Hubo un momento, hace ahora ocho años, allá por 2015, en el que el Club Atlético Osasuna bordeó la catástrofe. Atrapado en las catacumbas de la Segunda División, ahogado por una situación económica que le había llevado a vender El Sadar y Tajonar al Gobierno de Navarra para cancelar sus deudas, el descenso a Segunda B parecía casi inevitable. Y, con él, el adiós en la práctica a su condición de club deportivo, pues un ulterior regreso a Segunda desde la tercera categoría le hubiera obligado a la conversión en SAD.
Un agónico y recordado gol de Javier Flaño frente al Sabadell, en el descuento de la última jornada de aquella temporada 2024/15 evitó el drama. Con el histórico Enrique Martín Monreal en el banquillo, Osasuna regresó a Primera el año siguiente, un curso que aprovechó para limpiar la terrible herencia económica que arrastraba. Fue a costa de presentar un equipo verdaderamente competitivo, lo que le arrastró de nuevo a Segunda un año después. Mal menos, visto de donde venían.
El tándem Braulio-Arrasate
Tras un primer intento fallido de ascenso, la historia reciente rojilla cambió en el verano de 2018. Braulio Vázquez, que había asumido la dirección deportiva un año antes, puso el equipo en manos de Jagoba Arrasate. Y el resto es historia. Un ascenso inmediato y cuatro temporadas consecutivas, incluida esta, acabando la Primera División sin apuros.
La cima de este periodo de vacas gordas se ubica en el Estadio de la Cartuja, este sábado en la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid. La segunda de la historia del club rojillo tras su tentativa fallida de 2005, cuando fue derrotado por el Betis en el Vicente Calderón. Para hablar de este hito, EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, charla con su director deportivo, Braulio Vázquez, mientras conduce desde Barcelona (donde Osasuna jugó el martes rumbo a Valencia para ver en directo el partido de los ché contra el Villarreal. Después, pone rumbo a Sevilla para la final.
Los jugadores de Osasuna celebran un gol en El Sadar. JESÚS DIGES / EFE
Pregunta. Acompañar al equipo y acudir a otros partidos. En el fondo parece una semana con tintes de normalidad.
Respuesta. Sarna con gusto no pica… Aunque sí está siendo ya una semana de trabajo especial. Ya lo es por haber partidos de Liga entre semana, pero también por el número de entrevistas que estoy atendiendo. No solo de medios españoles, también de televisiones mexicanas, de The Athletic y hasta de The New York Times.
P. Osasuna en The New York Times. Quién se lo iba a decir hace no tanto.
R. A mi familia le digo de broma que en The New York Times salió Lola Flores y ahora salgo yo. Siempre es positivo que a nivel internacional se hable de Osasuna. Les llamamos la atención.
P. ¿Y qué les llama la atención?
R. Nos ven como un club pequeñito que está haciendo algo grande. Ven que no tenemos la capacidad de inversión que proporciona un magnate. Que a nivel económico, Osasuna es lo que es y que tiene mucho mérito el crecimiento sostenido que estamos teniendo, más aún manteniendo nuestras señas de identidad, siendo un club muy arraigado a Pamplona y Navarra.
P. Y es cierto que tiene mucho mérito, ¿no?
R. Es difícil ser un club así. No podemos tener más ingresos que los que tenemos, tenemos los socios que tenemos y no podemos pasar de ahí. Y los ingresos de TV son los que son, no pueden aumentar mucho. El club es de los socios, no podemos tener inyecciones de capital de extranjeros.
P. ¿Eso es un hándicap o una ventaja?
R. Tenemos que aprovecharlo como una ventaja. Conocemos bien nuestras limitaciones y las aprovechamos para que el sentido identitario sea mayor y eso nos hace diferentes. Aquí no pagamos como otros clubes, pero nadie tiene problemas de cobro a final de mes. Nunca.
Jagoba Arrasate y Braulio Vázquez, entrenador y director deportivo de Osasuna.
La política de fichajes de Osasuna
P. Han conseguido una gran estabilidad en Primera (10º, 11º y 10º las tres temporadas anteriores, y este año será similar), pero siempre conscientes de que pueden descender.
R. Hemos pasado momentos malos, como hace dos años, cuando estuvimos 13 partidos sin ganar. O el año pasado, cuando la mala racha fue de 10, pero siempre teniendo todos claro que la receta es aunar fuerzas y trabajar más. Piense que en este club todos los jugadores y empleados tenemos por contrato una reducción de salario de casi el 50% en caso de descenso. Yo el primero.
