Las vacaciones de verano propician que la planificación de la rutina y los hábitos se flexibilicen. Volver a la vida de antes no suele ser fácil para los adultos, pero mucho menos para los niños, niñas y adolescentes que han podido disfrutar de una libertad a la que no están tan acostumbrados.
Para ayudarles en esa vuelta al cole, los expertos aconsejan empezar a introducirles su rutina poco a poco y antes de empezar. El objetivo es que el choque no sea tan grande: es difícil que de un día para otro digieran bien que ya no pueden levantarse tarde, que no pueden comer a cualquier hora o que, en el caso de los más mayores, se acabó lo de dar vueltas por la noche con los amigos.
Marcar nuevos horarios para la rutina es fundamental. En este sentido, Sergio Cook, orientador educativo, explica que las horas de luz no ayudan. «Anochece tarde, por lo que convencer a los niños de que se vayan a dormir cuando todavía hay sol es complicado. No debe ser un cambio radical, sino que tiene que hacerse poco a poco. Ahora que los chavales se están acostando un poco más tarde, lo mejor es ir acortando, de manera gradual, el momento de irse a la cama para empezar con el horario de colegio», apunta. Y lo mismo con las comidas.
Marisol Justo de la Rosa, secretaria general de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), opina lo mismo: «Conviene que unos días antes vayamos construyendo esas rutinas de horarios que se ajusten a la vuelta al cole. Hay que comprender también que, al igual que los adultos, pueden tener el síndrome posvacacional. Durante un periodo, niños y niñas van a tener que poner en juego mecanismos para adaptarse a una nueva situación con independencia de que vayan con el mismo grupo y con el mismo profesor. Al final, después de dos meses de desconexión, volver siempre genera incertidumbre. Hay que ser conscientes de que eso va a ocurrir».
Que el ritmo no pare
Algo que ayuda en las rutinas, sobre todo para tener una buena higiene del sueño, es retomar el ejercicio físico. O intentar mantener la carga que hayan tenido durante el verano. Eso, indica Cook, les va a ayudar a que paren antes y estén más descansados.
«Lo mejor es ir acortando, de manera gradual, el momento de irse a la cama para empezar con el horario de colegio»
Sergio Cook
— — Orientador educativo
¿Y qué hay del estudio? Pues aunque no tengan que tener un hábito, el orientador educativo sí que recomienda a los familiares que los días previos les hagan algunas preguntas sobre lo que recuerdan del día anterior. Hacer un poco de repaso antes de empezar al colegio o al instituto tampoco viene nada mal.
Motivación en casa
Lo que sí es fundamental es que los familiares ayuden a motivar a los chavales. Nada de frases como: «Ya verás la semana que viene». «Como si volver al colegio fuera el infierno -responde Cook-. Se debe hacer justo lo contrario, incentivar».
Claro que no es lo mismo tener niños y niñas en Primaria, en Secundaria o en Infantil. Para este último caso, Justo de la Rosa recuerda que suele haber un periodo de adaptación. Mientras que algunos centros dejan que las familias los acompañen en el aula los primeros días, otros van incrementando poco a poco el número de horas lectivas o abren las aulas unos días determinados de la semana.
Indica, además, que es positivo que los familiares vayan llevando a los niños y niñas a dar paseos por el entorno escolar, o a conocer y visitar las instalaciones siguiendo las pautas.
Para las familias de los más pequeños también tiene un consejo: es muy fundamental que confíen plenamente en ese centro escolar, que conozcan el proyecto educativo, cómo son los docentes y qué metodología siguen. Y qué no les pregunten a los niños cómo les fue en el colegio. Solo sacarán como respuesta un «bien» o un «mal». Mejor preguntas concretas, que sepan responder y que les ayuden a oír aquello que necesitan escuchar.
Con adolescentes la cosa es muy diferente. En este caso, Cook apuesta por que se dialogue mucho con ellos y que se establezcan normas consensuadas de los nuevos horarios. «Es igual que con los peques, pero negociando», indica. Hay trabajo por delante para todos.