El 51% de los hombres y el 45% de las mujeres que acuden a tratamiento por adicciones con sustancias inician sus consumos antes de los 18 años. Es el gran titular del informe ‘Perfil de las adicciones en 2023. La atención a las personas usuarias de la red UNAD‘ que la Red de Atención a las Adicciones ha presentado este jueves en Madrid. Un trabajo que se detiene en las diferencias de consumo por género. La cocaína y la heroína marcan el consumo de los hombres, mientras que el alcohol y la cocaína (en menor medida en el caso de esta última sustancia) el de las mujeres. «Detrás de los datos hay muchas personas que conviven con las drogas y, en un momento de su vida, deciden cambiar su historia«, señaló en rueda de prensa el presidente de la organización, Luciano Poyato.
El documento, elaborado con la colaboración de la consultoría Iniciativas CSE -y gracias a la financiación de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas-, supone «la mayor recogida de datos» que se realiza sobre el acceso a tratamiento de personas con adicciones a nivel estatal. La muestra, cuyas conclusiones se han presentado este jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, ha sido realizada por 119 entidades que pertenecen a la red y que atienden a 39.451 personas con adicciones con y sin sustancia. Busca radiografiar la situación de las personas con problemas de drogodependencias y otras adicciones, incidiendo en los factores sociales que, en ocasiones, marcan ese consumo problemático.
De todas las edades
Encarnación Pámpanas Porras, secretaria de UNAD, detalló los principales resultados de la investigación. En primer lugar, se ha detenido en el perfil de personas atendidas con adicciones con sustancia. Se ha tenido en cuenta una muestra de 38.262 personas. «Los datos hablan de personas de todas las edades, tanto en situación de exclusión social, como con todas sus necesidades cubiertas. Son cifras que dibujan la complejidad detrás de las adicciones«, alertó.
De los datos recogidos, a través de las personas que acuden a las entidades en busca de tratamiento y teniendo en cuenta una muestra de 38.262 personas atendidas, curiosamente, tan solo el 21% son mujeres. Un porcentaje llamativo que habla de invisibilidad, de más problemas para buscar ayuda, se reseñó en el encuentro. El perfil de las mujeres atendidas en la red a una adicción con sustancia tiene una edad entre 34 y 41 años, cuenta con estudios primarios y está en situación de desempleo.
Lo más habitual es que tenga hijos o hijas, presente algún problema de salud mental y resida en una vivienda propiedad suya o del familiar con quien convive. Las drogas principales que la llevan a solicitar tratamiento son, en primer lugar, el alcohol (28% frente al 19% de hombres que acuden por el mismo motivo), seguida de la cocaína (22% frente al 29% de los hombres) y el cannabis (17% frente al 14% de los hombres). En el 45% de los casos, las mujeres empezaron a consumir cuando eran menores de edad.
Las pastillas
«El cannabis ha repuntado en incidencia en las mujeres atendidas», señaló Encarnación Pámpanas que también, advirtió de otro consumo del que se viene alertando: el de ansiolíticos o somníferos (con o sin prescripción). Ahí las mujeres superan en consumo a los hombres (un 7% frente al 3% de los hombres que se han tratado).
Las más jóvenes piden más ayuda, frente a las más adultas, que muchas veces se inhiben y tienen un consumo silencioso
Un consumo de pastillas y alcohol «silencioso» añadió la vicepresidenta de la organización, Elisabeth Ortega Suárez, que, incidió, en el caso de las mujeres viene marcado por la estigmatización, por el miedo a sentirse juzgadas -ser una «mala madre» o una «mala hija», apuntó- o rechazadas por su entorno. «Debemos profundizar en qué está ocurriendo. Por qué hay un perfil de mujeres que no llegan a los recursos. Las mujeres con adicciones tienen una doble vulnerabilidad». Las más jóvenes piden más ayuda, frente a las más adultas, que muchas veces se inhiben.
Violencia de género
Ortega ha redundado: las mujeres con adicciones en edades adultas ya sufren los juicios sociales relacionados con los mandatos de género y que tienen que ver, por ejemplo, con la maternidad o la sexualidad, entre otros. A eso se suma que la mayoría de los recursos están diseñados para un perfil masculino y no abordan necesidades específicas de las mujeres.
Además, la vulnerabilidad de las mujeres con adicciones también se manifiesta en el ámbito laboral, ya que solo 1 de cada 4 mujeres atendidas por adicciones con sustancia tienen empleo, en comparación con 1 de cada 3 hombres, algo que resalta cómo las mujeres enfrentan obstáculos adicionales en su proceso de recuperación y reinserción laboral. A todo esto, según la vicepresidenta de UNAD, se suman situaciones de violencia de género y traumas que dificultan aún más el acceso a tratamientos.
En cuanto a los hombres con adicciones con sustancia, el perfil coincide con el de las mujeres salvo que, además de problemas de salud mental, también presentan problemas de salud físicos y no tienen hijos o hijas. Las drogas que más consumen ellos son la cocaína, la heroína y el alcohol, y lo hacen, en un 51% de los casos, desde que eran menores de edad. Un 56% por ciento de esos hombres llevan más de una década consumiendo.
Adicciones sin sustancia
Además de las atenciones motivadas por las drogas, el estudio también recoge los casos de quienes piden ayuda por adicciones sin sustancia. Se ha tenido en cuenta una muestra de 1.189 personas atendidas por 40 entidades de la red UNAD, de las que el 30% son mujeres.
El perfil de ellas está marcado en su mayoría por una edad que va desde los 26 a los 33 años, aunque el porcentaje de menores de edad atendidas en estos casos es de un 20%, por ello lo más habitual es que aún estén estudiando. El bingo es su principal adicción presencial, seguida de las tragaperras, mientras que en el aspecto online son los videojuegos los que motivan su atención.
En cuanto a los hombres, la edad se mantiene en la franja de entre 26 y 33 años, aunque en un 18% de los casos son menores de edad. A diferencia de las mujeres, la mayoría trabajan. En este caso, son las máquinas tragaperras la principal adicción presencial, seguidas de las apuestas deportivas. Por su parte, en el ámbito online son también las apuestas deportivas la principal práctica adictiva.
Teniendo en cuenta las edades de inicio, que muestran que la adolescencia y la juventud son etapas donde hay una exposición a probar drogas o a desarrollar una adicción sin sustancia, Encarnación Pámpanas incidió en la importancia de la prevención y la sensibilización para generar «conciencia social». El estudio recoge información de 67 entidades que trabajaron la prevención durante 2023, de tal forma que sus acciones alcanzaron más de 350.000 personas con una media de edad de 17 años.
Presupuestos generales
Finalmente, el presidente de la organización, Luciano Poyato, ha defendido la necesidad de «blindar los derechos de las personas con adicciones», reforzar la atención y aumentar los recursos específicos para que ninguna quede excluida, independientemente de su edad, género, identidad, nacionalidad, raza, origen o clase social. Asimismo, ha reivindicado que se aprueben los Presupuestos Generales del año 2025 para que puedan aumentar las partidas presupuestarias destinadas a las políticas de drogas y adicciones, así como potenciar el Plan Nacional sobre Drogas, para que las entidades puedan seguir trabajando.
Poyato ha reivindicado algunas demandas históricas de la red, que actualmente están en la agenda política, como el Anteproyecto de ley para la prevención del consumo y los efectos del alcohol en menores, el anteproyecto de ley para proteger a menores en entornos digitales y la Ley de Seguridad Ciudadana.