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Carlos Oliveira: Mi método apunta a profesionalizarse en la gestión de uno mismo

Luego de una trayectoria como ejecutivo en empresas de la escala de Johnson & Johnson y Kellog Company, entre otras, el español Carlos Oliveira dio un giro profesional de 180 grados. Seducido por el coaching que lo llevó a encarar profundos cambios en su vida, se dio cuenta de que encontraba satisfacción y equilibrio personal en ayudar a que otros puedan transitar el mismo camino personal.

Así creó Coliveira Consulting, la consultora desde la cual acompaña a empresarios como coach ejecutivo. Acaba de plasmar su metodología, conceptos y técnicas en un libro ya presente en Argentina, titulado Elige vivir, mentoría para la vida (Editorial Kohan).

Desde Abu Dabi, el lugar donde reside actualmente, dialogó con La Voz sobre su trabajo. “Podríamos decir que es un libro de autoayuda, de desarrollo personal. Pero está contado desde la primera persona de una persona que viene del mundo corporativo y de negocios. Mi vida cambió radicalmente gracias a esta metodología, y lo mismo hace ella por los clientes con los que trabajo. Tiene un impacto en términos de goce de interioridad y de tomar las riendas de tu vida de una vez. La inmensa mayoría de la gente se levanta y deambula, y se deja llevar por el día a día. No se plantea qué quiere, qué sueña, ni diseña un plan para ir por eso”.

–Es clave entonces hacerse las preguntas correctas…

–A tu cerebro no le gustan los cambios. No está diseñado para buscar tu felicidad sino tu supervivencia. Entonces, cuando tú a tu cerebro le dices: “Oye, ¿y qué hay de mi felicidad?”, dice: “¿Tu feliz qué? No estoy para eso”. La clave está en que tú te planteas las preguntas adecuadas y tu cerebro va a encontrar las respuestas adecuadas.

–¿Y cuáles son esas preguntas adecuadas?

–Para mí una pregunta poderosa es ¿cómo puedo ser un gran directivo y a la vez un gran padre? ¿Cómo puedo ganar el doble trabajando la mitad? Por ejemplo, esas son dos que yo me he hecho a mí mismo, y creo que he respondido y cumplido.

–Hoy ese ejercicio se ve mucho en el mundo de los emprendedores, pero más en el femenino que masculino. ¿Lo percibe así?

–El perfil de la gente con la que yo trabajo suele ser de alta dirección o propietarios de empresas. Los ayudo a hacer hojas de ruta vitales. El típico empresario –tengo unos cuantos en Latinoamérica– al que le ha ido muy bien en la vida pero realmente no sabe vivir. Vive atrapado en su negocio, no sabe delegar. Empieza incluso a tener un comportamiento negligente porque se va haciendo mayor y no delega correctamente a los hijos. No tiene un consejo de familia bien estructurado, ni un consejo de administración con independientes, ni sabe gestionar muchas veces. Son negocios muy personalistas.

–Una realidad muy común en empresas familiares…

–Estos empresarios trabajan de lunes a sábado o a domingo, y yo les digo “¿por qué lo haces?”. No saben por qué. Por rutina, por inercia. Y luego las mujeres, que sufren mucho por todo el tema de conciliación maternidad-trabajo. Mi libro va un poco en cómo encontrar equilibrio, que es la palabra clave. Yo suelo empezar preguntando: “De 1 a 10, ¿cómo estás”. Y lo que me suelo encontrar es “entre 6 y 7″, porque tienen las mismas miserias que tenemos todos. Y si trabajas con gente en grandísimas empresas, el nivel de desequilibrio vital que tienen hace que sufran una barbaridad. Acaban incluso somatizando por todos lados. Es decir, el dinero no da la felicidad, está ya más que demostrado, y el desequilibrio no da la felicidad.

Carlos Oliveira, autor del libro Elige Vivir, Mentoría para la vida. Coaching ontológico.

Carlos Oliveira, autor del libro Elige Vivir, Mentoría para la vida. Coaching ontológico.
–O sea que su método, EPIC, apunta a encontrar equilibrio…

–Una de las partes del EPIC es entiéndete y encuentra tu propósito, y eso no vale para nada si no pasas a la acción. Cuando era joven, yo decía que me iba a jubilar a los 40. Muy bien, aparte de decirlo hay que sentarse y trazar un plan para lograrlo. Una sesión de coaching siempre acaba con acciones y deberes. Es decir, ¿a qué te comprometes contigo?

–¿EPIC tiene vasos comunicantes entre el mundo de los negocios por tu experiencia de trabajo o de manera más estructural?

