El Chaltén, un pequeño pueblo ubicado en el corazón del Parque Nacional Los Glaciares, en la provincia de Santa Cruz, es considerado uno de los lugares más hermosos del mundo. Así lo afirma la prestigiosa guía de viajes Lonely Planet, que lo ha catalogado como uno de «los pueblos más lindos del mundo».
Sin embargo, esta imagen idílica oculta una realidad que preocupa a las autoridades y a los propios habitantes de la localidad.
El auge turístico que ha experimentado en los últimos años ha generado un impacto ambiental que amenaza con deteriorar irremediablemente este paraíso natural.
POR QUÉ EL CHALTÉN ES RIESGOSO PARA LA SALUD Según un informe publicado recientemente en el diario español El País, El Chaltén enfrenta serios problemas de contaminación, principalmente en el Río de las Vueltas, que rodea a la ciudad. Los efluentes cloacales sin tratamiento, producto de la sobrecarga de la planta de tratamiento local, han derivado en la presencia de bacterias como Escherichia coli y salmonella en las aguas.
«El informe indicaba no sólo que el río estaba contaminado, sino que la bacteria casi no responde a los antibióticos con los que habitualmente es tratada», explicó Carolina Codó, médica del puesto sanitario de El Chaltén y vecina de la zona desde hace 31 años.
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Esta situación pone en riesgo no solo la salud de los habitantes, sino también del frágil ecosistema que rodea al pueblo, incluyendo al emblemático Cerro Fitz Roy, uno de los principales atractivos turísticos de la región.
Las primeras denuncias sobre esta problemática se remontan a 2020 y 2021, cuando un informe de Parques Nacionales evidenció la contaminación de las aguas. Desde entonces, la comunidad ha presentado una serie de denuncias y amparos judiciales para exigir soluciones.
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El Chaltén, con menos de 4.000 habitantes estables, recibe en temporada alta (de noviembre a marzo) a más de 10.000 turistas por día, una sobrecarga que pone en jaque la capacidad de la infraestructura local. Ante este panorama, lasdentes se enfrentan al desafío de encontrar un equilibrio entre el desarrollo turístico y la preservación del delicado entorno natural que hace de este pueblo uno de los más bellos del mundo.