Con el humor y el histrionismo que la caracteriza, Lali Espósito sorprendió al contar el desopilante percance que vivió con un joven en pleno acto sexual. Su recuerdo se hizo viral en las últimas horas.

La cantante estuvo en el podcast español Estirando el chicle. “Vieron que yo, cual popstar, uso mucho pelo falso. Me pongo unas coletas gigantes, me pongo unas trenzas gigantes, me pongo mucho pelo”, comenzó.

Sin ahorrar en detalles, la actriz y cantante continuó: «Yo, en una peformance profunda, dejándolo todo. Danza contemporánea, con la coleta de acá, con la coleta de allá. O sea, un trabajo increíble. Y en un momento, en el fragor del champagne, hago así, tuc, lo miro al chico y al lado de su cara estaba mi pelo. Por ende, toda mi peluca».

«Hiciste un increíble trabajo»: el audio que Britney Spears le mandó a Lali Espósito para felicitarla

 “Lo que veo yo desde mi plano es la cara del muchacho y un Caniche toy al lado, que era mi pelo. Lo que él estaba viendo, entonces, era un pirinchito así (hace el gesto de pocos pelos), muy poco sexy”, detalló con actin incluido.

«Después yo en un movimiento, agarro el pelo y pum, lo tiro en la habitación. Pero no sabía dónde había caído”, añadió.

Pero ahora el problema pasó a ser otro: tenía que encontrar en dónde había quedado la extensión de su pelo. “A la mañana siguiente, él se va en un momento a la cocina, cual persona que me iba a traer un cafecito buena onda, y yo me hago la relajada así y cuando se va empiezo”, dijo Espósito mientras hacía desopilantes gestos de estar buscando algo.

¿Se cansó de los hombres?: Lali Espósito rompió el silencio y aseguró que estuvo a los besos con «una rubia»

“¿Dónde tiré ayer el pelo? Yo buscando abajo de los muebles porque no veía el pelo. Meto la mano abajo de un mueble de la habitación siento pelo, digo ‘es mi pelo’, lo agarro así, lo meto en mi bolso rápido, todo esto porque el chico volvía, meto el pelo, no sé qué, chau”, añadió Lali.

Entre carcajadas, la autora de “Disciplina” contó el final de su hilarante anécdota: “Cuando llego a mi casa, después de toda esta situación, saco mi pelo y con mi pelo venía enganchado algo y digo ‘¿Qué es esto que está en mi pelo?’ Era el calzón de él”. Y cerró la aventura con un pícaro consejo: «Nunca se pongan pelucas y follen».