Las hectáreas eran propiedad de la sociedad EVASA, perteneciente al Fondo de inversión de la univeridad estadounidense, y que administraba a Empresas Verdes Argentina, Las Misiones y Estancia Celina. Todas ubicadas geográficamente en el centro de la provincia de Corrientes, entre 160 y 180 kilómetros de la capital.
Central Puerto es el mayor productor de energía eléctrica del país. Tiene 14 plantas de generación de distintas tecnologías, más de 1.000 empleados y posee un 16,2% de participación. La inversión se realizó «para no depender de actividades fuertemente reguladas como la generación de energía y apuntar hacia dos sectores dinámicos y de amplio potencial como la forestación y la minería», señaló a Clarín uno de sus directores, Adrián Salvatore.
«Esta adquisición representa un gran hito para nuestra estrategia de desarrollo de la actividad forestal, que creemos que es clave en el potencial de crecimiento de Argentina. Este sector puede ser fuente de oportunidades de negocio futuras, ligadas al procesamiento e industrialización de la madera, bonos de carbono y generación de energía con biomasa», afirmó el gerente general de Central Puerto, Fernando Bonnet.
La compra se realizó con fondos propios de la compañía. Se trata de una empresa que cotiza en las bolsas de Nueva York y Buenos Aires y en la que la ANSeS tiene el 8% de las acciones.
El interés por el sector forestal tiene que ver con una ventaja natural, ya que Argentina registra una de las tasas de crecimiento de árboles más altas del mundo. Aproximadamente, crecen diez veces más rápido que en el hemisferio norte. «Es por eso que el sector forestal proporciona uno de los negocios con mayores ventajas competitivas y mayor potencial de crecimiento como generador de divisas de la Argentina», expresó Salvatore.