El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 29 condenó este viernes a cinco años de prisión al oficial de la Policía porteña que aportó el arma de utilería que se colocó dentro del auto donde viajaban Lucas González y sus amigos, cuando el joven futbolista fue asesinado en noviembre de 2021 en el barrio porteño de Barracas por tres efectivos de la fuerza porteña, que ya fueron condenados a prisión perpetua en 2023.
En el juicio, intervinieron el fiscal Sandro Abraldes, interinamente a cargo de la Fiscalía General ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional N° 27 y el auxiliar fiscal Nicolás Stivala, según informó el Ministerio Público (MPF).
Facundo Torres (oficial de la Comisaría Vecinal 4D) fue considerado responsable de “encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave” y por su participación primaria en el delito de “falsedad ideológica”. El tribunal consideró que ambas imputaciones fueron cometidas “dentro de un contexto de violencia institucional”. Los fundamentos se conocerán el próximo 8 de noviembre.
Por otra parte, los jueces Juan Ramos Padilla, Guillermo Friele y Sergio Paduczak dispusieron la inhabilitación especial para ejercer cargos públicos en los ámbitos nacional, provincial y municipal por 10 años. Durante las últimas palabras, Torres había pedido disculpas a la familia y había negado haber cometido algún delito.
El crimen en Buenos Aires
La mañana del 17 de noviembre de 2021, el inspector Gabriel Alejandro Issasi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva -quienes integraban la Brigada 6 de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía porteña- circulaban en un automóvil Nissan Tiida sin identificación policial ni patente e interceptaron a Lucas y a sus tres amigos que iban en otro vehículo por el barrio de Barracas.
Tras los disparos, se montó en la zona un operativo que duró hasta entrada la noche y que culminó con la detención de los otros jóvenes que acompañaban a González. En ese marco, y a pesar de que durante la primera modulación que se hizo a las autoridades judiciales se sostuvo que no se observaba un arma dentro del auto de las víctimas, luego se halló allí una pistola de utilería.
La acusación
Durante su alegato del martes pasado, Abraldes había pedido para Torres seis años de prisión, el máximo estimado para el delito y uno más que la pena a la que finalmente fue condenado.
Para el fiscal, los funcionarios policiales montaron una versión “ficcional” con el objetivo de proteger a los miembros de la brigada que, de civil, habían disparado a los chicos sin previo aviso y sin mediar motivo . “Procuraron ejecutar a cuatro jóvenes que venían de probarse en un club de fútbol”, recalcó.
Contó que a las 9.59 del 17 de noviembre de 2021 los comisarios Rodolfo Ozán y Fabián Du Santos -condenados en el primer juicio- ya sabían de lo ocurrido e incluso hablaban de que los policías “le volaron el frasco” a Lucas, en referencia al disparo que recibió el joven en la cabeza. En esa misma conversación también mencionaban que debían “emprolijar” las cosas.
Durante su exposición, la fiscalía exhibió una presentación que contenía audios, videos y otros elementos de relevancia para el caso y que fue realizada por el Área de Asistencia en Juicio y Producción Audiovisual del Laboratorio de Multimedia Forense de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), a cargo de Romina Del Buono.
“El quebranto del código de silencio por parte de Cuevas no le quita centralidad al aporte consciente y determinante que hizo Torres ya que su accionar, de no haber sido descubierto, hubiera significado el éxito de la maniobra policial”, explicó el representante del MPF.
Tras esto, analizó los videos del caso donde se observa a Torres junto con Issasi en moto de camino a la comisaría. En esa secuencia, se los observa incluso violar varios semáforos en rojo e ir más rápido que el resto de los vehículos. Según el acusado, habían ido a buscar más cinta policial a la seccional.
No obstante, el fiscal Abraldes explicó que, para ese momento, nadie les había requerido ese material e incluso recordó que el propio Torres aseguró que tenía cinta en la mochila.
Incluso recordó que, de acuerdo a lo que se rumoreaba en la fuerza -lo que describió Cuevas en su declaración como “radiopasillo”-, Torres se “ufanaba” de haber sido quien colocó el arma. “Esa información es similar a lo que hubiera podido obtenerse de un llamado anónimo”, indicó.