–Mi cerebro está formateado a nivel empresa porque me he dedicado 25 años a eso. Yo pienso con Excel, Power Point y ese tipo de cosas. Como mi cabeza funciona así, he hecho esa analogía. Hablo de que tú eres tu CEO interior, el Chief Executive Officer, y que tu trabajo es maximizar tu felicidad. ¿Cómo? Debo tener mis estrategias, como cualquier empresa. Hablo de una herramienta que utilizaba Johnson & Johnson, que es OGSM, Objective Goals, Strategies and Measures (objetivos, metas, estrategias y medidas). Pero hablo de otras, de muchas. Es decir, me profesionalizo en la gestión de mí mismo.

–Llevar el rigor con el que uno encara un objetivo laboral a la vida personal…

–El verdadero drama es que no ponemos en trabajar para nosotros mismos el mismo rigor que aplicamos cuando lo hacemos para un tercero; a pesar de que el recurso más escaso que tenemos en nuestra vida. El gran mensaje del libro es ”profesionalízate en la gestión de ti mismo”.

–¿Por ejemplo?

–He sido director de Ventas y me decían: “¿Cuánto vas a vender el mes que viene?”. Yo no respondía “mucho”, sino que elaboraba un número, un objetivo preciso a partir de un análisis. Pues esto es lo mismo. Yo me pongo KPI muy concretos. Tengo mi OGSM personal a cinco años. Las conversaciones que tengo con mi mujer son : ¿Qué queremos dentro de cinco años? ¿Dónde queremos estar? ¿Qué ingresos queremos tener? ¿Cómo queremos educar a nuestras hijas?

carlos Oliveira, autor del libro Elige Vivir, Mentoría para la vida. Coaching ontológico.

carlos Oliveira, autor del libro Elige Vivir, Mentoría para la vida. Coaching ontológico.
–Imagino que realizar ese trabajo impacta luego positivamente en el desempeño personal, máxime para quien ocupa puestos de liderazgo en una empresa…

–Así es, porque liderar es servir. No es “yo estoy encima tuyo”, es que quiero servirte. Y para servirte quiero sacar lo mejor de ti. Entonces tengo que escucharte y ayudarte a desarrollarte. Eso es liderar. No es mandar. De hecho, yo creo que las empresas están para que la gente se desarrolle. Y a partir de que se desarrolla sanamente, obtienen dinero.

–¿Ves en las empresas algún cambio en el sentido de generar condiciones para que la gente se desarrolle en toda su dimensión?

–Hay de todo. Sigue habiendo empresas del Cromañón y también hay cada vez más gente que quiere cambiar. Cuando arriba hay alguien con esa sensibilidad, alguien consciente de que no es un elegido de la gloria y ni es el César, se producen cambios. Yo trabajo en la gestión de egos, porque en los comités de dirección el ego es todo un tema. Si dejamos el ego colgado afuera y entramos siendo simplemente nosotros, reconociendo miserias y errores, todo va mejor. Eso se da cada vez más.

–Me recuerda a un problema común en las empresas familiares: el relevo en la conducción…

–Sí, el paso de posta de los patriarcas. Sobre todo con la primera generación, ahí se convierte en un problema grande. He trabajado con unas cuantas empresas, ayudándoles a estructurar el relevo por parte de la nueva generación. También a ellas hay que entenderlas, porque a veces no les han dado a elegir. Y la sombra de sus padres sigue siendo enorme; sigue mandando. O hay muchos hermanos que pelean, luego entran los consortes. Entonces, a eso hay que estructurarlo con protocolos familiares. Crear un consejo familiar y consejo de administración con independientes.

–Si tiene que hacer foco en algún consejo de su libro, ¿cómo recomendaría empezar el camino de profesionalizar la gestión de unos mismo?

–Recomiendo a cada persona que se tome en serio, que pare. Toma un poco de perspectiva y traza un plan. Y profesionalízate. Lo que propongo en el libro es una metodología sencillísima; pero tú puedes crear la tuya. Yo no tengo un grandísimo interés en vender dos mil millones de libros, ojalá; pero mi objetivo vital es ayudar a la gente. Entonces, si tú te inventas tu propia metodología, me parece estupendo.

–¿Este proceso siempre termina en giros laborales como el suyo?

–Bueno, cuando la gente hace coaching, siempre se le dice a las empresas que aproximadamente entre el 20% y el 30% deja el trabajo. Si la gente está en sitios donde no está a gusto, debería buscar uno en que sí lo esté. Pero yo no hago un llamamiento a dejarlo todo, abraza los árboles y no sé qué. No. Tranquilito y con buena letra, vas a ir haciendo los pasos que necesites y te hagan bien.