La violencia en los estadios de fútbol en Inglaterra está muy lejos de la registrada hace tres décadas. Lejos quedan tragedias como la de Hillsborough o la de Heysel, que pusieron en el punto de mira a los ‘hooligans’ en las décadas de los 80 y de los 90 y que provocaron la aprobación de leyes en el Parlamento –como la Football Spectators Act (Ley de Espectadores de Fútbol) de 1989– para perseguir a los grupos violentos en los estadios. Desde entonces el número de episodios violentos se ha reducido significativamente en Inglaterra, donde cerca de 400.000 personas asisten cada fin de semana a algún encuentro de la Premier League.
A pesar de las mejoras sustanciales, todavía se siguen produciendo algunos incidentes, tanto en las competiciones de clubes como en las de selecciones. Según datos del Gobierno británico, el número de arrestos relacionados con el fútbol ha sufrido un repunte tras la pandemia, alcanzando niveles parecidos a los de hace una década. En la temporada 2022/2023 las autoridades realizaron más de 2.200 detenciones, la mayoría de ellas por desórdenes públicos.
Selección inglesa
En el caso de la selección inglesa también se siguen registrando incidentes, a pesar de que cada vez son más puntuales. Un ejemplo fueron los disturbios en la final de la Eurocopa 2020 (disputada en 2021 por la pandemia) en los alrededores del estadio de Wembley, en Londres. El elevado consumo de alcohol y de drogas por parte de los aficionados ingleses, sumado a los errores en la seguridad del estadio, provocaron avalanchas y escenas de violencia que podrían haber terminado en tragedia.
Más recientemente, en la Eurocopa de 2024, el partido entre Inglaterra y Serbia fue calificado de alto riesgo por las autoridades alemanas. En las horas previas al encuentro, unos 150 aficionados de los dos equipos se enfrentaron en un bar en Gelsenkirchen, lanzándose mesas, sillas y botellas e hiriendo gravemente a varios agentes y aficionados. La batalla se saldó con la detención de siete ciudadanos serbios y un inglés, una cifra anecdótica comparada con los cerca de 500.000 aficionados ingleses que se desplazaron a Alemania para asistir al torneo.
Grupos de extrema derecha
Más allá de los episodios puntuales directamente relacionados con el fútbol, la principal preocupación de las autoridades británicas está ahora en los grupos de extrema derecha vinculados originalmente con el ‘hooliganismo’. Es el caso de la English Defense League (EDL), una organización islamófoba fundada en 2009 y liderada por Stephen Yaxley-Lennon –más conocido como Tommy Robinson–, una de las caras más visibles de la ultraderecha en el Reino Unido.
La EDL protagonizó episodios violentos contra musulmanes y militantes antifascistas a principios de la pasada década, dejando paso poco después a otros grupos parecidos. Estos grupos tuvieron un papel importante en los disturbios del día del Armisticio en noviembre del año pasado, cuando decenas de manifestantes se enfrentaron a la policía en el centro de Londres, y también han sido acusados de estar detrás de las protestas violentas del pasado agosto en varias ciudades de Inglaterra, alentadas por un rumor falso sobre la identidad del asesino de tres niñas en la localidad de Southport.
El Gobierno laborista ha estado estudiando la posibilidad de prohibir organizaciones como la EDL tras los disturbios de agosto, una medida que podría tomar amparándose en las leyes antiterroristas, aunque por ahora no ha tomado ninguna decisión al respecto.