Nacido en Austria, Josef Aschbacher, fue elegido director ejecutivo Agencia Espacial Europea en noviembre de 2020 y asumió el cargo el 1 de marzo de 2021. Como director general de la ESA, Aschbacher es responsable de la definición, implementación y desarrollo de la infraestructura y actividades espaciales europeas, incluido todo lo relacionado con lanzaderas, satélites de observación terrestre, navegación, telecomunicaciones y actividad científica espacial.
¿Por qué es importante para Europa tener su propio acceso al espacio?
Es crucial que tengamos nuestro propio acceso al espacio. Es una necesidad porque la vida de todas las personas que vivimos en Europa depende cada día de los datos y la información que reciben provenientes de los satélites. Por lo tanto, es un elemento fundamental para cualquier potencia. Ahora hemos recuperado el acceso al espacio que perdimos durante un tiempo gracias al lanzamiento del Arian 6. Fue un camino largo, pero tuvimos éxito. Si el cohete pesaba alrededor de 540 toneladas, cuando vimos que el lanzamiento fue un éxito todo ese peso se liberó de mis hombros.
¿Qué ocurrió para que Europa no tuviera un acceso directo al espacio durante un año?
Fue una situación poco habitual. Durante aproximadamente un año no pudimos disponer de nuestro propio cohete y, por lo tanto, no tuvimos nuestro propio acceso al espacio. La guerra de Ucrania interrumpió los envíos con Soyuz al ser un cohete ruso, el Vega C falló, obligándonos a parar para rediseñar parte del motor para que volviera a volar, y el Arian 6 no estaba listo, lo que supuso una brecha en el tiempo con el Arian 5 cuyo último lanzamiento fue el año pasado. Eso nos obligó a declarar una «crisis de lanzadores», pero ahora, gracias al éxito en el lanzamiento de Arian 6 volvemos a las plataformas de lanzamiento.
¿Cree que la crisis se ha resuelto con el lanzamiento del Ariane 6?
Sí, pero al mismo tiempo debemos tomar decisiones de cara al futuro para comenzar a crear nuevos lanzadores desde hoy mismo. Arian 6 nos proporcionará un servicio durante 10 años o más, pero sin duda necesitamos comenzar ya a desarrollar un nuevo cohete. Por eso hemos abierto lo que se llama el ‘desafío del lanzador europeo’. Un concurso del que compraremos un lanzador realizado por empresas privadas, una nueva forma para nosotros. Podemos decir que hemos salido de la crisis de lanzadores y que 2024 será recordado como ‘el año de los lanzamientos’.
¿Cómo pueden los pequeños lanzadores como PLD Space satisfacer las necesidades del mercado?
Los pequeños lanzadores son muy relevantes. Al ser de menor tamaño lanzan cargas de unos cientos de kilos, hasta una tonelada. Esto ya incluye un gran número de satélites en esta categoría, por lo que tienen un amplio mercado. Pero la mayoría de estas compañías quieren crecer, y eso es exactamente lo que necesitamos, competencia de nuevos lanzadores que desarrollen oportunidades de crecimiento, un nuevo ecosistema. Y PLD Space es un candidato muy fuerte en este desafío.
¿En qué punto se encuentran los programas Fly Ticket y Boost, en los que la ESA colabora con PLD Space?
Va en muy buen camino. Ya hemos cerrado acuerdos con PLD Space durante algunos años. No proporcionamos grandes cantidades de dinero, pero sí desarrollos tecnológicos importantes. Acabamos de tener una reunión PLD Space y, como funcionan tan bien, ya nos han pedido ampliar la participación.
En cuanto a puertos espaciales, ¿cuál es la importancia de la Guayana Francesa?
Desde hace décadas, el puerto espacial europeo es el espacio en el que a día de hoy se están lanzando los cohetes Vega C y Ariane 6 como parte de nuestro equipo. Hace tan solo dos semanas decidimos abrir este puerto espacial para los recién llegados como estas nuevas empresas de microlanzadores, una de ellas PLD Space. Es algo muy importante y nos gustaría ofrecer esta oportunidad para que nuevas empresas de lanzadores puedan aprovecharla.
¿Qué otros puertos espaciales en Europa están siendo considerados o desarrollados?
