Belgrano inició ayer ante Platense la recta final del torneo en la que busca meterse en zona de copas internacionales y lo hizo de la peor manera, con derrota 1-0 en un encuentro en el que su juego fue flojo, no generó chances sobre el arco adversario y terminó perdido en el campo.
Amontonar gente arriba sin que se tenga un patrón de manejo de la pelota no es una manera de ir en busca del triunfo, sino una forma de que alguien “pesque algo” más por el azar que por efectividad propia.
El Pirata necesitaba los puntos para alimentar el sueño de lograr el objetivo de ser internacional en 2025 y fue su propia inoperancia, sumada a la falta de acierto en las variantes introducidas por el entrenador Juan Cruz Real, las que lo llevaron a quedarse con las manos vacías ante un rival que apenas logró por encima suyo un acierto en la última pelota.
La derrota pega fuerte en el corazón del hincha por la manera en que se gestó, porque el equipo no logró jamás en los 90 minutos saber qué pretendía hacer. Eso porque arrancó el partido con prolijidad, sacándola desde el fondo con pases cortos, pero terminando el buen manejo en los primeros metros detrás del medio, porque allí, cuando debía cambiar de ritmo y poner gente en ataque siempre falló.
Cansino y lento
Platense jugó con lentitud, calma y por momentos sin nada de apuro, porque sumar fuera de su estadio era negocio. Belgrano se metió en la confusión general, las apariciones en cuenta gotas de Fernández y Metilli conspiraron contra un equipo que mostró no tener claro cómo llegar sobre la valla del Calamar.
A pesar de un partido flojo en líneas generales, en la primera etapa el local tuvo un par de chances que fueron neutralizadas por un seguro Cozzani. Mientras que Espínola le tapó la única que tuvo el visitante en un remate de Villalba.
Y cuando se esperaba que en el segundo ajustara detalles y fuera con mayor ímpetu sobre el arco del Marrón, el equipo se quedó sin ideas y empezó a ser un cúmulo de ganas y errores.
Fernández no justificó su estadía en campo, menos aún Francisco Metilli y de repente el DT empezó a sumar gente arriba sin buscarle la vuelta al traslado de la pelota. Entonces lo prolijo del PT se transformó en desorden general y en empujar la redonda para el lado del campo del de Vicente López.
Las variantes no cambiaron para bien, la imagen del Pirata hasta empeoró. Se quedó sin peso en ataque, producto de no tener un jugador de área y sin la claridad que necesitaba para manejar la pelota.
Platense encontró con la salida de Compagnucci que podía ir por la banda derecha de la “B” y si era posible, desde allí, meter un centro y ver que passaba.
El partido se encaminó a un empate en cero por lo flojo de ambos. El local no tuvo ideas claras y con cinco jugadores de ataque, pero ninguno de juego, estuvo más que lejos de la valla de Cozzani. La visita, que estaba más que cómoda con el empate, se quedó con todo en la última bola, porque la pescó en el área.
Belgrano dio pasos hacia atrás en su manera de jugar y en su sueño de crecer en la tabla anual, pero cada vez le quedan menos fechas y acumula dos victorias en los últimos 12 encuentros, lo que es bien pero bien poco.