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Un año sin noticias de un abogado desaparecido

Elio Torres salió desde la estancia María Luisa, en Tierra del Fuego, con la idea de cumplir una proeza: completar la travesía de trekking que ya había completado dos veces, pero en verano. Ahora desafiaba los paisajes helados de la Península Mitre.

El plan del abogado de Río Grande, de 42 años, era bordear la costa en el extremo sureste de la provincia, las tierras continentales más australes del mundo, y también de las más inhóspitas en invierno. El destino final era la estancia Moat, ubicada 100 kilómetros al sur de Ushuaia. Pero nunca llegaría.

Torres inició su caminata el 16 de julio y le envió mensajes a diario a su esposa con un dispositivo satelital, para reportar que todo estaba en orden. El último fue el 19 a la noche. Avisó que se disponía a acampar para seguir camino al día siguiente.

El dispositivo le permitía avisar que estaba bien o dar información básica con frases preescritas, que no podía modificar. Tenía desde saludos básicos hasta alertas o pedidos de ayuda.

Además, cada vez que Elio lo encendía, el dispositivo transmitía su ubicación exacta por GPS, para que pudieran saber dónde estaba. Pero luego de aquel mensaje final, la señal nunca volvió a emitir. Desde ese momento, se perdió todo contacto con él.

Ahora, un año después, su mujer y madre de sus dos pequeños hijos, busca seguir adelante. Pero no tener idea de lo que pudo haberle pasado a su esposo hace todo más difícil.

“CERRAR UN CICLO”

“Nosotros queremos saber qué le pasó, queremos encontrarlo y cerrar un ciclo”, explicó Manuela Lefipan en declaraciones a Radio Provincia, pocos días antes de que se cumpla este primer año sin su esposo, a quien van a recordar este sábado con una misa.

“Como familia estamos organizando una misa e invitamos a toda la comunidad porque mis hijos son chicos y seguimos adelante con acompañamiento psicológico que pagamos nosotros porque no recibimos ninguna ayuda, y lo hacemos para continuar de la mejor manera posible”, explicó la mujer.

Manuela recordó que durante los operativos de rastreo que se realizaron poco después de la desaparición, se encontraron elementos que presuntamente pertenecían a su marido. Pidieron estudios de ADN para comprobarlo y así, al menos, saber dónde se había movido en sus últimos momentos. El juez no los autorizó.

“En una senda se encontró una huella que coincidía con la de su zapato, bastones, cordones y una botella igual a la él llevaba, ¿por qué descartar el ADN?, que no es oneroso. Hubiéramos descartado que él estuvo ahí”, protestó Lefpan.

Los esfuerzos para dar con el abogado se repitieron una y otra vez sin éxito, con participación de especialistas que llegaron desde Punta Arenas y también de Luis Alberto Zúñiga, un reconocido socorrista de Cutral Co que viajó especialmente desde Neuquén, quien además de experto en rescates y búsquedas de personas, es enfermero y tiene formación militar. Los rastrillajes, igualmente, no dieron más resultados que esos pocos indicios nunca confirmados.