naciones. Argentina tiene postura similar, respecto del Pacto, que otras naciones como Rusia, Irán, Siria, Bielorrusia, Corea del Norte, Sudán, Venezuela, Corea del Norte y Nicaragua, paradójicamente muy alejadas ideológicamente del espacio liberal-libertario.
Con una postura fundamentalista que no sorprende porque forma parte del discurso de Javier Milei desde antes de ser electo y, ya como primer mandatario, ratificada en su alocución durante el Foro de Davos, Argentina se corre de la escena en lo que respecta al debate estratégico sobre el futuro del planeta, sosteniendo posturas dogmáticas que ya han sido refutadas por la comunidad científica internacional.
Lee además El gobierno libertario tiene una posición que no sostiene prácticamente ningún otro gobierno en el mundo. Considera que los organismos supranacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluso el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) están dominados por el socialismo, y que la Agenda 2030 contra el cambio climático, cuya actualización es el mencionado Pacto del Futuro, es un programa de gobierno colectivista global, como señaló Milei ayer en su discurso ante la ONU.
El Pacto del Futuro, que es una actualización de la Agenda 2030, contempla 56 acciones para enfrentar “los mayores desafíos de nuestra época”, entre los que se cuentan el mantenimiento de la paz, la erradicación del hambre, el combate al cambio climático, la igualdad de género, la lucha contra el terrorismo y las potenciales amenazas de la Inteligencia Artificial. También incluye un Pacto Digital Global, que propone reforzar la cooperación internacional para eliminar las brechas digitales, ampliar la “inclusión en la economía digital” y “mitigar los riesgos” de las tecnologías emergentes.
Milei rechaza sobre todo la postura global contra el cambio climático y las acciones tendientes a propiciar “la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas como contribución decisiva para avanzar en todos los Objetivos de Desarrollos Sostenible y sus metas”.
La postura del gobierno libertario, que no ha sido debatida ni recibe apoyos mayoritarios dentro del país, va en sentido contrario al pensamiento de casi todos los países del mundo, incluidos los Estados Unidos y la Unión Europea. Según la opinión generalizada de los analistas políticos y económicos, tanto a nivel nacional como internacional, el dogmatismo ideológico puede convertirse en una restricción evidente a las inversiones en la Argentina, que es una de las mayores obsesiones del propio Milei y su equipo económico.