«El panorama electoral y la división del poder en un oficialismo que prepara su retirada»
El último acto de Cristina Fernández de Kirchner estuvo organizado como «clase magistral» y se preveían decisiones políticas contundentes.
Sin embargo, fue un acto más de los que tiene acostumbrados Cristina a sus seguidores, sin decir nada nuevo y sin tomar posición mostró fuerzas y alguna tibia señal de unidad para la alianza gobernante.
Cristina, a diferencia de Alberto Fernández y Mauricio Macri no elige «bajarse» de la contienda electoral, según sus propias palabras, ella entiende que está proscripta.
¿De quién o de qué está proscripta?
La resolución judicial aún no tiene sentencia firme, pero abre la puerta a la inhabilitación para ejercer cargos públicos de por vida, sin embargo, continúa ejerciendo su cargo como vice presidenta de la Nación.
La proscripción real que pesa sobre ella tal vez no sea la legal, sino la social.
Sus decisiones magistrales o «jugadas maestras» la atraparon en un laberinto difícil de salir.
Alberto Fernández fue su elegido, y gran parte de las decisiones de este gobierno han pasado por su necesaria aprobación, más allá de su club de fans, para gran parte de la sociedad Cristina es responsable de esta situación.
Había adentro del peronismo la disputa es feroz, Cristina no volvió a tener centralidad por pedido de los dirigentes del peronismo qué intentaron entre 2015 y 2019 sacarla de en medio. Sus batallas no fueron menores y para ello tuvo que demostrar que con una fuerza propia, el peronismo no llegaba y necesitaba de ella.
La unidad ciudadana no tuvo una gran repercusión, pero cimentó si centralidad dentro del peronismo y así logró poner al presidente de su elección.
Alberto Fernández llegó como una síntesis forzada a la casa rosada, sin embargo, trató por todos los medios de complacer a Cristina y tratar de forjar si poder, pero poco a poco sus mismos aliados le fueron desvalijando la casa y poniéndolo en el lugar de okupa a contramano de nuestra constitución y del voto popular.
Cristina tiene un sucesor y no se trata de Máximo sino del actual gobernador de Buenos Aires, tal vez el único kirchnerista al que nadie por ahora le puede ganar la provincia de Buenos Aires.
El jóven gobernador Axel Kicillof es cuestionado con crudeza por la oposición y los medios hegemónicos, incluso es cruzado cada tanto por Máximo Kirchner que no puede contener su entendible envidia de tener votos sin tener apellido.
Axel Kicillof forjó su candidatura a la vieja usanza, caminando, recorriendo y hablando de igual a igual con la gente, mientras algunos buscaban el calor del poder y otros buscaban trincheras o cargos para contener la militancia, el actual gobernador decidió que la mejor defensa era un buen ataque.
La vice presidenta cuestionó en el último acto a Milei y en cierta forma se hizo cargo de ser la casta gobernante.
¿Por qué Milei es el enemigo en su discurso?
Es evidente que el kirchnerismo y la misma Cristina saben que hay muy pocas chances de ganar la elección nacional, pero la preocupación no termina allí si corriesen riesgo como en 2015 de perder la provincia en manos de lo que denominan la derecha en alusión a Juntos por el Cambio.
La figura de Milei va creciendo en la provincia de Buenos Aires y es un dato preocupante porque muchos votantes del peronismo han empezado a verdad seducidos por el discurso del libertario, pero además al no tener un candidato firme la coalición cambiemita ese voto de muestra aún indeciso y eso le permite crecer a Javier Milei.
Cristina sabe que el kirchnerismo está en jaque, no hace falta ser muy lúcido para entenderlo, pero eso no quiere decir que está fuera de juego y mucho menos que no puedan revertir la situación al menos en la provincia de Buenos Aires, el único bastión qué le interesa de verdad a la vice presidenta.
Esa por eso que poner de enemigo a Milei le sirve para fortalecer la posición de Axel como candidato a gobernador y sacarlo del esquema pensado por Máximo y otros dirigentes del peronismo y el Frente Renovador para llevarlo a la PASO como candidato a presidente y renegociar la división de poder en la provincia de Buenos Aires.
Si Axel Kicillof repite como gobernador será un «candidato natural «de este Frente de Todos en la elección de 2027,tras un intrincado gobierno que se debatirá entre halcones y palomas de acuerdo a los pronósticos actuales.
El kirchnerismo parece sentirse cómodo estando en jaque y tal vez esperen un turno electoral para volverse nuevamente competitivos.
Un escenario complejo qué pone en debate el poder político de la alianza gobernante.
Luciano Giuliani