Todos los jugadores y empleados tenemos por contrato una reducción de salario de casi el 50% en caso de descenso. Yo el primero
Braulio Vázquez
P. Esa cláusula tiene que condicionarles cuando salen al mercado.
R. Bueno, sí, en parte es una dificultad, pero lo tenemos claro: el que no la acepta, no viene.
P. Habrá jugadores que no hayan querido firmar por Osasuna por esa cláusula.
R. Sí, los ha habido. Y no los hemos fichado.
P. ¿Y nunca ha tenido la tentación de saltarse esa norma con algún futbolista especialmente bueno interesante?
R. No. Porque si lo hiciera con uno, no podría mirar a los ojos al resto.
Fe ciega en Jagoba Arrasate
P. Hablaba de aquella racha de 2020-21 de 13 partidos sin ganar. Con Osasuna 19º, usted dio una rueda de prensa..
R. La rueda de prensa que me acompañará de por vida…
P. Exacto. Dijo que «el barco llegará a puerto o no, pero con el mismo capitán», cuando Arrasate estaba muy discutido por los resultados.
R. Esa respuesta la ponen en bucle porque salió bien y nos salvamos con holgura. Si hubiera salido mal, dirían que no me moví, que no tomé decisiones… Yo dije eso desde el punto de vista del convencimiento de cómo estaba la plantilla y de cómo estaba trabajando con el entrenador. Creía que era el mensaje que debían escuchar los jugadores y el cuerpo técnico.
P. ¿Pero lo creía de verdad? ¿Hubiera mantenido a Arrasate aunque la cosa se hubiese puesto aún más fea?
R. Sí, y así lo hice saber al presidente. Le dije que si en algún momento querían echar a Jagoba, me tenían que echar a mí también. Era también una cuestión de credibilidad, yo había comprometido públicamente mi palabra y conmigo en el club no existía esa posibilidad. Jagoba iba a seguir hasta el final, aunque bajáramos a Segunda.
P. Eso ya no es habitual en un fútbol que devora entrenadores a la mínima.
R. No lo es. Y para poder mantenerte fuerte en esa puesta necesitas gestores que te acompañen a la hora te tomar decisiones. En Osasuna nos acompañaron. La comunión entre Jagoba y yo nos había llevado al éxito. Y si bajábamos, lo íbamos a hacer todos juntos.
Braulio Vázquez charla con Chimy Ávila durante un entrenamiento de Osasuna. CA OSASUNA
P. Llama la atención que en la plantilla de Osasuna solo haya cuatro jugadores extranjeros: Abde, Brasanac, Budimir y Chimy Ávila.
R. Piense que el 50-60% del equipo son jugadores navarros, porque somos un club de cantera y creemos en ello. En los últimos años se han marchado jugadores históricos como Oier y Roberto Torres y hemos subido gente del filial que nos da mucha fuerza. Para el resto de la plantilla, entendemos que jugadores nacionales o que ya conocen LaLiga, como los cuatro extranjeros que tenemos, tienen una adaptación más rápida que los que vienen de fuera.
P. Habla de la marcha de referentes veteranos. No es fácil tomar esa decisiones cuando las cosas van bien, son más comunes cuando vienen mal dadas.
R. Sí, pero los cambios hay que hacerlos en el éxito, no en el fracaso. Esa es la mayor dificultad del fútbol. Y en Osasuna funciona mientras mantengas la esencia de cantera, que está reflejada en los estatutos del club. La afición tiene que sentirse identificada por el equipo y la cultura de cantera está muy impregnada en este club.
Con los pies en el suelo
P. Y todo les va también que… ¿cómo mantienen los pies en el suelo?
R. Es que no hay otra. Tenemos unos límites salariales que, obviamente, han ido creciendo, pero que son los que son y que no podemos sobrepasar. Tenemos bien valorado al futbolista navarro, pero si reciben una oferta en la que le duplican el sueldo, y es algo que ha pasado y pasará, entendemos que se vayan. No se nos va a ir la olla, no vamos a tirar la casa por la ventana por retener a nadie con un sueldo que excede nuestra capacidad. Hay jugadores importantes que se pueden querer ir y lo tenemos asumido.
P. ¿Qué opinan el discurso de que Osasuna no tiene nada que perder el sábado?
R. ¡Claro que tenemos que perder! Tenemos que perder el título, el que sería el primer trofeo de la historia del club. Sabemos que nos enfrentamos al mejor equipo del mundo y, si perdemos la final, no podemos hacer un drama de ello. Pero tenemos que ir sin complacencia alguna. Tenemos mucho que perder.
Los jugadores de Osasuna celebran su clasificación para la final de Copa en San Mamés. MIGUEL TOÑA / EFE