Hay otros puertos que se desarrollan a nivel de cada estado o de forma privada. Hay uno en Suecia, uno en Noruega y uno en el Reino Unido que ya se están preparando para sus primeros lanzamientos, destinados a lanzadores pequeños. Es un ecosistema que está emergiendo. Aunque el puerto espacial europeo en la Guayana Francesa continúa siendo el principal, ya que estos nuevos puertos están ubicados más al norte y no ofrecen una localización tan buena como la Guayana Francesa, situada casi en el ecuador.
¿Cómo se está adaptando Europa a la creciente demanda de lanzamientos de satélites destinados a las telecomunicaciones?
La inversión en el espacio que realiza Europa es una quinta parte de la que lleva a cabo Estados Unidos. Pero dentro de este marco global, Europa lo está haciendo muy bien y somos muy competitivos. Los cohetes que desarrollamos son de muy buena calidad y eso significa que son muy eficientes. Somos más pequeños, pero excelentes. Por su puesto, mi tarea como director de la ESA es asegurarme de que Europa desarrolle un ecosistema especial fuerte, y estamos ganando la carrera.
¿Qué papel juegan los satélites de la ESA actualmente?
Europa está en la cima en muchas aplicaciones del espacio como observación, con programas como Copernicus, en navegación, a través Galileo e investigación científica, con misiones como Gaia o LISA Pathfinder. Tenemos que estar orgullosos de lo que hemos logrado porque son misiones de primera clase mundial. Somos un continente muy próspero y avanzado gracias al espacio, pero la inversión debe aumentar en los próximos años para asegurarnos de que tenemos independencia espacial y seguir siendo competitivos a nivel mundial. Esto no es solo invertir por invertir, sino que al final es un negocio que se refleja en la competitividad de las empresas. El espacio se utiliza de forma muy activa en la gestión del tráfico, en el cambio climático, en la sequía o para monitorizar el nivel del mar y eso proporciona seguridad para las personas.
La economía espacial es una realidad muy diversa que se utiliza en muchos sectores. Hace unas semanas, en el foro de Davos, me invitaron a dar una charla sobre economía espacial. Después de dar mi charla le pregunté al organizador que por qué me habían invitado y me dijo – con acento americano (ríe)- que según sus estudios este era uno de los sectores que más rápido estaban creciendo y que tenían mayor potencial. Y es verdad. El sector espacial es una economía con mucho potencial que crece casi un 10 % al año pero está infrautilizada.
¿Qué oportunidades está generando la industria espacial para países como España?
España es una nación con una industria espacial fuerte que se ha ido ampliando en los últimos años. En los últimos diez años han construido un ecosistema industrial muy fuerte gracias a los programas de la ESA, y es un país muy fuerte en la industria espacial. Además, es un país con amplia experiencia en ingeniería y ciencia con dos grandes astronautas, Sara y Pablo. Solo puedo decir que España ha tomado decisiones muy sabias incrementar su compromiso con el espacio y eso es bueno para la economía y para el país.
¿Cómo percibe la ESA a empresas como PLD Space?
PLD Space es una de entre siete nuevas empresas que están desarrollando su propio lanzador. En Europa son percibidos como una empresa muy seria. Personalmente, veo mucha calidad y una hoja de ruta muy clara de hacia dónde quieren ir con un camino muy claro sobre el Miura 5. Les deseo mucha suerte para el futuro.
¿Tendrá Europa capacidad de enviar a sus propios astronautas al espacio en el futuro?
Por supuesto. Hoy en día no tenemos un programa de vuelos espaciales tripulados, pero tenemos muchos componentes que nos permiten llegar hasta ahí. El año pasado firmamos dos contratos para construir un vehículo de carga que sea capaz de llevar dos toneladas de masa desde la Tierra a la estación espacial y volver. Esto nos proporcionará una capacidad de reentrada muy que para el vuelo espacial humano será muy importante. El otro elemento es tener un cohete calificado para humanos, Ariane 6 aún no lo está, pero podría actualizarse para vuelos de astronautas con algunas mejoras. Estamos trabajando en varios campos para tener pronto a los astronautas europeos volando con nuestros propios medios.