Al comenzar el mes, el nivel del lago marcaba 30,30 metros en el paredón del dique, ubicándose 5 metros por debajo de su capacidad máxima, que es de 35,30 metros. Sin embargo, gracias a las precipitaciones de las últimas semanas, y especialmente las caídas durante el pasado fin de semana, el nivel alcanzó los 32,28 metros este viernes 25 de octubre, subiendo así 1,98 metros en los últimos 20 días.
De la sequía a la tranquilidad de un nivel prácticamente ideal
El panorama de octubre comenzó con una situación crítica; el día 2, el lago estaba a 30,52 metros, uno de los niveles más bajos registrados para esta fecha en los últimos 15 años. Este descenso confirmaba el impacto de la sequía en el Valle de Punilla y el riesgo potencial de problemas de abastecimiento de agua.
No obstante, tras las sucesivas lluvias, el embalse no solo logró revertir esa situación de bajante, sino que ahora se encuentra por encima del promedio histórico para esta época del año, que es de 31,51 metros.
Con la marca de 32,28 metros, el lago supera las cifras de años secos como 2022, cuando el nivel estaba en 29,97 metros, y 2020, con 29,27 metros. Este aumento coloca al embalse en un nivel “óptimo” para octubre, superando el promedio de los últimos 15 años y acercándose a valores de años con buenas precipitaciones, como en 2012 y 2014.
La importancia de estas lluvias
El regreso de las lluvias no solo ha aliviado las preocupaciones de abastecimiento, sino que también marca un respiro para el ecosistema que depende del San Roque. Se espera que el lago se mantenga en un nivel saludable de cara a la temporada estival, un factor crucial para Villa Carlos Paz y toda la región que depende del embalse.